Etiquetas : Sahara Occidental, Marruecos, espionaje, Pegasus, NSO Group, Israel, ocupación, vigilancia, represión,
Desde que se rompió la tregua de 1991 entre el Frente Polisario y Marruecos, y tras la incursión de las fuerzas marroquíes el 13 de noviembre de 2020 para expulsar a un grupo de activistas saharauis que protestaban por el expolio de recursos del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, las hostilidades entre ambos actores se han intensificado. Paralelamente, también ha aumentado la represión y la persecución de las organizaciones y defensores pro-saharauis.
1. LA MODERNIZACIÓN DE LOS SISTEMAS DE VIGILANCIA DE MARRUECOS
La ocupación marroquí del territorio del Sáhara Occidental ha dependido, en gran medida, de su capacidad para controlar, vigilar y reprimir a la población autóctona saharaui. Desde el año 2020, la situación de los derechos humanos en el territorio ocupado del Sáhara Occidental se ha vuelto más alarmante. La creciente digitalización en el panorama africano y marroquí ha influido en los métodos, el impacto y el incremento de las estrategias de vigilancia sobre la población del Sáhara Occidental.
Además, el acercamiento entre Marruecos e Israel, tras el restablecimiento de relaciones en 2020, ha permitido la colaboración en la modernización y el desarrollo de instrumentos de inteligencia y vigilancia. Paralelamente, desde el año 2009, se identifican acuerdos con la empresa española Indra Sistemas S.A. Indra firmó un contrato por 6,3 millones de euros para instalar tres estaciones que ampliaron la red de vigilancia por satélite en las ciudades de El Aaiún, Smara y Dajla. En mayo de 2024, Indra y la Agencia de Desarrollo Digital (ADD) de Marruecos firmaron un acuerdo destinado a acelerar el proceso de transformación digital del país.
La vigilancia de la población civil saharaui por parte de las autoridades marroquíes se ha basado en el uso de mano de obra local, la introducción de informantes y colonos, el control de las fronteras, el aislamiento de la población y la persecución y represión de la disidencia. Las autoridades marroquíes han sometido a la población saharaui a una vigilancia constante, tanto física como tecnológica, tal como informan medios como Por un Sáhara Libre (PUSL). Otras fuentes denuncian la instalación de cámaras de vigilancia en El Aaiún, Smara, Dajla e incluso en ciudades más pequeñas del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos.
Los dos principales órganos encargados de llevar a cabo esta vigilancia son las fuerzas policiales marroquíes y la Dirección General de Vigilancia Territorial (DGST, por sus siglas en francés), el organismo gubernamental del servicio de inteligencia civil de Marruecos. Estas fuerzas han integrado nuevas tecnologías en sus estrategias y mecanismos de control. Desde 2023, la DGST colabora con el Federal Bureau of Investigation (FBI) de Estados Unidos en una alianza “antiterrorista” que abarca la zona del « Sáhara-Sahel » y que termina facilitando el control sobre las disidencias en el territorio.
Source : Surveillance massive au Maghreb et au Mashreq
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