Por: Ignacio Cembrero
Orilla Sur, 10/04/2014
El exemisario de Naciones Unidas para la antigua colonia pide tomar medidas para que los saharauis no opten por la violencia
Peter_Van_WalsumPeter van Walsum, diplomático holandés de 79 años, siempre ha sido reacio a celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental que España entregó a Marruecos en 1975. “No creo en él porque no es realista e insistir en convocarlo solo servirá para prolongar indefinidamente el conflicto”, me escribió la semana pasada en un correo.
Ese convencimiento le valió a Van Walsum perder el puesto de enviado especial del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para el Sáhara. Mohamed Abdelaziz, el líder del Frente Polisario que lucha por la independencia del Sáhara, escribió una carta, en agosto de 2008, a Ban Ki-moon en la que sostenía que el holandés se había “descalificado” para el cargo. El secretario general le hizo caso y optó por no prorrogar el mandato (2005-2008) de su mediador en el conflicto.
Seis años después de su destitución el que ha sido el enviado especial más afín a las tesis marroquíes reaparece pero para marcar ahora distancias con Rabat. Él y Frank Ruddy, un exembajador de EE UU y jefe adjunto de la MINURSO (el contingente de la ONU desplegado en el Sáhara) han remitido la semana pasada una carta al presidente francés François Hollande.
En ella resaltan la “frustración” que genera “el gran número de violaciones de los derechos humanos perpetradas por las autoridades marroquíes contra los saharauis”. Recuerdan de paso el último informe del relator especial de la ONU sobre la tortura, Juan Méndez, que visitó El Aaiún en 2012. “Nos preocupan profundamente la ira y el resentimiento que provocan estos crímenes”, añaden.
Como los tuareg de Malí en el “Sáhara Occidental hay un grupo distinto de personas –los saharauis- que no se consideran política ni culturalmente vinculados a Marruecos y que tienen una historia de resistencia armada”, prosiguen. “En fundamental que tomemos las medidas preventivas para desactivar las tensiones en el Sáhara Occidental y evitar la repetición de lo que sucedió en Malí y que podría poner en peligro la seguridad francesa y occidental (…)”, advierten.
La rama magrebí de Al Qaeda y sus aliados radicales tuareg, que constituyen un grupo étnico distinto dentro de Malí, se adueñaron, en marzo de 2012, del norte del país de donde les desalojó, un año después, una intervención militar francesa. Para que en el Sáhara no se reproduzca lo que sucedió en Malí, “para rebajar la frustración de los saharauis” y evitar que se dejen seducir por el terrorismo, los firmantes instan a Hollande a “trabajar por la inclusión de la supervisión de los derechos humanos” en el mandato de la MINURSO.
Creada en 1991, la MINURSO es el único contingente de la ONU de mantenimiento de la paz que no tiene competencias en materia de derechos humanos. El Consejo de seguridad inicia el próximo jueves (17 de abril) las consultas con vistas a la renovación de su mandato. El año pasado la entonces embajadora de EE UU ante la ONU, Susan Rice, propuso ampliar el mandato de los cascos azules en la antigua colonia española para que entre sus atribuciones figure la vigilancia del respeto de los derechos humanos en el Sáhara y en los campamentos de refugiados de Tinduf (suroeste de Argelia).
Rice sometió primero esta propuesta al llamado Grupo de Amigos del Sáhara Occidental y Francia fue entonces el primero en rechazarla atendido una petición de Marruecos. España y Rusia secundaron a Francia. El quinto miembro del grupo, el Reino Unido, se mostró, en cambio, más receptivo. Por eso Van Walsum y Ruddy envían su carta a Hollande porque saben que es el más recio a imponer a Marruecos esa supervisión de los derechos humanos a la que el Frente Polisario ha dado su acuerdo.
Tags : Sahara Occidental, Front Polisario, Peter Van Walsum
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