Conchi Moya
No por menos esperada la noticia deja de ser tristísima. El 22 de agosto de 2015 la gran dama de la canción saharaui, Mariem Hassan, fallecía en los campamentos de refugiados saharauis rodeada de los suyos. Mariem, mujer saharaui, activista, madre, artista y una prodigiosa cantante que ha llevado su causa a todos los rincones del mundo, ha entrado ya en la leyenda. Se agolpan recuerdos y sensaciones mientras la evocamos.
Vi actuar por primera vez a Mariem en abril de 2000 en los campamentos de refugiados saharauis. No era consciente de la envergadura de quien estaba actuando, entonces yo no sabía absolutamente nada sobre el Sahara. Ella, a punto de ver despegar de manera vertiginosa su carrera, formaba parte de uno de los grupos musicales que participaban en el Festival Sahara en el Corazón, motivo de mi viaje a los campamentos junto con compañeros de mi añorada Radio Resistencia. Por entonces ya había salido, dos años atrás, la caja ‘Saharauis’ de Nubenegra, discográfica con la que la cantante desarrollaría su exitosa carrera musical. De su época anterior a Nubenegra hay que destacar su participación en el documental de Danielle Smith ‘Beat of Distant Hearts’ (1999) donde una joven Mariem aparecía junto con poetas y pintores saharauis en los campamentos de refugiados.
A partir de entonces el Sahara pasó a ser parte de mi vida y Mariem Hassan era una parte indisoluble de la causa saharaui. Sus discos y sus actuaciones eran una celebración por la libertad del Sahara, una de las mejores herramientas de lucha y de difusión de la causa saharaui en todos los rincones del mundo donde Mariem cantaba.
La primera vez que la vi en España fue en 2001 en la sala Clamores, acompañada por el guitarrista Nayim Alal. Vendrían después decenas de conciertos: en varias ocasiones en la desaparecida Sala Suristán; en la librería Enclave desde donde pasamos a la oficina de Nubenegra, recién presentado Shouka, estuvimos tomando algo con su grupo de entonces en el que Lamgaifri Brahim tocaba la guitarra; en la clausura de varias ediciones de las Jornadas de las Universidades públicas madrileñas donde la escuchábamos con tanta emoción rodeados de compañeros de causa; o un inolvidable concierto en Clamores en mayo de 2012, tras la clausura de las jornadas universitarias de aquel año. Mariem enardecía al público, aquello era siempre una locura.
Tuvimos una última ocasión de verla actuar en directo el 10 de noviembre de 2012 como colofón de la manifestación anual por el Sahara de aquel año. Un mes antes habíamos estado en Espacio Ronda en la presentación de su disco ‘Arde El Aaiun’, su cuarto y último trabajo en solitario. Entonces la acompañaba la que sería su última banda, con Luis Giménez a la guitarra, y las flautas y el saxo de Gabriel Flores, además de su inseparable Vadiya.
Sabíamos que Mariem estaba de nuevo enferma pero todos esperábamos que saldría adelante. Lo intentó con todas sus fuerzas.
Mariem Hassan fue una figura de la música a escala mundial que traspasó países, culturas, estilos y generaciones. Recuerdo mi sorpresa cuando en el Tímpanos y Luciérnagas (programa musical de radio desde Murcia) dedicado al artista Sam3, una de las canciones que él escogió fue de Mariem Hassan; no era un programa de músicas del mundo, no eran personas cercanas a la causa saharaui, pero Mariem estuvo allí.
Rompiendo cadenas musicales, la revista Rockdelux es una de las que le ha dedicado un texto de despedida. Una prueba del éxito de Mariem fue su presencia durante dos meses consecutivos en 2012 en el nº 1 en las listas europeas de las músicas del mundo. Como figura que interesó a los medios de comunicación y a otros artistas, hay que recordar dos conciertos monumentales de la cantante.
Un frío 24 de febrero de 2005 Mariem actuó con el gran Enrique Morente en el IV Festival Musical a favor del Pueblo Saharaui en Guadalajara. Mariem y Morente compartieron escenario en una canción, quedamos absolutamente fascinados. El 8 de marzo de 2004 Mariem tocaba en Madrid ante una Plaza de Callao abarrotada en un multitudinario concierto organizado por Radio3. Presentaba entonces su segundo disco en solitario ‘Deseos’, acompañada por su hermano Boika y su inseparable Baba Salama.
Baba Salama fue uno de sus grandes apoyos y una de sus grandes tristezas. Su querido compañero y director musical de sus dos primeros discos en solitario, fue uno de los grandes guitarristas que ha dado el haul saharaui. Baba murió de una inesperada y fulminante enfermedad el 24 de agosto de 2005, en estos días hará diez años. Por entonces Mariem estaba siendo tratada por primera vez del cáncer que acababan de detectarle.
A pesar del mazazo sacaría fuerzas para afrontar la etapa más brillante de su carrera.
Además de España, la artista saharaui recorrió casi toda Europa (Alemania, Bélgica, Portugal, Suecia, Francia, Reino Unido, Italia…), Nueva Zelanda y Australia en marzo de 2010, Latinoamérica (arrasó en Venezuela), África (en el desierto de Mali)… Allá donde iba solía participar en talleres, de danza, de música, de cocina, explicando siempre la causa saharaui allá donde actuaba. Decenas de festivales, premios, homenajes y reconocimientos. Inagotable Mariem. Colaboraciones con Luis Delgado, Amparanoia, Sebastiâo Antunes, con músicos iraníes, senegaleses…
También cantó versos de los grandes poetas saharauis en hassania como Badi Mohamed Salem, Beibu, Bachir Ali y en especial con Mohamed Lamin Alal, quien le escribió varios temas, el último su canción ‘Despedida’, cantada a capella.
Mariem fue una embajadora de su causa, una potente activista cultural, su música fue una eficaz herramienta de lucha que llevó a los saharauis a todos los rincones del mundo. Siempre fue una activista comprometida hasta la médula con los territorios ocupados. En febrero de 2005, cuando aún no había estallado la Intifada saharaui de mayo de aquel año, Mariem ya hablaba de sus compatriotas de la parte ocupada.
En declaraciones a Poemario por un Sahara Libre afirmó: “Yo me entrego a los ciudadanos saharauis que resisten en los territorios ocupados y les agradezco el mantener su lucha constante y me siento muy contenta porque me consta que seguís mis veladas artísticas y mi música”. Fruto de ese compromiso nacieron sus canciones más reivindicativas: ‘La Intifada’, ‘Arde El Aaiun’ o ‘Gdeim Izik’, ya inolvidables. Mantuvo el mismo compromiso con sus compatriotas de los campamentos: festivales solidarios por el Sahara, a favor de los refugiados, compartiendo mesa con destacados activistas saharauis como Aminetu Haidar. Mariem, siempre reivindicativa, protestó en 2010 contra la celebración del festival trampa marroquí “Dakhla-Morocco” en la ciudad saharaui de Dajla y pidió a Johnny Clegg que no participara. El músico sudafricano finalmente no acudió al Sahara ocupado.
Imposible enumerar todas sus canciones. Algunas recogen anécdotas de su vida cotidiana como ‘La melhfa’ (recordando la agresión que sufrió a manos de unos marroquíes en Madrid en septiembre de 2009), o ‘Alu ummi’ (donde recrea una tierna llamada de teléfono a su madre); ‘Shouka’, una cantata donde Mariem respondía al discurso de Felipe González en los campamentos de refugiados saharauis y le echaba en cara su traición. Mariem nos deja también auténticos himnos como ‘Haiyu’ o ‘Ana saharauia’.
Tuve ocasión de ver por última vez a Mariem en mayo de 2014. Había ido a despedir al equipo de la película ‘Legna, habla el verso saharaui’, que participaban en el FISahara de aquel año. Mariem viajaba con su gente de Nubenegra y el músico portugués Sebastiâo Antunes, con el que había actuado en Portugal y al que le unía una buena amistad. Mariem, en la última fase de su enfermedad, iba a despedirse de su pueblo en un concierto. Estuve un rato sentada con ella intercambiando opiniones; me explicaba con calma y naturalidad algunos de sus problemas de salud sin perder ni un momento la sonrisa. Mariem entregaría más tarde el Primer Premio a los directores de ‘Legna…’, que finalmente resultaría vencedora.
Mariem Hassan viviría aún más de un año, plantando cara a la enfermedad con esa fuerza que sólo poseen los verdaderamente grandes. Con esa deslumbrante eterna sonrisa tuvo aún fuerza para participar en el que ha sido su último proyecto y del que esperamos pronto tener noticias.
Difícil asimilar que ya no tendremos entre nosotros a Mariem. Descanse en paz.
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