El desarrollo que están siguiendo las relaciones franco-argelinas está causando estragos en Marruecos. Cuando el presidente francés François Hollande visitó a Argelia antes que Marruecos, la prensa marroquí empezó a lamentarse hasta el punto de que el Primer Minsitro Jean-Marc Ayrault tuvo que mandar un mensaje de apaciguamiento al gobierno marroquí en el que decía que los marroquíes no deben interpretar cualquier acercamiento entre Argelia y Francia como un hecho en detrimento de las relaciones franco-marroquíes.
En un poco más de dos semanas, dos dirigentes franceses de peso se desplazaron hacia Argel : Jean-Yves Le Drial, ministro de defensa, el 20 de mayo pasado, y Laurent Fabius, ministro de asuntos exteriores, el domingo 8 de junio. Un hecho que al parecer inquieta en Rabat. Tanto que mobilizaron al escritor Tahar Ben Jelloun. Este publicó una carta publicada en Le Point y dirigida al presidente Hollande en la que se protesta y lanza amenazas por lo que él llama el trato reservado a su país por el Elíseo.
« Ningún dirigente político francés habría osado comparar a Argelia como una amante que no se quieres pero con la que tenemos que acostarnos » dijo, añadiendo « mira como y cuánto temen a Argelia ».
« Marruecos se considera como « el amigo de Francia ». Tanto en tiempos de Fraçois MItterand como de Jacques Chirac, siempre fue tratado con respeto y consideración. No por amabilidad sino simplemente porque este país es un buen cliente y que el protectorado no terminó en una guerra como fue el caso de Argelia. Esta tragedia está lejosde ser olvidada. La memoria franco-marroquí es más bien apaciguada, tranquila et a veces apasionada », señala Ben Jelloun. Sin embargo « la tensión dura, los errores continúan y el Señor Hollande no dice nada », constata con amargura el escritor marroquí.
Utiliza un tono provocador hacia Francia, basándose en la mentira sobre el comportamiento de Argelia cuando afirma que « los políticos franceses aman a los países que los maltratan ». La crisis de celos le hace decir a Tahar Ben Jelloun una cosa y su contrario. Por un lado, intenta evitar reproches al presidente François Hollande, y unas líneas más adelante, blandea la amenaza: « Marruecos no es el tipo de país al que trata sin cuidado » , advierte.
Una vez más, el Makhzen intenta interferir en las relaciones Argelia y Francia. Para ello, no duda en injerirse en los asuntos políticos franceses, aconsejando a François Hollande a no escuchar a sus amigos que le conducen al « callejón sin salida ». Invita al presidente francés a pasar dos días de vacaciones en Marruecos afrimando que eso le « aportará felicidad ». Un llamamiento misterioso que hace pensar que los marroquíes quieren tender una trampa al rpesidente Hollande como lo hicieron con otros.
En la nueva orientación política francesa, Rabat ve que París le está abandonando poco en la cuestión del Sáhara. Eso es lo que molesta en Marruecos.
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