Tomás Bárbulo, periodista especializado en el conflicto saharaui
Tomás Bárbulo es periodista de ‘El País’, medio para el que cubrió el conflicto saharaui, y autor del ensayo ‘La historia prohibida del Sáhara Español’. Nació en La Coruña en 1958, aunque se trasladó muy pronto a Sidi Ifni hasta la entrega del territorio a Marruecos. Luego vivió en El Aaiún hasta el verano de 1975, cuando comenzó la salida de los civiles de la antigua colonia española. En esta entrevista, analiza el incierto futuro del territorio, la falta de efectividad de la misión de la ONU, la MINURSO, desplegada en El Aaiún, y el desinterés de la Unión Europea con el pueblo saharaui, más allá de su provecho económico con los acuerdos pesqueros. También califica de “traición” y de “bajeza tremenda” la entrega del Sahara por parte de España a Marruecos y Mauritania.
-Este mes de noviembre se cumplen 45 años de la Marcha Verde, ¿en qué situación se encuentra el conflicto saharaui en estos momentos?
-Creo que el conflicto está estancado desde poco después de firmarse el alto el fuego en 1991 entre Marruecos y el Polisario. La ONU, que tiene allí la MINURSO (Misión para el Referéndum de Autodeterminación del Sahara Occidental), ha ido renunciando cada vez más a la misión, hasta el punto de que ya en sus documentos, a petición de Marruecos, no pone el nombre completo de la misión, sino sus siglas, para eludir lo del referéndum. Hay una batalla diplomática en la que tanto Marruecos como el Polisario intentan atraerse apoyos. El Polisario lo tiene muy difícil debido a que Francia apoya completamente a Marruecos y está en el Consejo de Seguridad de la ONU. La situación está completamente estancada.
-¿Y hasta cuándo considera que seguirá estancada?
-Creo que seguirá estancada, a menos que se produzca un cambio de statu quo en la zona. Fundamentalmente, hasta que haya un cambio interno en Marruecos, Mauritania o Argelia. Por ejemplo, revueltas en Marruecos que provoquen la caída de la monarquía, lo que, probablemente, implicaría una renuncia al Sahara; una situación en Argelia que provoque el final del apoyo argelino a los saharauis y, por tanto, pusiera en peligro su estancia en los campamentos de refugiados de Tinduf y les empujaría a irse a Mauritania o Marruecos, o que haya una caída de régimen en Mauritania, lo que puede producir que se despierten las viejas apetencias expansionistas de Marruecos sobre Mauritania. Probablemente, Marruecos ya habría ganado la partida por la fuerza de no existir la legislación internacional que exige que las colonias, al independizarse, celebren un referéndum de autodeterminación. En el Sahara eso no se ha cumplido y hay un vacío legal en el que España sigue siendo, desde el punto de vista legal, responsable del territorio. El Polisario sigue teniendo la razón legal y Marruecos va por la vía de los hechos consumados.
-¿Puede ser la ONU un actor clave para la resolución del conflicto?
-La ONU y los representantes de la MINURSO en El Aaiún están completamente abducidos por Marruecos. Es un país que tiene su territorio bien definido. Tiene su bandera, himno, jefe de Estado… Es un estado con todas las de la ley y el Polisario no lo es. El Polisario está representado a otro nivel de lo que lo está Marruecos. Este tiene dinero para pagar y paga muy bien a lobbys, en Estados Unidos para que hagan presión sobre la ONU y sobre el gobierno de ese país. Marruecos tiene el apoyo de Francia y frente a eso el Polisario cuenta con unos medios muy pequeñitos. Creo que el papel de la ONU es necesario porque, si no existiera, aquello sería la ley de la selva. Lo poquito de racionalidad que queda en la zona se acabaría, pero ha abandonado su misión y su actitud está siendo vergonzosa.
-También ha habido un olvido por parte de España…
-Hubo una traición. En 1975 hubo una dejación de funciones y unos acuerdos tripartitos ilegales. Mientras el grupo de turno está en la oposición defiende a los saharauis, pero cuando llega al gobierno defiende a Marruecos. Lo han hecho tanto los del PP como los del PSOE.
-En su ensayo ‘La historia prohibida del Sáhara Español’ habla de la entrega de España a Marruecos y Mauritania. ¿Cómo fue?
-El embajador de España ante la ONU, Jaime de Piniés, la definió como “una ignominia”. Creo que fue de una bajeza tremenda. Los militares que estaban allí no tenían muy claro quién era su enemigo. Un día era Marruecos, otro Argelia, otro el Polisario. De un día para otro extendieron alambres de espino en torno a los barrios saharauis, con puestos de control para que no pudieran salir y marcharse con el Polisario cuando llegaran los marroquíes. Se trataba de que, cuando llegaran los marroquíes, estuvieran bien estabulados para hacer con ellos lo que les pareciera. Creo que ese ejemplo ilustra la forma en la que España entregó el Sáhara. El tema legal no tiene ninguna cobertura. Los acuerdos tripartitos no son válidos a nivel internacional y eso ha sido dictaminado por la propia ONU.
-Durante 45 años ha estado eludiendo responsabilidades…
-Sí. Es comprensible desde el punto de vista pragmático. España limita al norte con Francia y también al sur porque Marruecos es, de alguna forma, Francia. Con Francia tiene que defender una serie de intereses muy claros. Es un país con mucho peso en la Unión Europea; tiene frontera con dos de las comunidades autónomas más conflictivas de España: País Vasco y Cataluña; la cooperación con Marruecos es necesaria en temas como el terrorismo yihadista y la inmigración irregular. Entonces, se entiende que el papel de España es difícil de llevar a cabo, aunque también es verdad que es una verdadera vergüenza que España esté todos y cada uno de los días vendiendo a los saharauis.
-El gobierno del PSOE y Podemos ha vuelto a poner sobre la mesa el tema de la memoria histórica. ¿No cree que también se debería tener en cuenta la memoria histórica con los saharauis?
-Desde luego. Te diré solo una cosa: Marruecos asesinó, bombardeó, violó y torturó a ciudadanos esp
añoles. Cuando Marruecos los estaba cogiendo, torturando y bombardeando con fósforo blanco y con napalm todavía eran españoles.
añoles. Cuando Marruecos los estaba cogiendo, torturando y bombardeando con fósforo blanco y con napalm todavía eran españoles.
-¿Por qué se niega Marruecos a llevar a cabo un referéndum?
-Está prácticamente seguro de que lo perderá. A pesar de que ha inyectado a tantos marroquíes en el Sahara Occidental para desvirtuar la naturaleza de los saharauis se ha dado un fenómeno curioso. Muchos de esos marroquíes, que procedían de la zona limítrofe del Sahara, una vez han estado allí han asumido la identidad saharaui. Marruecos teme que el voto de los promarroquíes no sea suficiente para ganar el referéndum.
-¿Qué supone para la Unión Europea el conflicto del Sahara?
-Creo que es un problema legal y continuamente se dedican a vulnerar las resoluciones y peticiones más elementales de organizaciones de derechos humanos para cerrar los acuerdos pesqueros. Cada año se repite la misma ceremonia de quienes dicen que eso es ilegal y al final buscan un ardid legal para vulnerar los derechos de los saharauis. Creo que ese es el único punto del tema que le interesa a la UE. En el resto de las cuestiones, lo que no es estrictamente económico, le da igual.
-Y mientras tanto, Marruecos continúa vulnerando los derechos humanos en el Sahara Occidental…
-Están probadas y documentadas las persecuciones, la violencia contra la sociedad civil, las torturas y los atentados permanentes a la libertad de expresión. Hay una cosa importante y es que, en los últimos 15 años, a Marruecos le ha nacido un frente interior, liderado, sobre todo, por Aminatu Haidar, que es la figura más conocida. Ya no puede apelar solo al enemigo exterior: el Frente Polisario al que tacha de terrorista. Ahora lo tiene dentro de casa con muchas personas representadas por un grupo de valientes, la mayor parte mujeres y jóvenes, que salen a la calle a manifestarse. Cada una de esas pequeñas manifestaciones mantiene viva la llama y representa a muchas personas que no se atreven a salir. Por otro lado, los saharauis piden que la ONU tome cartas en el asunto. La mayoría de las misiones de la ONU tienen entre sus responsabilidades vigilar que no se vulneren los derechos humanos. En cambio, Marruecos ha conseguido que la MINURSO renuncie a esa competencia. Eso se está haciendo continuamente delante de los ojos de los funcionarios de la MINURSO que no hacen nada porque sus jefes han decidido cerrar los ojos.
-¿Qué solución le queda al pueblo saharaui?
-No sé qué opción le queda porque todo depende del apoyo internacional que tenga. Ahora mismo parece obvio que una vuelta a la guerra, como amenazan en algunas ocasiones, es suicida. Están haciendo pequeñas acciones como llegar al mismo muro en pequeños grupos de civiles, agitar sus banderas y gritar independencia o autodeterminación o cortar la carretera entre el muro marroquí y la frontera mauritana. Son acciones de civiles y puntuales que no se pueden mantener mucho tiempo.
[Nota: La entrevista a Tomás Bárbulo se realizó con anterioridad a los recientes acontecimientos en el Sáhara]
Fuente : El Diario de Canarias, 17 nov 2020
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