La declaración de la ONU que anunciaba la renuncia del Enviado Personal de la ONU para el Sáhara Occidental, Horst Koehler, no mencionó sus llamamientos mundiales [para encontrar una solución] y su declaración durante su primera visita a los campamentos de Tindouf cuando era franco consigo mismo y hacia los sufrimientos del pueblo saharaui, y subrayó que « si encuentra exceso de alguna parte, tiraría la toalla ».
La declaración de la ONU fue breve, describiendo el tiempo de Koehler como bueno y fructífero. Hasta el momento, Koehler no ha confirmado nada sobre su renuncia o mencionó a la parte que lo decepcionó y mal aprovechó sus esfuerzos. La realidad que el Sr. Horst Koehler pudo haber comprendido últimamente es que la paz en el Sáhara Occidental no es una prioridad internacional y no es un objetivo consensual entre el Grupo de Amigos del Sáhara Occidental, y no hay una opción futura para la situación del Sáhara [occidental] como conflicto No disfruta de una determinación internacional.
[…] Parece que no veremos esfuerzos serios y efectivos hacia la paz debido a esta intransigencia, la decepción de la comunidad internacional y el paralizado Grupo de Amigos del Sáhara Occidental hacia el proceso de paz en el Sáhara Occidental en el Consejo de Seguridad. Koehler se diferenció de Ross en el diagnóstico de la situación en la región o incluso en predecir su fin. Christopher Ross había pensado que la situación sería cada vez más complicada si no hubiera una búsqueda permanente de una solución pacífica.
Por otro lado, la visión de Kohler estuvo acompañada de alguna esperanza. Creía que había características o una oportunidad política para resolver la disputa de larga data que fue mal utilizada por los intereses internacionales, el mal manejo y la mala gestión. Los esfuerzos de Kohler fracasaron y, en el presente, siente el sufrimiento de los saharauis y la amargura del fracaso y toca el nivel de bajeza y decepción que degeneraría mucho más de lo que vemos. Lo que se necesita hoy es buscar soluciones fuera de las Naciones Unidas o trasladar el tema a la UA que influiría en su mayor peso gracias a sus prácticas de resolución de conflictos que ya se han implementado en muchos países africanos. No veo la solución con un nuevo PESG que decepcionaría a los saharauis que han tratado con ingenuidad y buena intención con respecto a su causa y que han perdido largas décadas en el exilio.
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