La libertad de creencias en Marruecos : la patata caliente

El consejo superior de Ulemas, cuyo presidente es el rey como comendador de los creyentes, aparece en la Constitución (art.41) coma “la única instancia habilitada para pronunciar edictos religiosos (fetuas), que deben estar oficialmente reconocidas, sobre cuestiones que se le dirigen y sobre la base de principios, preceptos y el espíritu tolerante del islam”.

Este consejo superior comprende un comité científico encargado de emitir fetuas, que recientemente ha publicado un libro-compendio que recoge una fetua que llama a ejecutar al apóstata. El compendio precisa que la fetua es respuesta a una demanda escrita del ministerio de dotaciones religiosas y asuntos islámicos, que por su parte recibió una solicitud de aclaración de parte de la delegación ministerial de derechos humanos sobre la postura del islam respecto a la “libertad de religión” en el marco de la preparación de su sexto informe periódico de la puesta en práctica del pacto internacional de derechos civiles y políticos.

La fetua ha provocado una polémica, incluso pánico. En efecto, el predicador de la mezquita Ouhoud de la ciudad de Safi dedicó su sermón del viernes 19 de abril, en presencia del rey Mohammed VI, al tema de la libertad de creencias en el islam.

En lo que aparenta ser un intento de reparar los daños causados por esa instancia real que supuestamente se inspira en el espíritu tolerante del islam, el predicador subrayó ante el rey, comendador de los creyentes, que la libertad de creencia en el islam ocupa un lugar muy importante porque constituye el origen de las libertades, y subrayó que el islam no se queda solamente en la adopción de esta libertad, sino que no añade ninguna obligación en la materia “no hay obligatoriedad en religión, pues el camino correcto ya se diferencia del yerro”. Añadió (el predicador) que el santo Corán ya zanjó la cuestión de las libertades al subrayar que el hombre es libre, pues de lo contrario no sería responsable des sus actos.

Sin embargo, el Imam deslizó en ese mismo sermón (que está validado por el ministerio de asuntos islámicos, dirigido por el ministro Ahmed Toufiq, quien no representa a ningún partido y no rinde cuentas más que al rey) que la institución del comendador de los creyentes es la única habilitada a regular las condiciones de ejercicio de esa libertad para evitar que sea tomada como pretexto para tratar de crear turbulencias en el país o atentar a su dignidad, pues -dijo- “la nación es sagrada y trasciende a los individuos”.

¿Significa eso que el comendador de los creyentes dispone de un poder discrecional para regular la libertad de conciencia de los no creyentes, y que una vez más las otras instituciones que forman el estado moderno, como la constitución o el parlamento, se encuentran fuera de juego? Nuestro Imam no dio más pistas al respecto.

¿Y cómo reaccionó el campo político, sobre todo el islamista, ante esta fetua más bien incómoda?

El jeque Mohamed Fizazi, figura simbólica del salafismo puro y duro, y que ha expresado su intención de fundar un partido, se precipitó para agradecer al consejo de ulemas por esta fetua que según Él representa la verdad absoluta y no debería sufrir ninguna modificación.
El Movimiento Justicia y Bienestar (Al Adl wal Ihsan), a través de Omar Iharchane, se desmarcó de esta fatwa: “Claramente y sin dudarlo, Al Adl wal Ihsan está a favor de la libertad de creencia. Nuestra postura está basada en los principios de la Charia y consideramos la libertad de creencia como uno de los elementos centrales. Además, las numerosas azoras del Corán que evocan el tema y que afirman la libertad de conciencia establecen los principios fundadores de la Charia (ley islámica)”.

Iharchane considera que “no existe más que un solo hadiz que aporta que el profeta dijera “matad al que cambia de religión”. Pero nunca ha habido un consenso sobre la autenticidad de este hadiz, que ya no se toma en consideración hoy en día sino por parte de los ulemas los más tradicionalistas”. Iharchane añade que “el régimen de marruecos instrumentaliza el islam y lo utiliza para huir de sus obligaciones internacionales en materia del respeto de los derechos humanos. Es el régimen el que ensucia la religión al utilizarla de forma selectiva para justificar su política autoritaria”.

En el mismo sentido, el Partido Oumma (de tendencia islamista democrática y que al igual que Al Adl wal Ihsan no está en olor de santidad ante el Poder), se manifestó sorprendido por esta fetua. Para Abkrim, profesor universitario y miembro del partido, “el consejo se apoyó probablemente sobre un hadiz que fue relatado únicamente en la selección Sahih Muslim (uno de las seis selecciones más grandes de hadices en el islam sunni) que autoriza la ejecución del apóstata. Este hadiz no figura en la selección de Sahih al-Bukhari (la mayor selección de hadices). Y explica que los ulemas especialistas, después de haber examinado este hadiz, se dieron cuenta que fue relatado por un hombre que pertenece a la rama de jariyismo y, por consiguiente, no la han tomado como fuente de derecho islámico. Ha recordado que en tales circunstancias, el texto del Corán es la referencia, y este último no menciona la ejecución del apóstata.

En cuanto al Partido Justicia y Desarrollo (PJD), su posición sobre este tema no es constante y parece haber evolucionado en función de la coyuntura política. Mientras que sus documentos oficiales del VII congreso en 2008 indican claramente su adhesión al principio de libertad de creencia antes del comienzo del proceso de reforma constitucional, el PJD a súbitamente cambiado su postura para oponerse durante las consultas sobre la redacción de la nueva Constitución.

Luego ha cambiado en el VIII congreso celebrado en julio de 2012. En el capítulo VIII de su manifiesto doctrinal destinado al proyecto de sociedad, el partido escribe que: “fiel a sus documentos de referencia, nuestro partido confirma que su comprensión del islam se apoya en la misma visión abierta que ha constituido un punto fuerte en la experiencia histórica y civilizacional de la nación. Esta visión consagra la diversidad, el pluralismo, la coexistencia entre las religiones y la libertad de creencias y considera la base de ciudadanía como fundamento de la construcción del Estado y de la sociedad”.

Esta gran brecha no es sorprendente, y confirma simplemente que el PJD no está dispuesto a una contorsión.

Por su parte, la Asociación Bayt al Hikma (Casa de la Sabiduría), presidida por la parlamentaria Khadija Rouissi (miembro del PAM, fundado por Fouad Ali Himma, amigo y consejero del rey) condenó la fetua al considerarla obscurantista. Así pues, los amigos del amigo del rey no son indulgentes con una institución presidida por el rey. Pero Bayt al Hikma, que dice defender los valores de la modernidad y el racionalismo, adopta un perfil discreto cuando se trata de protestar, por ejemplo, contra el humillante protocolo de pleitesía o contra el presupuesto colosal de la corte real (€ 230 millones por año).

A título de comparación, señalemos que en Egipto, la institución religiosa Al Azhar ha zanjado el debate de la libertad de creencia con la publicación en enero de 2012 de un manifiesto conjunto con intelectuales sobre las libertades fundamentales, donde dice que “la libertad de religión y el derecho al que va asociada, relativo a la ciudadanía plena para todos, fundada sobre la igualdad de derechos y deberes, constituye la piedra angular de la construcción de una sociedad moderna. Está garantizada tanto por los textos religiosos claros como por los textos constitucionales y jurídicos”.

El documento va más lejos cuando criminaliza toda tentativa de imposición o de persecución en materia de religión. Rechaza con fuerza todas las tendencias de exclusión, las que atacan a las creencias del otro y las tentativas de inspeccionar la conciencia de las gentes con una mención al hadiz del profeta: “¿Has abierto tú su corazón?”.

También recuerda la regla de oro según la cual “si el texto es contrario a la razón, hay que privilegiar la razón e interpretar el texto”, y cita igualmente la regla de derecho adoptada por el Imam Malik: “Si la palabra de un hombre contiene cien partes de no creencia y una parte de creencia, hay que privilegiar esa última parte”.

En Egipto, tras la revolución, tanto el Muftí de la República como el Jeque de Al Azhar ya no serán nombrados por el presidente de la República, sino elegidos por los ulemas.

El Imam Malik es el fundador del rito malekita, que es oficial en… Marruecos.

Le blog d’Ahmed Benseddik, 21 abril 2013

Tags: Marruecos, religión, creencias, libertad,

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