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El presidente Joe Biden, que vacila y titubea ante los masivos crímenes de guerra de Israel, podría arrastrar a Marruecos a un torbellino difícil de evitar. Mientras las autoridades marroquíes equilibran sus lazos con el Estado hebreo y una población que protesta por los ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel en Gaza, Washington aumenta la incomodidad en Rabat. La Casa Blanca ha establecido una nueva condición para avanzar en su colaboración militar con Marruecos: este último deberá intensificar su cooperación con Tel Aviv.
En el proyecto de presupuesto de Defensa para 2024, se abordan dos temas principales: la guerra en Ucrania y la que enfrenta a Israel con Hamás. Marruecos podría pagar las consecuencias del segundo asunto. Se sabe que Estados Unidos apoya incondicionalmente al Estado hebreo, sin importar sus acciones, y les gustaría que Rabat haga lo mismo. Pero, ¿cómo respaldar aún más al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en su guerra insensata contra los palestinos sin hacer estallar la sociedad marroquí? Este es el dilema complejo en el palacio real en estos momentos.
Sin embargo, en el primer presupuesto de Defensa aprobado por Biden en diciembre de 2021, se mencionaba que la ayuda militar destinada a Marruecos solo se otorgaría si el reino se comprometía a buscar « una solución mutuamente aceptable » al conflicto en el Sáhara Occidental. En ese momento, los legisladores estadounidenses insistieron en que el presidente revocara la decisión resonante tomada un año antes por Donald Trump.
A cambio de este reconocimiento, Marruecos aceptó normalizar sus relaciones con Israel. En realidad, Biden no cuestionó fundamentalmente este acuerdo sellado por su predecesor, simplemente realizó algunos ajustes según la coyuntura geopolítica. Sin embargo, el proyecto de presupuesto de Defensa para 2024 marca un cambio importante. En el capítulo dedicado a Marruecos, la condición ya no es la búsqueda de una solución política al conflicto del Sáhara Occidental, sino el fortalecimiento de la cooperación con Israel.
Los medios de comunicación marroquíes tienen, de alguna manera, razón al alegrarse de que Biden levante la restricción en el asunto del Sáhara Occidental. Se conoce la importancia de este tema en la política del reino y en sus grandes orientaciones estratégicas, como lo recordó el rey Mohammed VI en su último discurso a la nación. Pero imponer a Rabat el regalo envenenado de Israel mientras la sociedad marroquí está agitada.
Se conoce la importancia de la asociación militar entre Estados Unidos y Marruecos, especialmente en un contexto marcado por el creciente armamento del vecino, Argelia. Sin embargo, es necesario que Rabat no lleve sus fichas demasiado lejos. El reino ya ha hecho mucho con el Estado hebreo desde noviembre de 2021, cuando el entonces ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, llegó a Marruecos para firmar un protocolo de cooperación en defensa.
En el contexto actual, con lo que está haciendo en este momento el ejército israelí en Gaza, ¿es posible ir más lejos con Netanyahu? Obviamente, no. Sin embargo, eso es lo que Washington le pide al rey Mohammed VI, es lo que exige, un chantaje del cual desconocemos las consecuencias en Marruecos. Así que, precaución…
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