Eugenio Pordomingo (16/12/2013)
El martes día 10 de este mes, los eurodiputados europeos votaron acerca del Acuerdo de Pesca entre la Unión Europea y Marruecos. A nadie se le escapa que ese acuerdo era y es crucial para el reino alauita. Mohamed VI había visitado la Casa Blanca escasos días antes para recibir el apoyo, las consignas e instrucciones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Entre tanto, el lobby español que apoya a Marruecos no ha parado para que PSOE y PP votasen a favor, labor fácil, por cierto. Más complicada y compleja fue la llevada a cabo con los partidos políticos no españoles, aunque adscritos a sus grupos parlamentarios. Al unísono, poderosas agencias de comunicación se encargaban de los medios de comunicación, logrando que la mayoría silenciaran la ilegalidad de esos acuerdos que contemplan costas y aguas que pertenecen al pueblo saharaui.
Hay que tener un encefalograma plano para no percatarse de que el PSOE y el PP iban a votar a favor del Sí al Acuerdo de Pesca, que para Europa es un mal negocio desde el punto de vista económico y estratégico. Y para España aún peor. Una vez más el Estado español se pliega a las apetencias y decisiones de Estados Unidos y Francia que utilizan a Marruecos como peón.
Los intereses creados en España –los particulares y los de la Casa Real- han presionado, aunque no han necesitado mucho esfuerzo, para que el bloque bipartidista votara en consecuencia. Por otro lado, no había dudas de lo que votarían Los Verdes, IU y UPyD. Cualquier voto en contra de lo prometido de manera reiterativa por estos grupos políticos que apoyan las justas reivindicaciones saharauis, sería un golpe bajo en la sensibilidad de todos.
¿Quién iba a dudar de la postura de IU o UPyD? Sinceramente, nadie, o casi nadie. En la Tertulia Espacios Europeos del día 3 de este mes –la pueden escuchar en nuestra Fonoteca-, yo manifesté mis dudas acerca de la postura que podrían tomar IU y UPyD. IU, coherente con su apoyo a los saharauis, ha votado en contra de que se firmen esos acuerdos de pesca con Marruecos; pero Francisco Sosa Wagner, eurodiputado del grupo que lidera la diputada nacional Rosa Diez, se abstuvo. Una forma sibilina, cobarde y vergonzosa de decir Sí, a sabiendas de que la mayoría iba a votar afirmativamente.
Me llegan rumores de que entre la militancia de UPyD ronda la desolación. ¿Ha votado Sosa Wagner por su cuenta contradiciendo la defensa que su partido hace de la causa saharaui? Mucho me temo que no. De ser así ya hubiera salido algún responsable del área internacional del partido, o la misma Rosa Díez, descalificando a su único eurodiputado. Pero no ha sido así.
Silencio. Todos guardan silencio. Un silencio cómplice que sin duda alguna tendrá sus contrapartidas.
Ese mutismo me hace meditar, pensar. Recuerdo ahora que el pasado año, la diputada de UPyD, Irene Lozano Domingo, presentó en el Congreso de los Diputados una ´Proposición No de Ley´, que de alguna forma apoyaba la política de Marruecos en el Sáhara Occidental. El contenido de esa PNL alentaba, animaba y de hecho reconocía, la política llevada a cabo por Marruecos en el Sáhara Occidental.
En esa PNL se insta al gobierno presidido por Mariano Rajoy a que, entre otras cosas, adelantándose a un “posible deterioro de la situación, asuma para España un papel protagonista en la cuestión del Sáhara e impulse un diálogo sincero y confiado entre las partes”.
Rosa DiezLa diputada de UPyD, anima en su escrito a que la “negociación debe ir encaminada a lograr lo que el secretario general de la ONU incluía entre las recomendaciones de su informe, anteriormente citado: “Alcanzar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental en el marco de disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas”.
En el punto 2) de esa Proposición presentada por UPyD se afirma lo siguiente: “El presidente del Gobierno se sirva de la buena relación de vecindad con Marruecos, para instar al rey de ese país a trasladar al territorio del Sáhara las reformas democráticas emprendidas para su propia población. Esto concierne no sólo a la posibilidad de ejercer el derecho a su libre determinación, sino también a la no discriminación de los saharauis en el acceso a puestos de trabajo, viviendas y todo tipo de promoción social en el territorio, que en estos momentos les es vedado”.
En el punto 3), la diputada magenta anima al presidente del Gobierno de España a que “establezca contactos con el enviado especial de la ONU para el Sahara, Christopher Ross, y así de forma conjunta se promuevan las negociaciones necesarias para lograr una resolución del conflicto admisible por ambas partes”. La propuesta, como es preceptivo, va firmada por la lideresa de Unión Progreso y Democracia, Rosa Díez González.
No caben medias tintas, evasivas, disculpas o discursos confusos. ¿Volverá Rosa Diez a marchar unida del brazo con los saharauis en las manifestaciones reivindicativas? Mucho me temo que no.
La propuesta de entonces y el voto abstencionista (un Sí en la práctica) han sido un auténtico jarro de agua fría entre todos aquellos que se solidarizan con la causa saharaui.
La votación en el asunto del Acuerdo de Pesca entre la UE y Marruecos tuvo 310 votos a favor y 204 en contra. Los eurodiputados españoles que votaron en contra son: Willy Meyer (IU), Garcés Ramon (PSOE), Irazabalbeitia (Aralar), Romeva i Rueda (ICV). Las abstenciones fueron 49, entre ellas las de Bilbao Barandica (PNV), Tremosa i Balcells (CiU), Sedó i Alabart (CiU) y Francisco Sosa Wagner (UPyD).
Ya se sabe, en política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.
http://espacioseuropeos.com/52013/mentiras-tapujos-juego-sucio-e-intereses-ocultos/
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