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A raíz de la publicación del informe del Secretario General de la ONU sobre el Sáhara Occidental, en abril de 2014, Marruecos procedió, de inmediato, a cambiar a su Representante Permanente ante la ONU, Mohamed Loulichki, por quien ocupaba, desde noviembre de 2008, el cargo de embajador y representante permanente de Marruecos ante la ONU en Ginebra, Omar Hilale.
Este diplomático era bien conocido por sus maneras muy poco diplomáticas y sus agresiones verbales hacia Argelia. Sin embargo, los documentos diplomáticos secretos marroquíes revelados en el marco de WikiLeaks Marruecos han aportado precisiones sobre la razón de la designación de Hilale en Nueva York. Gracias a estos documentos, ahora sabemos que sus métodos de corrupción son temibles. Así, y según una lectura atenta de estos documentos, habría logrado influir en la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Sra. Navy Pillay, a favor de los intereses de Marruecos.
En una nota enviada por el embajador Hilale a su central, señala que se enteró, a través de su confidente y « amigo », Anders Kompass, director de operaciones en el terreno en el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, que la Sra. Pillay había dado instrucciones a su representante en Nueva York para « mantener en confidencialidad el contenido de su encuentro con el embajador de Marruecos y no hablar de ello ni con la ONU ni con los diplomáticos » y evitar « discutir y hacer recomendaciones sobre cualquier ampliación del mandato de la Minurso a los Derechos Humanos ». En otra nota fechada el 14 de mayo de 2013, Hilale resalta el « reconocimiento » de la Sra. Pillay por el apoyo financiero y político de Marruecos, tanto en Ginebra como en Nueva York, para la implementación de su agenda. « Además, añade la nota, los amigos incondicionales de Marruecos, en particular Kompass y Ndiaye, han recomendado especialmente interesar a la Sra. Pillay financieramente, y esto, por dos razones:
– Las reducciones drásticas del presupuesto del H-CDH que han alcanzado casi el 25%. Esto ha afectado gravemente el trabajo de su Oficina.
– La necesidad de que la Sra. Pillay termine con éxito su segundo mandato de dos años al frente del H-CD (2013-2014), gracias a las contribuciones voluntarias.
Anteriormente, en una carta enviada a su dirección, con fecha del 22 de enero de 2012, había insistido en la necesidad de aportar dinero para ganar la simpatía de la Sra. Pillay. « Me gustaría recordar la imperiosa necesidad de transferir el remanente de 250,000 dólares, en concepto de la contribución de Marruecos al presupuesto del H-CDH para 2011, y que la Alta Comisionada ha expresado en dos ocasiones su deseo de recibir (mis faxes). Esta transferencia ayudará a hacer que la Sra. Pillay esté más atenta a nuestras preocupaciones sobre el contenido de la contribución de su Oficina al próximo informe del SG de la ONU sobre el Sáhara », había subrayado. Así, mediante la corrupción, Omar Hilale logró influir en el trabajo de la Sra. Pillay y asegurarse las favorables desde hace años de Anders Kompass, quien se convirtió en un verdadero confidente del embajador marroquí y en el medio de manipulación de la responsable de la ONU. Gracias a él, Hilale pudo acceder a información sensible sobre las actividades de la Sra. Pillay, y él asesoraba y actuaba en nombre de Marruecos, para desacreditar al Frente Polisario y frustrar cualquier acción en favor de la ampliación del mandato de la Minurso a los Derechos Humanos, o la creación de un mecanismo independiente en el Sáhara Occidental. Por instrucciones del embajador de Marruecos, Kompass contribuyó a la toma de decisiones de la Sra. Pillay convenciéndola de:
– Renunciar a su visita al Sáhara Occidental;
– Asegurarse de que la contribución del H-CDH al informe del SG de la ONU sobre el Sáhara Occidental sea favorable a Marruecos;
– Neutralizar al tunecino Frej Fennich, Jefe de la sección Mena, considerado por el diplomático marroquí demasiado hostil a los intereses de Marruecos;
– Evitar hacer concesiones al presidente de la Rasd, durante su encuentro en Ginebra el 23 de mayo de 2013;
– Realizar una visita a Marruecos, únicamente a Rabat, en mayo de 2014;
– Implementar una misión técnica en el Sáhara Occidental, en mayo de 2014, liderada por él mismo;
– Interferir en las discusiones entre la Sra. Pillay y Christopher Ross, para evitar cualquier compromiso de la Sra. Pillay sobre la ampliación del mandato de la Minurso a los Derechos Humanos, o sobre la creación de un mecanismo independiente en el Sáhara Occidental. Con su letal arma de la corrupción, Omar Hilale también logró reclutar a Athar Khan, director de gabinete de Antonio Guterres, Alto Comisionado para los Refugiados. En una comunicación enviada el 31 de agosto de 2014 por el embajador a su central en Rabat, Hilale hace un informe detallado de las confidencias hechas por el funcionario de la ONU sobre una conversación que tuvo con Mhammed Khaddad, Coordinador saharaui con la Minurso y responsable de la Comisión de identificación y censo del Frente Polisario. Según Athar Khan, Khaddad « le pareció desalentado, pesimista y preocupado por el futuro de ‘su causa’ y le confió que la situación de crisis políticas y de guerra en el norte de África y en la región sahelo-sahariana, sumada a las incertidumbres políticas en Argelia, preocupa profundamente a los responsables del F. Polisario. Agregando que la estancamiento del proceso de negociación política alimenta el desánimo entre los jóvenes en los campamentos ». « También le dijo que el statu quo actual es favorable a Marruecos y que Ross está llevando a cabo una misión imposible.
Peor aún, se ha convertido en un problema para el proceso. El Polisario tiene dudas sobre sus posibilidades de hacer avanzar las negociaciones », añade la nota de Omar Hilale, subrayando que « Khan observó que Khaddad le habló, por primera vez, en términos más realistas que en el pasado y que el activista que era parece haberse transformado en un negociador pragmático y capaz de ver la situación con lucidez y valentía ». Hilale agrega que « Khan cree deducir de su discusión que Khaddad estaría lo suficientemente ‘maduro’ para aceptar el Plan Baker II, sin su período transitorio, ni la opción de la independencia ». Un análisis absurdo que muestra cómo este diplomático, mimado por su ministro y por el Palacio Real marroquí, engaña deliberadamente a sus superiores sobre la realidad saharaui, sabiendo perfectamente que el pueblo y los dirigentes saharauis nunca renunciarán al derecho inalienable a la autodeterminación. Un derecho adquirido a base de lucha y apoyado por la comunidad internacional.
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