Marruecos intenta perturbar el gran proyecto de Gara Djebilet

La ruta transahariana que existe desde hace siglos, permite a los países del África subsahariana acceder al Mediterráneo y a los puertos argelinos. No tiene equivalente en el norte de África. Sera reforzada por la línea ferroviaria para el transporte de Gara Djebilet.

Etiquetas : Sahel, Marruecos, Sahara Occidental, Mali, Niger, Chad, atlantique,

Las declaraciones del presidente argelino sobre el proyecto de industrialización que arranca en el Sur de Argelia preocupan en Rabat. La posibilidad de que el tren de Gara Djebilet llegue hasta Mali y Níger convertiría Argelia en el motor del desarrollo del Africa subsahariana, en particular los países del Sahel. Marruecos intenta seducir a Malí, Níger y Chad, como siempre con promesas y memorandums de entendimiento cuyos documentos acaban en la papelera de los oficinas de sus firmantes. Como deviene habitual, todas las tramas marroquíes siempre pasan por el territorio del Sahara Occidental que, después de 50 años, sigue dependiendo de la ONU y del principio de autodeterminación como todo proceso de descolonización.

Marruecos ofrece a Mali, Niger, Burkina Faso y Chad. Parece ser que Mauritania declinó la invitación. Una proposición cuya ejecución sería particularmente ya que Marruecos no tiene fronteras comunes con estos países. LLevando estos paises a aceptar su proyecto, Marruecos pretente consolidar la colonización del Sahara Occidental y contrarrestar la ruta transahariana argelina que el proyecto de explotación del mineral de hierro de Gara Djebilet va a reforzar con una línea ferroviaria que contribuira ampliamente en el desarrollo de toda la región. Tinduf, la pesadilla de Marruecos, en primer lugar.

¿Está Marruecos aprovechando la inestabilidad en la región del Sahel para colocar sus peones? Eso es lo que parece sugerir la actividad del Reino en los países más inestables de la región, Mali, Níger y Burkina Faso.

Marruecos intenta seducirlos, así como a Chad, con la promesa de una apertura hacia el Atlántico a través del Sahara Occidental ocupado.

Mali, Níger y Burkina Faso están dirigidos por regímenes surgidos de golpes de Estado perpetrados en los últimos años y enfrentan un recrudecimiento de la actividad terrorista.

También están todos enclavados en la franja del Sahel, sin acceso al mar. Otra peculiaridad es que sus respectivos gobiernos están en desacuerdo con Francia, de la cual han exigido y obtenido la retirada de sus tropas.

Finalmente, y no es la menor de sus similitudes, dos de estos países, Mali y Níger, son vecinos directos de Argelia, con la cual comparten una larga frontera terrestre. A los cuatro países de la región, Marruecos acaba de proponer una alianza económica y geopolítica.

La nueva estrategia de Marruecos para imponer el hecho consumado en el Sahara Occidental e implantarse en África pasa por su fachada atlántica, parte de la cual está ocupada ilegalmente, ya que forma parte del territorio del Sahara Occidental.

Esto fue anunciado por Mohamed VI en un discurso pronunciado a principios de noviembre pasado. El rey había anunciado un proyecto de « actualización » de la costa atlántica, que calificó como la « puerta de Marruecos hacia África », insistiendo en la necesidad de « estructurar este espacio geopolítico a nivel africano ».

¿Qué busca Marruecos en la región con la « alianza estratégica » con los países del Sahel?

El fin de semana pasado, el sábado 23 de diciembre, Marruecos recibió en Marrakech a los ministros de Relaciones Exteriores de Malí, Níger, Chad y Burkina Faso, con el objetivo de « favorecer el acceso de los países del Sahel al océano Atlántico ».

Se les hizo una serie de promesas, incluido el acceso al Atlántico y la apertura del comercio internacional a través del uso de las infraestructuras de transporte del Reino.

En el comunicado final emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos, se indicó que los participantes « agradecieron » al rey « por poner a disposición de los Estados del Sahel sus infraestructuras viales, portuarias y ferroviarias para fortalecer su participación en el comercio internacional ».

Sin embargo, la iniciativa está solo en la etapa de proyecto y su realización parece más que difícil. El rey Mohamed VI había reconocido en su discurso del 6 de noviembre pasado que el proyecto requiere la modernización de las infraestructuras de los Estados del Sahel y su conexión « a las redes de transporte y comunicación implantadas en su entorno regional ».

Se necesitarán enormes esfuerzos para dotar a estos países pobres y afectados por el terrorismo con infraestructuras básicas de calidad. Se requerirán inversiones significativas y ni Marruecos ni mucho menos Mali y Níger están capacitados para enfrentarse a ello.

Con su fachada atlántica que ocupa ilegalmente, Marruecos busca responder a la ruta transahariana argelina que conecta Argel con Nuakchot y es la verdadera puerta de África desde el Mediterráneo.

Esta ruta, que existe desde hace siglos, permite a los países del África subsahariana acceder al Mediterráneo y a los puertos argelinos. No tiene equivalente en el norte de África.

En realidad, Marruecos busca obtener dividendos políticos y diplomáticos con su proyecto, al seducir a Mali y Níger para que reconozcan implícitamente la ocupación del Sahara Occidental.

No hay duda de que Marruecos busca superar a Argelia, cuyo enfoque más realista para la resolución de la crisis del Sahel se centra en la ayuda al desarrollo económico de la región.

Además del desenclavamiento de los países del Sahel, Marruecos también busca producir electricidad verde en el Sahara Occidental para exportarla a Europa. Un proyecto que también busca consolidar la política del hecho consumado en el Sahara Occidental. »

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