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Este miércoles 20 de septiembre, a primera hora de la mañana, una decena de agentes de la ley marroquíes vinieron a detener a nuestros corresponsales especiales Quentin Müller y Thérèse Di Campo en su hotel de Casablanca antes de enviarlos de regreso manu militari en el primer avión a París.
Eran las tres de la mañana de este miércoles 20 de septiembre en Casablanca, cuando una decena de hombres llamaron a la puerta de la habitación de dos periodistas que habían llegado la víspera al Novotel de la calle Sidi-Beltout. “Nos metieron en una furgoneta, nos dijeron que no éramos bienvenidos y que los estábamos molestando, ¡y que nos iban a meter en el próximo avión a Francia! » explica Quentin Müller del servicio « World » de Marianne . Nuestro reportero, al igual que la fotógrafa Thérèse Di Campo, con quien viaja desde hace una semana por el país, no tendrá otra explicación. “ Permanecimos unas horas en las instalaciones de la policía judicial del aeropuerto, Luego nos subieron a un avión de Royal Air Maroc sin más. »
Quentin y Thérèse, que llegaron el viernes pasado, vinieron a informar sobre la forma en que el pueblo marroquí ve al Rey Mohammed VI con especial discreción después del terremoto que dejó unos 3.000 muertos y otros tantos heridos la noche del 8 al 9 de septiembre pasado en Marrakech y sus alrededores. Esta expulsión, manu militari, confirma de paso la dificultad con la que hoy en día los periodistas extranjeros o locales encuentran difícil trabajar en este país. Y cuando son franceses quizás la cosa se complica aún más dado el estado de las relaciones diplomáticas entre nuestro país y Marruecos. No hay que olvidar que, desde el asunto Pegasus –que lleva el nombre del software israelí que el gobierno marroquí supuestamente utilizó para robar los teléfonos móviles de varias personalidades francesas, incluido el propio Emmanuel Macron– los vínculos se han cortado oficialmente. Como prueba, la silla de embajador de Marruecos en Francia está vacante desde principios de año, mientras que el embajador de Francia en Marruecos aún no ha presentado sus cartas credenciales al rey.
Detrás de esta expulsión expresa, no podemos dejar de ver desde el reino una respuesta a nuestro periódico que, el 16 de febrero de 2023, había publicado un número cuyo título “Cómo nos tiene agarrados Marruecos” tachaba la portada, todo ello acompañado de una foto de Mohamed VI. Un reportaje completo y rico en información que al otro lado del Mediterráneo había sido ampliamente ridiculizado por la prensa oficial del majzen y por los trolls marroquíes muy activos en las redes sociales. Acusaciones acompañadas de alegaciones que hacen de nuestra revista el relevo oficial del Elíseo… Es mejor reírse de ello, como le invita a hacerlo una de nuestras secciones emblemáticas. A menos que sea el dibujo, que apareció en nuestras páginas la semana pasada, después del terremoto, que representa al soberano postrado en cama, con un cigarro en la boca y un vaso en la mano, declarando “Por suerte: estaba descansando en Francia” el que nos valió el ¿Ira de las autoridades? En cualquier caso, ya nos ha valido una simpática amenaza de muerte en las redes sociales…
En el momento de redactar este informe, Marianne sigue esperando explicaciones de las autoridades marroquíes sobre los motivos que las llevaron a expulsar a nuestros colaboradores.
Marianne, 20/09/2023
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