Un « think tank » español muy timorato
Por: Ignacio Cembrero
Fuente: Orilla Sur, 03 de marzo de 2014
El Real Instituto Elcano no se atreve a mencionar la “democratización” del Magreb ni los derechos humanos
El más célebre de los think tanks españoles dedicados a los estudios internacionales, el Real Instituto Elcano (RIE), se acaba de pronunciar a favor de la autonomía, y no de la independencia, del Sáhara Occidental. En su largo informe titulado “Hacia una renovación estratégica de la política exterior española” aboga porqué España adopte “una posición más proactiva” por “el autogobierno genuino y garantizado” de esa antigua colonia española. El presidente del RIE, Emilio Lamo de Espinosa, aseguró incluso que un Estado independiente no sería allí viable.
Hace ya años que la diplomacia española trabaja bajo cuerda a favor de la autonomía, como revelaron los cables desvelados por Wikileaks. El anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la describió ya en 2008 como “una contribución positiva” para resolver un conflicto que dura desde hace 39 años y que impide la unificación del Magreb.
El actual Ejecutivo está en la misma línea. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se alineó públicamente en Rabat, en junio de 2012, con las autoridades de Marruecos que acababan de rechazar que el diplomático estadounidense Christopher Ross siguiese mediando en el conflicto del Sáhara porque era “tendencioso”. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó al rey Mohamed VI en agosto, y Rabat rectificó su decisión.
Marruecos puso sobre el tapete una oferta de autonomía en 2007 como alternativa al referéndum de autodeterminación que propugna el Frente Polisario, partidario de la independencia. Para que esa propuesta de la diplomacia marroquí sea creíble es, sin embargo indispensable, que Rabat deje de apalear a los activistas saharauis y les permita manifestarse, asociarse, concurrir a las elecciones etcétera como hacen, por ejemplo, los independentistas escoceses, flamencos o vascos.
Todas las organizaciones de defensa de los derechos humanos, desde Aministía Internacional hasta Human Rights Watch pasando por Freedom House, que han trabajado en el Sáhara sostienen en sus informes que los nacionalistas saharauis son víctimas de todo tipo de abusos. Por eso apoyaron, en abril de 2013, a la embajadora de EE UU ante la ONU, Susan Rice, cuando propuso modificar el mandato de la MINURSO (contingente de la ONU en el Sáhara) para que pudiera vigilar el respeto de los derechos humanos en el Sáhara y en los campamentos de refugiados de Tinduf (suroeste de Argelia). Francia, España y Rusia se opusieron a la propuesta de Rice y la retiró.
Bajo cuerda, he escuchado a diplomáticos de los pocos países que siguen de cerca este contencioso afirmar que si de verdad Marruecos quiere promover su plan de autonomía lo primero que debería de hacer es, en vez de enviar a delegaciones a recorrer el mundo para explicarlo, cambiar de actitud hacia los activistas saharauis. En su informe de febrero el think tank español no menciona los necesarios avances en materia de derechos humanos para que la oferta autonómica cobre fuerza.
Cuando el mundo árabe sigue viviendo una “primavera” que en Túnez está pariendo una auténtica democracia, llama la atención hasta qué punto el capítulo del informe del RIE sobre el Magreb es timorato. No recoge el menor elogio a la transición tunecina, que podría servir de ejemplo a otros países de la zona. España, dice simplemente, debe “defender” el “respaldo europeo a la liberalización política de estos países” magrebíes. Ni siquiera figura en el texto las palabras “democratización” o “Estado de derecho” porque, probablemente, sus autores las consideraron demasiado contundentes.
En su presentación en su página web el RIE se presenta como un think-tank “apartidista e independiente”, pero todos los centros de reflexión intelectual tienen afinidades ideológicas como resaltan las definiciones que dan de ellos las enciclopedias. El apartado Magreb del informe del RIE sobre la nueva política exterior española va más allá de las afinidades. Su alineamiento con el Gobierno es completo. Un informe elaborado por Asuntos Exteriores hubiese sido igual de amilanado. ¿Para qué sirve un think-tank si no enriquece y matiza la doctrina oficial?