Interesante artículo de opinión de Bachir Mustafa Sayed

En este artículo, Mustafa Sayed pone el dedo en la llaga y propone medidas para salir de la situación de estancamiento producida por más de 40 años de alto el fuego.

Etiquetas : Sahara Occidental, Frente Polisario, Bachir Mustafa Sayed, balance de la situación,

Título : Conformarse con poco es signo de debilidad

La alta ambición, la visión de largo alcance, la pronostication global y la movilización de todos los recursos y de todas nuestras energíasson esenciales al formular el plan general para completar la liberación de la tierra y establecer la soberanía. El momento de distinguir las áreas, definir los frentes, especificar y detallar los objetivos para cada frente, asignar tareas para cada uno, e identificar los métodos cruciales a seguir en términos de principios y las lecciones aprendidas. Esto es lo que debe exhibir un liderazgo competente al cristalizar ideas generales, extraer y despejar caminos de obstáculos, y encontrar soluciones a los problemas.

Al emprender la implementación de los planes y participar en la batalla de la acción para convertir los deseos en realidades tangibles en el campo y los objetivos en logros tangibles, la sinceridad de las intenciones, la alta moral, la fuerte determinación y la dedicación completa son indispensables. El tiempo debe valorarse por lo que es, considerándolo como el capital real, un regalo del generoso Creador. La gestión adecuada, la hábil utilización y el uso experto son cruciales, ya que la pérdida de tiempo es pura erosión inútil y la perdición misma.

Hemos vuelto a la guerra en circunstancias generalmente positivas y con oportunidades de apoyo y vientos motivadores. Sin embargo, sigue siendo una guerra, y el enemigo ha mantenido y aumentado sus capacidades acumuladas durante los primeros quince años de la guerra. A esto se añade la evolución de las producciones, herramientas y métodos de la guerra durante el período entre el alto el fuego y el retorno a las hostilidades, mientras que nosotros portábamos sobre nuestro hombros las dificultades generadas por los tratados de paz ilusorios y la estabilidad engañosa.

El retorno a la guerra nos permitió definir los frentes principales y ordenarlos por orden de importancia, pero no definimos los objetivos, no refinamos las tareas y etapas de su realización sin abordar los métodos y requisitos. Esto contribuyó a una disminución en la comprensión, aumentó la ambigüedad en los objetivos y las dudas sobre las metas, confusión en las decisiones y la falta de transparencia en los momentos de evaluación, abandonando los estándares establecidos para ello.

La falta de un enfoque individualizado ha impedido que cada frente enfrente los desafíos que tiene ante sí después de establecer los objetivos, y la falta de enumeración de las oportunidades ha dificultado la realización de las tareas encomendadas. La razón principal de esto radica en la falta de liderazgo y en el desconocimiento del año de trabajo en equipo, así como en la carencia de competencias y en su naturaleza rudimentaria en las instituciones.

Todos saben que un ejército no regular, después de tres décadas de falsa paz, necesita ser reconstruido. Su ministerio debe ser restaurada con urgencia y el reclutamiento y la formación de equipos jóvenes. Las actividades de los últimos tres años se han caracterizado por contentarse con lo mínimo debido a un encuadramiento débil y la falta de gestión. Los bombardeos casi se han vuelto rutinarios y las operaciones cualitativas (Gargarat, Tueizgui, Smara, Mahbes, etc.). No fueron organizados ni realizados como parte integrante de una acción global et como epílogo de una acción en profondeur y detrás de las líneas del enemigo, sino como incidentes aislados, alertando al enemigo sobre lagunas en sus defensas y una falla en su defensa.

En general, el principio fundamental es que cada acción produce una reacción y la dirección competente es la no se conforma con la elaboración de la fuerza de la acción sino que también se prepara para la reacción.

El segundo frente, es decir la movilización de las ciudades ocupadas y estimular la intifada

Nos hemos conformado con unos pocos activistas conocidos, que se reúnen en ocasiones en hogares o en algún rincón de la ciudad, coreando consignas y enviando sus imágenes con banderas y declaraciones denunciando las medidas de represión del enemigo.

Todos sabemos que el factor decisivo y lo que cuenta en el mundo es el grado de rechazo de la población de las ciudades ocupadas a la ocupación. Este rechazo se expresa a través de la confrontación, las manifestaciones y las sentadas. Su importancia se mide según el número de participantes. No debemos confíar la causa sólamente a los combatientes y diplomáticos, dejando el terreno transcendental en manos de las autoridades de la ocupación, sus colonos y sus secuaces de « municipios, elecciones, chiuj y chijat ». Los desafíos ante la entidad responsable del asunto son numerosos y ante la concienciación y el encuadramiento de dos tercios de la población en las ciudades ocupadas en todas sus categorías y presencias. El éxito se mediría por el porcentaje de incremento de las confrontaciones, manifestaciones, sentadas, actos de desestabilización de las herramientas del enemigo y de los intereses de las partes comprometidas con él.

La situación actual es que nos contentamos con la seguridad y una discreta añoranza. Las autoridades están para satisfacer clanes o representar tribus. En cuanto al frente diplomático, el desafío más evidente es conseguir que la comunidad internacional reconozca la República Saharaui a través de la membresía en las Naciones Unidas, y el paso de las pseudopropuestas y soluciones y prescripciones defectuosas a un planteamiento acorde con las aspiraciones, logros y sacrificios.

Tenemos tres responsables en asuntos exteriores, pero necesitamos una división lógica de responsabilidades entre ellos. Por ejemplo, Uld Sidati se encarga de las relaciones bilaterales, Uld Salek, de las relaciones multilaterales, incluyendo los reconocimientos de la RASD, y el Presidente supervisa y dirige el equipo alentando, orientando, organizando la participación y apoyando al resto de cuadros en la actividad exterior cuando sea necesario o cuando tengan tiempo libre.

En cuanto al frente interno, especialmente su aspecto político, el desafío más grande es encuadrar a hombres mayores y jóvenes mediante la persuasión, para que cumplan con su deber nacional en todos los ámbitos. El papel de las organizaciones de masas y las bases populares es indispensable porque es la tarea por la que fueron creadas.

Si no nos elevamos al nivel de la enorme responsabilidad histórica que recae sobre nuestras conciencias con determinación, visión, sinceridad y seriedad, perderemos la causa que el pueblo nos ha confiado y repoblaremos el cementerio de Smara antes que los territorios liberados.

Bachir Mustafa, hermano de El Uali Mustafa, fundador del Frente Polisario

Fuente : redes sociales (traducción no oficial)

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