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Entre las líneas de la copia preliminar del informe del Secretario general de la ONU sobre la situación en el Sahara Occidental, se lee la impotencia de Guterres y su envíado Personal, Staffan de Mistura, ante un conflicto que depende plenamente de la decisión de un Consejo de Seguridad en el que los actores de más peso velan más por sus intereses que por la aplicación del derecho internacional. Guterres reitera su convicción de que una « solución mutuamente aceptable » es posible. Sin embargo, la única proposición que avanza para concretizar esta solución es el establecimiento de una nueva tregua sin condiciones ni garantías para los saharauis.
En este sentido, el Jefe de la ONU, declara en el parágrafo 95 del informe que « toma nota de la intención declarada de Marruecos de seguir respetando el alto el fuego y las disposiciones de los Acuerdos Militares y de mantener una estrecha cooperación con la MINURSO a todos los niveles ».
« Insto a Marruecos a que se mantenga fiel a este espíritu y se abstenga de realizar más actividades militares que repercutan en la población civil y afecten directa o indirectamente a las operaciones de la MINURSO al este de la berma », añade Guterres que parece olvidar que quien está detrás de la reanudación de las hostilidades en Sahara Occidental es el Reino de Marruecos alentado por sus apoyons en el Consejo de Seguridad y en la Secretariado general de la ONU.
En el parágrafo 89, Antonio Guterres parece buscar todo tipo de artificios convencer los miembros del Consejo de Seguridad de la necesidad de imponer un alto el fuego a la parte saharaui. « Las continuas hostilidades y la falta de alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario siguen siendo un importante revés para la consecución de una solución política a este antiguo contencioso. Las incursiones diarias en la franja de protección adyacente a la berma y amenazan aún más la estabilidad de la región, con un riesgo real de escalada mientras persistan las hostilidades. Los ataques aéreos y los disparos a través de la berma siguen contribuyendo a aumentar las tensiones. En este contexto, es fundamental que se restablezca el alto el fuego », afirma el SG de la ONU.
Guterres se dice convencido de que « es posible encontrar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que permita la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental, de conformidad con las resoluciones 2440 (2018), 2468 (2019), 2494 (2019), 2548 (2020), 2602 (2021) y 2654 (2022) del Consejo de Seguridad » siempre y cuando, precisa, « que todas las partes interesadas actúen de buena fe y exista una voluntad política firme y un apoyo constante de la comunidad internacional. Sin embargo, se mantiene en el discurso ambiguo negándose a señalar con el dedo las partes que no muestran ni interés ni buena fe en este proceso onusino que lleva más de 35 años.
Por lo tanto, se puede concluir que el informe de Guterres sobre el Sahara Occidental no es más que un simple alegato por un alto el fuego cuya instauración durante 30 años no dió el más mínimo fruto y en el que el perdedor es la parte cuyos recursos son pillados y sus ciudadanos víctimas de las peores atrocidades por parte de las fuerzas de ocupación. De esto se deduce que cualquier cese de las hostilidades es sinómino de restauración del statu quo tan deseado por los apoyos de Marruecos en el Consejo de Seguridad.
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