El día 13 de noviembre de 2020 culminó una etapa de este proceso en el que los saharauis demostraron todas sus buenas intenciones. Se terminó un periodo yermo donde muchos saharauis dejaron su vida mientras esperaban que la confianza depositada en la comunidad internacional, las numerosas concesiones, sus silencios y su espera, sirvieran para ayudar a devolverles su patria, para vivir en paz y libertad.
¡Se acabó! ya no hay vuelta atrás, todo lo que se ha dicho y escrito, todas las propuestas, todas las resoluciones, todos los intentos, todo eso, hoy ya no importa, ni siquiera las buenas intenciones y los mejores deseos. ¡Se acabó!
Hoy, muy a nuestro pesar, pero con una firme convicción, empuñamos las armas por nuestra libertad, por nuestros derechos legítimos, por la libre determinación de nuestro pueblo.
El día 13 de noviembre de 2020 marcó el principio del irreversible camino hacia la dignidad.
Sin embargo, hay algo, que, aunque ya no importa, sigue provocándome un disgusto tremendo. Seguramente habéis leído o escuchado, a propósito de la ilegal brecha de El Guerguerat, aquello de “la libre circulación de personas y mercancías”.
Quien afirme eso es un cínico y un miserable porque es ridículo hablar de la libertad de circulación de personas en un territorio ocupado por un régimen represor.
Cuando se apela a no interferir en la circulación de mercancías y personas, ¿de qué mercancías se habla; de qué personas se trata?
¿Acaso se habla del tránsito libre de la prensa internacional e independiente por el territorio? ¿Se habla de organismos de derechos humanos o de observadores internacionales, políticos, parlamentarios o de cualquiera que quiera conocer la realidad de lo que ocurre en las ciudades ocupadas del Sáhara Occidental? ¿Acaso se habla de la libre circulación de personas saharauis, o de las personas que en todo el mundo apoyan y se solidarizan con su justa causa?
Evidentemente, no.
¡Qué vergüenza! Hablar de la libertad de movimiento, hablar de libertad de circulación, cuando en el Sáhara Occidental desde hace más de 45 años está prohibida la libertad.
En el Sáhara el único que se mueve libremente es el régimen marroquí y sus aparatos de represión, que mantienen a los saharauis bajo su control y vigilancia todos los días, de todos los años durante cerca de medio siglo de ocupación.
Aún, después de muertos, a los saharauis se les prohíbe volver a su tierra, se les impide regresar a su tierra para darle el ultimo adiós a un ser querido. A los saharauis les quitaron hasta el dolor de una despedida.
Y nos hablan de libertad de movimiento…
Son muchos los periodistas, juristas, parlamentarios, estudiantes, personas, en definitiva, de diferentes partes del mundo que han sido expulsadas del territorio saharaui ocupado por marruecos, y a muchas ni si quiera se les permitió descender del avión en el que viajaban al territorio, porque quien no apoya la ocupación no puede observar, ni moverse, ni conocer lo que ocurre.
Y luego algunos hablan de libertad de circulación de personas y mercancías…
¿Qué mercancías?
Se trata de normalizar el robo de los recursos naturales de un pueblo, de un territorio pendiente de descolonización. No les importa el pueblo saharaui, ni sus derechos, pero sí sus recursos naturales. No les preocupa la represión, la tortura, la cárcel, la muerte, la profanación de una cultura ¡no! solo les importa el dinero, las ganancias, los beneficios que les reporta mantener a este pueblo en la miseria engañándolo con afables promesas que jamás llevarán a cabo.
Que el Secretario General de la ONU afirme, sin ningún rubor, que una brecha ilegal, hecha por un régimen de ocupación ilegal en un muro ilegal, es un paso para mercancías y personas es sencillamente vergonzoso. Es un lamentable atropello a la legalidad internacional, a los acuerdos firmados por las partes con las Naciones Unidas y a los legítimos derechos del pueblo saharaui, reconocidos por todos los organismos de la ONU y por los tribunales internacionales de justicia.
Que el contrabando de drogas que el régimen marroquí realiza a la luz del día por la brecha de El Guerguerat y el expolio de los recursos saharauis se le denomine circulación normal de personas y mercancías es como mínimo una tomadura de pelo y un intento de maquillar una realidad que apesta y que salpica de lleno a la Misión de las Naciones Unidad para el Referéndum en el Sáhara Occidental, MINURSO.
La MINURSO creada para llevar a cabo un referéndum de autodeterminación contemplado para menos de un año, lleva casi treinta años haciendo todo lo contrario al fin por el que había sido creada. Tantos años la han domesticado, la han absorbido, la han humillado, no es más que un mero instrumento en manos del reino feudal de marruecos. La MINURSO es cómplice de perpetuar la ocupación y son cómplices todos los que la sostienen y quieren mantenerla indefinidamente mientras el reino feudal hace y deshace a su antojo y sigue esparciendo sus venenos de drogas y armas por la región, alimentando y alentando al terrorismo internacional y al crimen organizado
No sé cuán bajo puede caer la humanidad, el ser humano para no saber distinguir entre la razón y la miseria, entre el bien y el mal, entre la justicia y la impunidad, para no ver a este pueblo que lleva media vida esperando moverse en libertad y circular libremente en su tierra, libre y soberana.
¡Pero, ya no importa!
Ebnu
3 de diciembre de 2020
Fuente : Desacato.infohttp://desacato.info/ja-nao-importa-do-poeta-saaraui-mohamed-salem-abdelfatah-ebnu/, 6 dic. 2020