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Los críticos en los salones parisinos y marroquíes del acercamiento entre Argelia y Francia plantean la consigna de establecer relaciones equilibradas entre Francia y el Reino de Marruecos, pero en las últimas semanas atacan ferozmente al presidente Emmanuel Macron y le piden que haga lo que exige el régimen de Rabat.
Con el reciente restablecimiento de la comunicación diplomática entre Argelia y París, en los salones aumentó el ruido diplomático a favor del restablecimiento de las relaciones tradicionales con Rabat, y entre los que retomaron esta consigna se encontraba el ex embajador en Argelia en dos ocasiones, Xavier Driencourt, que no pierde cualquier oportunidad de atacar al presidente de su país, por su desesperado afán por corregir las relaciones con Argelia y por ignorar las expresiones “súplicas” emitidas por los lobbys de derecha, pidiendo perdón por el escándalo del espionaje de su teléfono y teléfonos de sus ministros principales, en lo que se conoció como el asunto “Pegasus”.
El autor del libro “El misterio argelino” habla del equilibrio de las relaciones de su país con Argelia y con el Reino de Marruecos “durante las épocas de Mitterrand, Chirac, Sarkozy e incluso Hollande… Sin embargo, este equilibrio ha desaparecido desde las elecciones. de Emanuel Macron. Nos hemos centrado exclusivamente en Argelia”.
Para el diplomático francés, “esta apuesta se está convirtiendo en una trampa. En realidad, sólo recibimos insultos de Argelia y no hemos estado de acuerdo con Marruecos, que pide a Francia que reconozca su soberanía sobre el Sáhara Occidental, como lo hizo España”.
Xavier Driencourt, como otros defensores de los intereses del régimen marroquí y del establecimiento de relaciones sólidas con él, adopta un extraño enfoque para equilibrar las relaciones diplomáticas de su país tanto con Argelia como con el Reino de Marruecos, durante la era de ex presidentes franceses como François Mitterrand, Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy. Sabe que todos estos presidentes no lograron establecer relaciones equilibradas con los dos países del Magreb.
Francia, durante la era del ex Presidente Jacques Chirac, por ejemplo, es considerada la incubadora real y actual de la idea del proyecto de autonomía que hoy promueve el régimen marroquí, y Francia, durante la era de su sucesor, el Presidente Nicolas Sarkozy, es el que abrazó, apoyó y defendió firmemente este proyecto rechazado por los saharauis, la Unión Africana y muchos otros. Es uno de los países del mundo que defiende los derechos vulnerados de los pueblos, y la prueba de ello es que el régimen marroquí depositó un plan de autonomía en las Naciones Unidas en 2007, durante el primer año de mandato del presidente Nicolas Sarkozy, que fuertemente defendió este proyecto, que sin Francia, que tiene derecho de veto, no podría persistir durante tanto tiempo en los pasillos de las Naciones Unidas.
Por tanto, el equilibrio del que habla el ex embajador francés en las relaciones de París con los dos países del Magreb sigue siendo un equilibrio en un sentido único que sólo existe en la imaginación de este diplomático, que parece haber desarrollado demencia a medida que envejece. Se da cuenta de que el apoyo de Emmanuel Macron al plan de autonomía marroquí en el Sáhara Occidental significa un sesgo flagrante a favor del régimen marroquí, y esto se refiere a la situación de las relaciones argelino-francesas y a lo que viven estos días las relaciones argelino-españolas, que han entrado Un túnel oscuro desde que el presidente saliente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se atrevió a cambiar la posición histórica de Madrid sobre la cuestión saharaui.
Xavier Driencourt es consciente de que la cuestión saharaui se considera un asunto delicado para Argelia, ya que está relacionada con la seguridad nacional y, por lo tanto, si Francia decidió apoyar el plan de autonomía, esto significa que apuntó de una forma u otra a la seguridad nacional de Argelia, y esto es suficiente para destruir las relaciones con París, y tal vez sea una “trampa” que los lobbys que apoyan al régimen marroquí en el Estado francés quieren instalar al presidente Macron para sacarlo del “equilibrio” que existe actualmente, es decir, mantener a París a la misma distancia de las dos capitales del Magreb, en el atolladero del “desequilibrio” por el apoyo al plan marroquí en el Sáhara Occidental, y entonces será difícil reconstruir lo destruido. Como ocurre hoy entre Argelia y Madrid.
Fuente : Echouroukonline, 02/10/2023
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