Rabat utiliza a sus emigrantes como informadores
Espías de Marruecos en España
A través de sus nacionales emigrantes, Marruecos, país tan próximo y a la vez tan lejano, está metiendo a sus servicios secretos, como un caballo de Troya, en territorio europeo con un doble propósito: por un lado, vigilar a sus propios emigrantes establecidos en Europa; por el otro, obtener de primera mano información sobre las sociedades europeas.
La información es poder. Y los servicios de inteligencia del Reino alauí se han lanzado a conseguir dicho poder. Cosa que ha hecho saltar las alarmas de los países europeos en los que reside una importante comunidad marroquí, caso precisamente de España.
por Antonio Luque, enero de 2009
El espionaje exterior de Marruecos, conocido por sus siglas DGED y dirigido por Mohamed-Yassin Mansouri, un civil, amigo del propio rey Mohamed VI, viene aumentando su presencia en la Unión Europea, donde actúa como interlocutor privilegiado del Gobierno de Rabat, por encima incluso de sus representaciones diplomáticas y en conflicto, a veces, con ellas.
Según algunas fuentes, los servicios europeos de inteligencia presentes en Marruecos (incluido el CNI español) (2) habrían “informado a sus gobiernos respectivos de la tendencia del espionaje marroquí a penetrar en medios religiosos y comunitarios” (3). Sin embargo, el Ministerio español de asuntos exteriores que dirige Miguel Ángel Moratinos se limita a hacer la vista gorda, a la espera de que ocurra algún acontecimiento. En contraste con la actitud que tuvieron las autoridades de Rabat durante la crisis de Perejil, en julio de 2002, durante el segundo mandato de José María Aznar, cuando lanzaban acusaciones contra periodistas españoles acreditados allí, tachándolos de “espías de Madrid”. En la actualidad, el servicio de inteligencia alauí alecciona abiertamente a sus imanes y consejeros espirituales en España, y las autoridades de Madrid permanecen mudas.
De manera muy diferente ha reaccionado, por ejemplo, el Gobierno italiano. Alrededor de una cincuentena de imanes marroquíes que ejercen en mezquitas de Italia y que habían participado, en noviembre de 2008, (junto con otros noventa que actúan en España) en un seminario organizado oficialmente por el Ministerio de Asuntos Religiosos (4), pero en realidad concebido por los servicios de Yassin Mansouri en Marrakech, fueron interrogados por las autoridades transalpinas a su regreso de Marruecos.
De los casi setecientos mil musulmanes que residen en Italia, cerca de un tercio es marroquí y, a pesar de que el régimen de Rabat ha creado en 2005, a base de subvenciones millonarias, una Confederación de la Comunidad Marroquí en Italia (http://www.maroc.it/), con el objeto de frenar el crecimiento del radicalismo islamista en el seno de esa comunidad, los imanes resisten las presiones de los servicios marroquíes de inteligencia, prefiriendo establecer buenas relaciones con las autoridades de Roma, en aras de una mejor integración de sus compatriotas.
También en Bélgica, en diciembre de 2008, la prensa (5) se hizo eco de las declaraciones del jefe de los Servicios de inteligencia belgas (la Sûreté), Alain Winants, según las cuales se le había pedido al Gobierno de Marruecos que retirara “inmediatamente a tres funcionarios de los servicios secretos de Rabat presentes en Bélgica”, los cuales presuntamente realizaban sus actividades de espionaje bajo la capa protectora del estatuto diplomático. El diario De Morgen, de lengua flamenca, dando cuenta de una reunión parlamentaria, en principio secreta, reveló en su edición del 20 de noviembre de 2008 que Marruecos viene ignorando la petición belga desde hace ya más de seis meses, por lo que la seguridad de Bruselas “ha decidido suspender todo contacto con la Dirección General de Estudios y Documentación marroquí (DGED)” (6). Las fricciones entre ambos países comenzaron en el momento de la detención, el 18 de febrero de 2008 en Casablanca, del ciudadano belga de origen marroquí Abdelkader Beliraj, acusado de haber cometido seis asesinatos en Bélgica y que está siendo juzgado en Marruecos “por constitución de una red terrorista” cuyas ramificaciones al parecer conducen a los propios servicios de inteligencia de dichos Estados, de los que sería un agente doble (7).
En el país vecino, Holanda, la comunidad marroquí ha reaccionado airadamente contra el viaje de cuarenta imanes y hombres de religión a Marruecos para asistir a una conferencia de adoctrinamiento, donde los servicios de espionaje de Rabat han impartido directrices para enseñarles a actuar y a obtener información en su país de residencia. Constituye una injerencia del régimen alauí contra la libertad religiosa en Holanda, como ha declarado la Asociación de Marroquies en los Países neerlandófonos : “Nuestra comunidad en Holanda –afirma la Asociación en un comunicado– es capaz, por sí sola, de interpretar los textos sagrados, sin ayuda de funcionarios de Mohamed VI” (8). Sospechan que Rabat utiliza el miedo al extremismo religioso como excusa para manipular a la comunidad de emigrantes.
Antes de invitar a los líderes religiosos a desplazarse a Marruecos, las autoridades magrebíes enviaron a un grupo de funcionarios a Holanda para mantener “un encuentro de carácter religioso” con los musulmanes emigrados de origen marroquí, pero la mayoría de imanes presentes abandonó la reunión, temiendo ser manipulados : Rabat procedió entonces a invitar a un grupo seleccionado a viajar a Marruecos.
Por otra parte, un informe del AIVD, el servicio secreto holandés, reveló que algunos de sus agentes pasaban información confidencial a la DGED, el espionaje exterior marroquí. El Gobierno holandés protestó ante el marroquí y éste repatrió a dos agentes suyos, acreditados como diplomáticos en La Haya, quienes habían reclutado, entre otros, a un sargento de la policía holandesa, Redouane Lemhaouli, 38 años, de origen marroquí. Lemhaouli suministraba, aparentemente, al Gobierno de Marruecos información sobre sus inmigrantes en los Países Bajos a la que tenía acceso como policía. “Rabat está empeñada en vigilar y someter a la comunidad marroquí establecida en el extranjero”, escribió el diario electrónico marroquí de lengua árabe Hespress. “Antes, durante la guerra fría, lo hacía para luchar contra la infiltración marxista ; ahora contra el islamismo” (9).
El caso de Francia es bastante diferente, porque existen desde hace tiempo unas relaciones muy estrechas y una tradición de colaboración entre los servicios secretos franceses y marroquíes. Además, hay también una vieja tradición de entendimiento entre ambos gobiernos. Los emigrantes marroquíes organizados en el seno de la Reagrupación de Musulmanes de Francia (RMF), organismo controlado por las autoridades de Rabat, obtuvo un poco más del 43% de votos en las elecciones de junio de 2008 para renovar el Consejo Francés del Culto musulmán (CFCM), y por consiguiente se hicieron con el mando de este organismo mediador entre la comunidad inmigrante y el Gobierno de París. Por lo que las autoridades galas hace oídos sordos a las denuncias de “injerencia de los espías marroquíes” en el Hexágono.
En varios países europeos preocupa la infiltración de eventuales espías marroquíes en el seno de las fuerzas armadas. Las autoridades de Rabat quisieran poder detectar a los hijos de emigrantes marroquíes, simpatizantes de las tesis islamistas violentas, que tuviesen la tentación, al ser ciudadanos europeos, de entrenarse en el seno de las fuerzas armadas mientras hacen el servicio militar. Los hombres de la DGED temen que, por medio de este quinta columnismo, futuros terroristas se alisten en el ejército, para completar su formación en el uso de armas y de tácticas militares.
Sobre este tema existe –sobre todo después de los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004– un entendimiento entre Rabat y Madrid. El servicio de espionaje español, el CNI, parece tener localizado y controlado a un grupo de ex soldados españoles musulmanes que precisamente realizan actualmente entrenamientos para integrarse en grupos de la Yihad islamista. A pesar de que la cifra de esos ex miembros de las Fuerzas Armadas españolas no ha sido concretada, sí se sabe –afirman fuentes militares españolas– que serían en torno a la decena y que se encontrarían formándose en campos de entrenamiento de radicales islamistas. De la misma manera, subrayan que ninguno de ellos tuvo acceso a información sensible durante su servicio en el Ejército dado que no ocupaban puestos de responsabilidad. Los campos de entrenamiento de la Yihad se ubican generalmente en países del Sahel, en algunas zonas del Magreb, y también en Irak, Yemen, Somalia, Arabia Saudí y Afganistán, y son objeto de la atención de todos los servicios de inteligencia occidentales.
Sin que exista motivo serio de alarma, el Centro Nacional de Inteligencia, con la ayuda más que probable de la DGED marroquí, vigila también las actividades de algunos soldados musulmanes integrados en el Ejército español. En el seno de ciertas unidades se ha creado el cargo de “vigilantes”, es decir informadores ; una función que asumen algunos militares musulmanes quienes, discretamente, velan por que se cumplan los preceptos islámicos en cuanto a comida y bebida, se respete la oración de los viernes y se permita acudir al rezo sin condición alguna. Observan así los eventuales comportamientos de tipo integrista o radical ; y reportan al CNI –y probablemente a la DGED– toda actitud sospechosa. Pero la situación no ha desatado la alarma entre la inteligencia. Según fuentes militares, la integración de efectivos de confesión musulmana en las unidades es total.
“El espionaje marroquí y los imanes que son enviados a Europa se esfuerzan en que el extremismo islamista no cunda entre sus emigrantes –asegura un ex agente instalado en el sur de Andalucía– Rabat sostiene que su labor es útil para Marruecos. Pero también para el país anfitrión”.
Le Monde Diplomatique en español
(1) Dirección General de Estudios y Documentación.
(2) Centro Nacional de Inteligencia
(3) Léase, Pedro Canales, “Los servicios secretos de Mohamed VI quieren controlar la emigración”, El Imparcial, Madrid, 25 de noviembre de 2008.
(4) “Des imams d’Espagne et d’Italie veulent promouvoir un Islam tolérant”, noticia de la agencia AFP, difundida por radio Med1 el 9 de noviembre de 2008.
(5) Consultar, por ejemplo, el sitio www.telquel-online.com/349/maroc3_349.shtml
(6) www.lalibre.be/actu/belgique/article/461517/armand-de-decker-scandaleux-et-inacceptable.html
(7) Aujourd’hui Le Maroc, Casablanca, 29 de febrero de 2008.
(8) Pedro Canales, op. cit.
(9) El País, Madrid, 23 de septiembre de 2008. Ver también la noticia de AFP del 19 de septiembre de 2008.
Fuente : Mémoire des luttes, 02/01/2009
Tags : Marruecos, España, servicios secretos, DGED, espionaje, espías,
Soyez le premier à commenter