RABAT (Reuters) – Un proyecto de energía solar de Marruecos valorado en unos 9.000 millones de dólares (unos 6.600 millones de euros) que pretende convertir el sol del desierto en una lucrativa exportación energética a Europa podría estar en peligro ya que los prestamistas internacionales se muestran reticentes sobre las plantas previstas en el Sáhara Occidental.
En 2009, Marruecos elaboró unos planes para construir plantas solares y parques eólicos con los que generar cuatro gigavatios de energía para 2020, pero una gran parte de esa producción provendría de emplazamientos en la antigua colonia española, objeto de disputa con el Frente Polisario desde hace cuatro décadas.
Marruecos controla gran parte del territorio atlántico desde noviembre de 1975 y reivindica la soberanía sobre un territorio desértico con una población escasa pero rico en recursos naturales, como reservas de fosfatos, pesca y un potencial petrolero.
Sin embargo, el Polisario, que cuenta con el apoyo de Argelia, quiere la independencia, y hace más de 20 años se creó una misión de la ONU, la MINURSO, con el objetivo de organizar un referéndum sobre el futuro político del Sáhara Occidental que nunca llegó a celebrarse.
La disputa volvió a surgir en octubre del año pasado, cuando Marruecos llamó a consultas a su embajador en Argelia después de que el presidente del país vecino molestara a Rabat al pedir el envío de supervisores de los derechos humanos a la zona.
El Sáhara Occidental también ha sido objeto de atención en Europa, y las autoridades estadounidenses temen que las relaciones dañadas entre Marruecos y Argelia perjudiquen la cooperación en la lucha contra el integrismo islámico activo en el Magreb.
CINCO EMPLAZAMIENTOS
Los planes marroquíes incluyen la construcción de cinco plantas de energía solar, dos de ellas en el Sáhara Occidental – una de 500 megavatios (MW) en Foum El Oued y otra de 100 MW cerca de Bujador. Otra de 500 MW está prevista en Sabkhat Tah, fronteriza con el territorio en disputa.
Fuentes de financiación en el banco estatal alemán KFW [KFW.UL], el Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones y la Unión Europea han dicho a Reuters que no financiarán proyectos en el Sáhara Occidental.
« Si apoyamos esas inversiones, parecería que estamos apoyando la posición marroquí. Somos neutrales en ese conflicto », dijo una importante fuente bancaria.
Otra fuente agregó: « Nunca hemos apoyado ningún proyecto en ese territorio (Sáhara Occidental), y no lo haremos, aunque el plan de solar marroquí supone mucho para nosotros ».
Todas las fuentes pidieron no ser identificadas por la sensibilidad política de este asunto.
El avance en los proyectos solares se ha limitado de momento a un emplazamiento en Marruecos, donde la saudí ACWA Power está construyendo una planta de 160 MW en la ciudad de Ouarzazate.
MASEN, la agencia de energía solar del país, pretende licitar pronto la construcción de otras dos plantas por valor de 1.700 millones de euros – una de 100 MW y otra de 200 MW -, también cerca de Ouarzazate. La alemana KFW respaldó en octubre un crédito de 654 millones de euros para financiarlos parcialmente.
¿FINANCIACIÓN DEL GOLFO?
« Si todas esas instituciones dicen que no las financiarán, veremos en su momento », dijo el ministro marroquí de Minas y Energía, Abdelkader Amara.
Fuentes marroquíes dicen que Rabat podría buscar financiación bilateral alternativa de estados del golfo Pérsico que ya han invertido en Marruecos, aunque admiten que esos inversores también podrían mostrarse reticentes y que es probable que financiaran completamente los proyectos.
Aunque organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional acusan a Marruecos de usar una fuerza excesiva contra los activistas y de reprimir la libertad política en el Sáhara Occidental, Rabat invierte grandes cantidades en el territorio con la esperanza de calmar el malestar social y las reivindicaciones de independencia.
Cualquier inversión con empresas internacionales desata protestas por la legitimidad marroquí de negociar en nombre de la población saharaui.
El mes pasado, el Parlamento Europeo aprobó un acuerdo de pesca que permite a barcos europeos faenar en aguas marroquíes y del Sáhara Occidental dos años después de rechazar una cuerdo similar por temor a que supusiera reforzar el control de Rabat.
Medios oficiales marroquíes lo calificaron de una victoria política, mientras que el Polisario dijo que supone una violación del derecho internacional.
Kosmos Energy y Cairn Energy también comenzaron el mes pasado estudios sísmicos en cabo Bujador y planean hacer perforaciones petroleras.
Por Aziz El Yaakoubi
Reuters, 04/1/2014
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