Tribunal Constitucional: España debe ofrecer justicia y reparación a Ali Aarrass

En agosto de 2014, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas condenó a España por haber extraditado a Ali Aarrass a Marruecos cuando existía un grave riesgo de tortura, como el mismo comité había informado con extrema urgencia cuatro años antes.

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Una victoria contundente: el Tribunal Constitucional español reconoce que España no protegió a Ali Aarrass contra la tortura en Marruecos y que debe proporcionarle justicia y reparación.

El 10 de abril de 2024, por seis votos contra cinco, el Tribunal Constitucional de España anuló las distintas decisiones de los tribunales españoles relativas a Ali Aarrass. Reconoce que Ali Aarrass sufrió una violación de sus derechos fundamentales. De hecho, según el Tribunal, España no tuvo en cuenta los informes de la ONU sobre Ali Aarrass y lo extraditó ilegalmente a Marruecos. Ali Aarrass no se benefició así de la protección judicial de España contra la tortura y los tratos inhumanos o degradantes, prohibidos por la Constitución española y que se practicaban en Marruecos contra él. Aún según esta sentencia histórica, esto constituye una violación del artículo 7 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, firmado en Nueva York en 1954 por muchos países, entre ellos España. Este artículo establece que “nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.

Después de casi doce años de tortura y aislamiento, esta sentencia es una victoria para Ali Aarrass que, cuatro años después de su liberación, sigue bajo tratamiento médico por trastorno de estrés postraumático (TEPT). Es una victoria para su familia. Por la campaña solidaria. Para los abogados Dounia Alamat, Nicolas Cohen, Christophe Marchand y José Luis Galán Martín, que nunca han renunciado a llevar el caso Ali Aarrass ante las más altas autoridades judiciales.

Un breve repaso de los hechos

Estamos a finales de 2010. Ali Aarrass lleva dos años y nueve meses en prisiones españolas. A petición de Marruecos, fue detenido en Melilla el 1 de abril de 2008, acusado de terrorismo, y puesto a disposición de la Audiencia Nacional española (tribunal con competencia nacional que conoce de los delitos más graves).

Desde su prisión, Alí ​​tuvo que comparecer varias veces ante el juez antiterrorista Baltasar Garzón. El 16 de marzo de 2009, al final de todas sus investigaciones y de un laborioso juicio que duró tres años, Baltasar Garzón juzgó que no había caso Ali Aarrass. No hay motivos para acusar a Aarrass de nada y declara el sobreseimiento del caso. Un funcionario judicial llega a la celda de Ali para que firme el documento del fallo y su orden de liberación. Ali será liberado.

Pero los intereses políticos y las difíciles relaciones entre Marruecos y España decidirán lo contrario: la Audiencia Nacional, órgano judicial especializado, decide que Ali Aarrass aún debe ser entregado a la justicia marroquí. El 19 de noviembre de 2010, el Consejo de Ministros español aprobó la extradición de Ali Aarrass a Marruecos. Seguirán algunas semanas de intensa campaña para bloquear esta decisión, que no es más que una denegación de justicia.

Intervención de la ONU

Ali inició una huelga de hambre en la prisión de Botafuegos en Algeciras, su tercera huelga de hambre en un año para oponerse a su extradición. En Bruselas, durante toda una semana, varios cientos de personas se reunieron a la hora del almuerzo frente a la embajada española para oponerse a su extradición. Varias ONG y asociaciones de derechos humanos piden su liberación. Siete días después, contactado por los abogados defensores, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra adoptó una medida provisional ordenando a España no extraditar a Ali Aarrass. Es el 26 de noviembre de 2010. La Alta Comisión da dos meses a España y a los abogados defensores para argumentar su posición sobre la extradición y el riesgo de tortura en Marruecos.

Tres días después, el lunes 29 de noviembre de 2010, fingiendo respetar la petición del Alto Comisionado, las autoridades españolas trasladaron en secreto a Ali Aarrass de la prisión de Botafuegos, en Algeciras, a la prisión de Valdemoro, en Madrid, con vistas a su extradición a Marruecos. “En un coche camuflado. Sin una sola parada. Sin parar de orinar: “Orínate”.  » A toda velocidad. Como si hubiera una emergencia”, escribe Ali Aarrass en el libro de próxima publicación sobre su detención[1].

El 14 de diciembre de 2010 se produjo un trueno: España decidió no tener en cuenta la petición del Alto Comisionado de la ONU y extraditó a Ali Aarrass a Marruecos.

Luego, Ali fue llevado a Temara, donde fue torturado violentamente durante diez días y diez noches, antes de ser encerrado en la prisión de Salé II.

Catorce años después, una victoria sin precedentes ante el Tribunal Constitucional

El 4 de diciembre de 2012, Juan Méndez, relator especial de la ONU sobre la tortura, publicó su informe sobre el examen médico de Ali Aarrass. Se trata del examen en profundidad que realizó con su equipo, del 15 al 22 de septiembre de 2012, en la prisión de Salé. Este informe confirma que Ali Aarrass fue torturado. En septiembre de 2013, el Comité de la ONU contra la Detención Arbitraria, el mismo Comité que hoy pide el fin de la detención de Julian Assange, pidió la liberación inmediata de cinco detenidos marroquíes, entre ellos Ali Aarrass. En mayo de 2014, otro comité de la ONU, el Comité contra la Tortura, condenó a Marruecos por haber violado la norma absoluta de prohibición de la tortura, por no haber llevado a cabo una investigación seria al respecto y por haber condenado a Ali Aarrass sobre la base de pruebas truncadas. El Comité exige una investigación imparcial y exhaustiva, incluido un examen médico de conformidad con las normas internacionales.

También en mayo de 2014, Amnistía Internacional eligió a Ali Aarrass como una de las cinco personas emblemáticas de su campaña global contra la tortura. Amnistía presenta 216.450 firmas al gobierno marroquí para su liberación, procedentes de 120 países.

En agosto de 2014, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas condenó a España por haber extraditado a Ali Aarrass a Marruecos cuando existía un grave riesgo de tortura, como el mismo comité había informado con extrema urgencia cuatro años antes. El Comité exige que España ofrezca una compensación adecuada a Ali Aarrass por el sufrimiento sufrido y garantice un seguimiento efectivo del tratamiento de Ali Aarrass.

Durante todo este tiempo, ni el Ministerio de Justicia español, ni la Audiencia Nacional, ni el Tribunal Supremo español han respondido jamás a la petición de Ali Aarrass de obtener justicia y reparación por el trato sufrido en Marruecos. Para la ONU, España debería proporcionar una reparación adecuada a Ali Aarrass por la violación sufrida, teniendo en cuenta los actos de tortura y malos tratos a los que estuvo expuesto. Lo cual ella no hizo. Como último recurso, Ali y sus abogados recurrieron al Tribunal Constitucional español, que falló a su favor. En su sentencia, el Tribunal Constitucional ordena a la Audiencia Nacional rehacer su trabajo y dictar “una decisión respetuosa del derecho fundamental vulnerado” y decidir sobre la reparación del sufrimiento sufrido.

Esta sentencia también es una bofetada para Bélgica. En particular para todos los ministros de Asuntos Exteriores belgas de 2008 a 2020, incluido el actual comisario europeo de Justicia, el liberal belga Didier Reynders. Al igual que España, sistemáticamente dejaron de lado todos los informes de la ONU para justificar su no asistencia a un ciudadano belga torturado.

Luk Vervaet, 12 de abril de 2024

[1] Ali Aarrass en colaboración con la periodista Lucie Cauwe: “El cielo es un cuadrado azul, doce años en cárceles españolas y marroquíes”. Será publicado por Édition Antidote en 2024.

Fuente: Free Ali, 04/12/2024

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