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Christopher Ross, el ex enviado personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental es víctima constantemente de ataques verbales marroquíes como el del 4 de ferbrero de la web Maroc Diplomatique que prentende que el diplomático americano fue « contratado por el régimen argelino para impugnar la decisión de Estados Unidos de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara ». Solicitó a este medio del Majzén el derecho de réplica almencionado artículo publicado bajo el título de « Sáhara marroquí: Staffan de Mistura, ¿de qué ‘magulladura’ se trata? ».Hé aquí su respuesta.
« Señor Alaoui,
Mi amigo el Embajador Hilale una vez me calificó públicamente como el mejor abogado que Argelia haya tenido. En su último artículo en Maroc diplomatique, no solo superó su elogio repitiéndolo, sino que también me etiquetó como afiliado a la « junta sin fe ni ley » en Argelia y me acusó de ser increíblemente hostil hacia Marruecos. Estos intentos de difamación merecen una respuesta que la ética periodística exige que publiques.
Trabajé como enviado personal del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental durante ocho años. Mi misión, según lo definido en las sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad, era facilitar negociaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario para lograr « una solución política mutuamente aceptable que garantice la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental ». Con este fin, ambas partes presentaron sus propuestas en abril de 2007.
Mi papel como facilitador me imponía una neutralidad absoluta. Nunca respaldé una propuesta específica en ocho años, a pesar de la fuerte presión de Marruecos para abogar por la autonomía bajo soberanía marroquí y la presión menos evidente del Polisario para abogar por un referéndum de autodeterminación que incluyera la independencia como opción. Abogué por una solución política según lo previsto en las resoluciones del Consejo de Seguridad. Nunca definí la forma que debería tomar la autodeterminación, y desafío a mis amigos marroquíes a citar cualquier declaración en la que abogara por un referéndum en esos ocho años. Creía firmemente que los detalles de la autodeterminación deberían abordarse en las negociaciones entre las partes.
En cada una de mis visitas a Argelia durante esos ocho años, pedí al presidente Bouteflika que me ayudara en mi misión. Su respuesta fue invariablemente que Argelia respaldaría cualquier decisión del Polisario, pero que, según él, cualquier acuerdo implicaría un referéndum, como fue el caso para Argelia misma.
Marruecos estaba claramente decepcionado de que Argelia no pudiera hacer más para promover un acuerdo a su gusto. Como estado soberano, mantuvo su posición.
Fue el primer elemento del descontento de Marruecos hacia mí. Con el tiempo, al verme repetir una y otra vez mi declaración de misión tal como estaba establecida en las resoluciones del Consejo de Seguridad, Marruecos lamentó que nunca renunciaría a mi neutralidad para darle a su propuesta la « preeminencia » que buscaba. Parece que Marruecos quería aplicar el principio de que si no estaba con él, inevitablemente estaría en su contra. En realidad, nunca se me ocurrió ser hostil hacia Marruecos, un país en el que pasé tres maravillosos años al principio de mi carrera diplomática estadounidense y donde todavía tengo amigos. Me duele que el gobierno marroquí y algunos medios de comunicación marroquíes me consideren hostil porque mi neutralidad como facilitador me impidió promover la posición de Marruecos. Pero qué se le va a hacer. Así es la vida.»
Embajador (retirado) Christopher Ross
Washington, DC