El verano que acaba de terminar fue caliente y tormentoso en Marruecos. No sólo en el ámbito climático, sino también y sobre todo en lo referente a la situación de los derechos humanos que no paró de deteriorarse.
Prohibiciones de actividades y de creación de asociaciones, condenas arbitrarias de militantes políticos y de derechos humanos, campañas de difamación y acusaciones graves contra asociaciones de defensa de los derechos humanos y de sindicatos de trabajadores.
Los campamentos de verano que organiza la AMDH cada verano, desde hace más de 20 años, en beneficio de los hijos de sus militantes fueron prohibidos este año, sin ninguna explicación. También se prohibieron los seminarios de formación para sus jóvenes miembros. La sección marroquí de Amnistía Internacional tampoco se ha librado.
Una severa represión, especialmente dirigida contra los activistas de derechos humanos, del movimiento 20 de Febrero y los estudiantes en las diferentes universidades del país, se lleva a cabo continuamente por las autoridades marroquíes desde hace unos meses. Los más activistas de ellos son encarcelados o secuestrados y torturados. Y los que se atreven a quejarse ante los tribunales son de nuevo encarcelados bajo acusación de « falsa y calumniosa que perjudica la reputación de la autoridad pública ». Así es cómo la joven militanteWafaa Sharaf fue condenada a un año de prisión y una multa de 1.000 dirhams así como 50.000 dirhams (€ 5.000) en concepto de indemnización que tiene que pagar a la policía de Tánger que la había secuestrado y torturado. Por lo tanto, los verdugos de ayer (años de plomo) y hoy siguen gozando de la impunidad por sus crímenes y de la protección de las autoridades.
Grupos de estudiantes de Marrakech y Fez fueron condenados a largas penas de prisión por « perturbar el orden público » y, de paso, las universidades perdieron su « privilegio de santuario ». Las fuerzas del orden acamparon allí de una manera permanente desde principios de junio 2014. Uno de ellos, Mustapha Meziani, huelguista de hambre durante más de 72 días, abandonado sin cuidados ni ayuda, murió el 13 de agosto en Fez.
La asociación « Freedom Now », que tiene como objetivo, sobre todo, la defensa de la libertad de expresión y de prensa, se le negó la autorización de trabajo bajo el falaz pretexto de que uno de sus fundadores « es un indigno ciudadano que rechazó, en un comunicado público, la autoridad del rey « . La queja de la asociación contra el ministro del Interior ante el Tribunal Administrativo de Rabat fue rechazada por « no poseer un estatus legal ».
Sin embargo, un nuevo paso ha sido dado en la confrontación, ahora directa, de las autoridades marroquíes, con las asociaciones de defensa de los derechos humanos. En una declaración hecha el 15 de junio ante la Cámara de Representantes, el ministro del Interior acusó a las asociaciones « de dudar de los servicios de seguridad del país, de servir agendas extranjeras, ayudadas en eso por apoyos financieros externos ». También están amenazadas por meticulosos controles de su contabilidad.
Por lo tanto, a la represión activa de las fuerzas de seguridad, se añade la represión política y moral a través del desprestigio público y mediático de estas asociaciones y las acusaciones de traición. Ni siquiera los « años de plomo » vieron una violencia parecida.
Después de esta dura constatación sobre la situación de los derechos humanos en Marruecos, la AMBDH(1) denuncia firmemente estas prácticas represivas de otra época y suma su voz a la de todas las asociaciones de defensa de los derechos humanos en Marruecos para condenar esta « campaña feroz y engañosa contra el movimiento marroquí de derechos humanos ».
La AMBDH reclama la dimisión del ministro del Interior que hace falsas e irresponsables declaraciones, y exige disculpas del jefe de Gobierno.
Es en este contexto liberticida, que va en contra de los compromisos internacionales del Estado y de la última « Constitución acordad del 2011 », que Marruecos se prepara para recibir el « Foro Mundial de Derechos Humanos » del 27 al 30 de noviembre 2014 en Marrakech. Lo menos que se puede decir es que sería indignante que los países democráticos acepten la invitación de un país en el que no pasa un mes sin que sea señalado con el dedo por numerosas organismos como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y las asociaciones marroquíes para la defensa de los derechos humanos.
La AMBDH llama a la movilización de todas las fuerzas vivas amantes de la libertad y la democracia a condenar a las autoridades marroquíes, y apoyar la lucha del pueblo marroquí en su lucha diaria por el establecimiento de un verdadero Estado de derecho y democrático.
Bruselas, 12 de septiembre 2014
El Consejo de Administración de la AMBDH
(1) Asociación de Marroquíes de Bélgica para los Derechos Humanos
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