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Desde el 7 de octubre de 2023, los responsables estadounidenses han intensificado sus visitas al Mashreq mientras multiplican sus declaraciones de apoyo a Israel. Bajo el pretexto de evitar la escalada del conflicto hacia otros países de la región, Washington permite a Israel continuar con el genocidio en Gaza.
En el Magreb, numerosos emisarios estadounidenses han visitado Argelia desde que se reanudó la guerra en el Sahara Occidental, donde Marruecos ha mostrado su superioridad gracias a los drones proporcionados por su aliado israelí. Para mantener esta situación, Washington impide a Argelia suministrar drones al Frente Polisario y, así, crear un equilibrio de fuerzas sobre el terreno. En nombre de la desescalada, Washington busca preservar la ventaja en beneficio de su aliado, Marruecos.
La intervención de los estadounidenses para frenar el avance de los saharauis no es nueva. Este fue el caso en la batalla de Zak, cuando el ejército marroquí fue sitiado por los combatientes del Ejército Popular de Liberación Saharaui durante casi seis meses, de septiembre de 1979 a mayo de 1980. Los estadounidenses ordenaron a Argelia levantar el sitio para permitir que el contingente marroquí se reabasteciera.
Estados Unidos nunca ha tolerado una superioridad saharaui en el campo de batalla. También fue el caso durante la batalla de Guelta Zemmour, el 13 de octubre de 1981. Bajo el pretexto de una escalada saharaui, la administración de Ronald Reagan proporcionó una importante ayuda militar a Marruecos. Según un cable enviado por la embajada estadounidense en Argel el 16 de diciembre de 1981, el general Vernon Walters, responsable del Pentágono, declaró al ministro argelino de Relaciones Exteriores, Mohamed Salah Dembri: « Nuestra respuesta ha sido proporcional a la escalada provocada por la introducción de misiles SAM-6, y su objetivo es restablecer el equilibrio militar y evitar una nueva escalada del conflicto en el Sahara Occidental, mientras continúan los esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución ». Desde entonces, la desescalada se ha convertido en sinónimo de statu quo.
En otra correspondencia fechada el 14 de febrero de 1982, el ministro argelino de Defensa, Belloucif, señaló ante el viceministro Nicholas Veliotes que Argelia había pagado un precio demasiado alto por su propia independencia como para permitir que Cuba, la URSS, Alemania del Este o cualquier otro actor extranjero interviniera en el Sahara Occidental.
Parece que Washington ha asegurado un cierto « autocontrol » por parte de Argelia, que, según otro cable estadounidense, « considera cada vez más sus intereses en términos de estabilidad regional y cooperación económica. Además, la respuesta estadounidense en Guelta Zemmour probablemente convenció a Argelia de que la escalada militar es una propuesta inútil y que corre el grave riesgo de involucrar a las superpotencias ».
Los saharauis coinciden en que sobrevivieron frente a las hordas marroquíes gracias al apoyo de Gadafi. « Sin él, habríamos dependido únicamente del Kalashnikov argelino », afirman. Los eventos recientes confirman esta hipótesis. Los saharauis están siendo masacrados con drones israelíes bajo la mirada de su aliado argelino, que permite que esto suceda para no disgustar a los estadounidenses.
« Los palestinos son víctimas de la normalización de los países árabes con Israel, y los saharauis de la tentativa de normalización de Argelia con Estados Unidos », según un alto responsable saharaui que pidió el anonimato.
¿Qué explica la posición de Argelia? ¿Es por su voluntad de « autocontrol » o por falta de coraje para tomar una decisión que podría colocar a Marruecos en su lugar, por miedo a represalias de sus aliados? Después de haber perdido la apuesta en el Sahel, Argel parece estar perdiendo la apuesta del Sahara Occidental, empujada por la falta de iniciativa.
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