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En un reportaje reciente, Equipe Media denunció la explotación por parte de Marruecos de las algas rojas en la región de Bojador. Esas algas están proporcionando a Marruecos una valiosa fuente de riqueza. Las nuevas promesas del mercado mundial de las algas se estiman en 11 mil millones de dólares
Según el Banco Mundial, el uso de algas para nuevas aplicaciones como bioestimulantes, materiales o incluso nutrición animal tiene un potencial comercial real. Lo que no oculta los retos a afrontar en términos de rentabilidad o regulación. Los créditos de carbono y otros servicios ecosistémicos también forman parte de las vías de crecimiento a más largo plazo.
Las alubias marinas consumidas en ensaladas, las láminas de nori muy conocidas por los amantes del sushi o incluso la carragenina y el agar-agar utilizados como hidrocoloides (agentes gelificantes) en postres…. Las algas llevan mucho tiempo en nuestros platos, sin olvidar sus innumerables aplicaciones industriales, en cosmética e incluso en la alimentación de peces de piscifactoría. Si bien el mercado, concentrado en gran medida en Asia, se considera bastante maduro, existen perspectivas de crecimiento en varios segmentos nuevos. Esta es la premisa de un interesante trabajo que el Banco Mundial acaba de publicar en su “ Informe global 2023 sobre mercados de algas nuevos y emergentes ”.
Este trabajo forma parte de la dinámica del fondo multidonante Problue, centrado en la economía marítima gestionado por el Banco Mundial.
« Gran parte del valor del sector de las algas sigue sin explotar: tiene un claro potencial de crecimiento más allá de sus mercados actuales », señala el Banco Mundial. Así, los expertos de la institución de Washington han identificado diez mercados con un potencial de crecimiento acumulado de 11.800 millones de dólares adicionales al año a nivel global hasta 2030. Mercados clasificados en tres categorías en términos de madurez.
Entre los segmentos más prometedores a corto plazo se encuentran, por orden de importancia, los bioestimulantes, la nutrición animal para animales de granja, los alimentos para mascotas y, finalmente, los aditivos para la alimentación de rumiantes destinados a reducir sus emisiones entéricas de metano.
Estos cuatro mercados podrían totalizar un volumen de negocio total de 4.400 millones de dólares al año de aquí a 2030.
El segundo grupo de aplicaciones muestra unas perspectivas de desarrollo más inciertas a medio plazo. Así, el segmento que tiene más posibilidades de materializarse, según el estudio, es el de los nutracéuticos con un potencial estimado en 3.950 millones de dólares. Esto está sujeto, en particular, a una evolución de las normas que codifican su uso.
Este segundo grupo también incluye otros tres segmentos: proteínas alternativas a la carne ($448 millones) y dos aplicaciones en materiales, a saber, fibras textiles ($862 millones) y plásticos de base biológica ($733 millones).
Para desarrollarse, estos tres segmentos necesitarán experimentar mejoras significativas en términos de disponibilidad de materia prima y precio de costo, estima el estudio. De lo contrario, seguirán siendo aplicaciones de nicho.
Por último, el tercer grupo, con perspectivas aún inciertas, incluye sólo un segmento, el de los materiales de construcción (aislamientos por ejemplo), cuyo potencial para 2030 se estima en 1.400 millones de dólares.
El informe también menciona el ámbito farmacéutico (descubrimiento y utilización de nuevos principios activos derivados de algas), pero considera imposible estimar su valor potencial dadas las incertidumbres científicas.
En términos más generales, el estudio destaca una serie de desafíos. Para aprovechar plenamente su potencial, esta industria tendrá que superar varias desventajas, particularmente en términos de precios de costo y barreras regulatorias. Otro desafío importante sigue siendo el de la disponibilidad de recursos debido a las limitaciones actuales en términos de volumen y calidad del suministro. Actualmente, la producción primaria de algas se concentra, ya sea en forma de recolección o de cultivo, el 98% en los países asiáticos (China, Indonesia, Corea del Sur y Filipinas, principalmente) o la mayoría de los nuevos mercados se ubicarán en los países occidentales, lo que requiere imaginar nuevas cadenas de valor o, lo que es más improbable, desarrollar la producción allí.
Finalmente, el Banco Mundial menciona, sin cuantificarla, la capacidad futura de las algas para generar créditos “azules” negociables como los créditos de carbono en función de los servicios ecosistémicos que prestan, un mercado aún en ciernes. Este recurso financiero adicional podría consolidar las aplicaciones comerciales en términos de rentabilidad y también generar nuevos ingresos para las poblaciones que explotan las algas en los países emergentes. Es posible que las certificaciones de crédito reconocidas internacionalmente para proyectos de algas de “carbono azul” sean una realidad ya en 2025, estima el Banco Mundial.
Así y entre innumerables iniciativas, podemos citar el ejemplo en Marruecos de Brilliant Planet. Esta startup británica está desarrollando actualmente una granja piloto de cultivo de microalgas en el Sáhara Occidental, al borde del Atlántico, destinada a capturar carbono del aire y almacenarlo a largo plazo en el desierto tras la desecación de la materia orgánica producida. Este verano, la joven empresa realizó su primera venta extrabursátil de créditos de carbono con Block, una empresa californiana del sector de las criptomonedas. El mar nunca ha dejado de sorprendernos.
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