Antes de morir, Hasán II pidió al presidente francés Jacques Chirac que cuidara de su hijo. El rey de Marruecos había hecho una generosa contribución para la campaña electoral de Chirac. De ahí que este último haya declarado : « Majestad, le debo mucho a vuestro padre » y que será el título del libro del periodista Jean Paul Tuquoi.
En todas las circunstancias, aunque tenga que disputarse con países amigos, Chirac defendió a Mohammed VI. Más allá de este círculo », dice Jean-Pierre Tuquoi, « los franceses han aconsejado en las sombras y a menudo han participado estrechamente en intrigas familiares ».
Además, en París, los « amigos de Marruecos », antiguos ministros o editorialistas de renombre, se solidarizan con un país con el que tienen vínculos especiales. Tienen su capital: Marrakech. Y luego está el peso de los intereses económicos cruzados, la legislación a medida y la lucha contra el islamismo, que reúne a los servicios secretos de ambos países.
El incidente que relata Ignacio Cembrero en esta crónica demuestra que el presidente francés cumplió con su promesa.
Chirac instó a Mohamed VI a actuar juntos para frenar a España en Marruecos
Una nota del espionaje francés revela consejos del presidente al rey marroquí en 2002
IGNACIO CEMBRERO
Madrid 30 NOV 2006
Veinticuatro horas después de que los españoles desalojasen a los infantes de marina marroquíes instalados en el islote de Perejil el 17 de julio de 2002, el rey Mohamed VI envió a París a su hermana, Lalla Mariam, con un mensaje urgente para Jacques Chirac. La respuesta que recibió del presidente francés fue: « Es ahora o nunca cuando hay que actuar para oponerse a la penetración española en Marruecos », y le prodigó varios consejos en este sentido. « A continuación se puso en marcha una estrategia para alcanzar este objetivo », según reflejó el espionaje francés en una nota.
La fuente de esta información es Taieb Fassi-Fihri, número dos de la diplomacia de Marruecos, pero, en realidad, auténtico responsable de su política exterior.
Sus reflexiones íntimas sobre las relaciones con España, y las de otros dos altos cargos marroquíes -Ahmed el Harchi, entonces jefe de la inteligencia exterior, y Noureddin Benbrahim, número dos de la policía secreta- figuran en una nota de cuatro folios elaborada en octubre de 2002 por la antena en Rabat de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), el principal servicio secreto francés. En el análisis también se recoge la opinión de un periodista español acreditado en Rabat.
Éste y otros documentos de la inteligencia francesa sobre Marruecos serán desvelados en un libro Quand le Maroc sera islamiste (Cuando Marruecos sea islamista, editorial La Découverte), escrito por los periodistas Catherine Graciet y Nicolas Beau, que se presentará el 7 de diciembre.
Lalla Mariam, que es íntima de la familia Chirac, regresó de París con los consejos presidenciales y Mohamed VI se puso manos a la obra. Da, señala el servicio secreto francés, « consignas firmes para excluir a las empresas españolas de los principales mercados y de las licitaciones, y sustituirlas por francesas y norteamericanas e iniciar también una guerra diplomática y mediática » contra España.
La primera en pagar el pato fue la eléctrica Unión Fenosa, « descartada, en el último momento, de la licitación para la gestión del agua, la electricidad y el saneamiento de Tánger-Tetuán, otorgada al grupo Vivendi », con sede en París.
La réplica real a la afrenta española en Perejil fue también económica, según explica Fassi-Fihri. Por eso « anuncia la creación de un gran conjunto portuario, comercial e industrial », en torno al nuevo puerto de Tánger Med, pegado a Ceuta. « Es, en cierta medida, la sentencia de condena a muerte, comercial y social, de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla », asegura.
Acaso impresionado por la exhibición en el Estrecho de los aviones F-18 españoles y de los helicópteros HU-10, el monarca quiere rearmarse. El general Harchi cuenta a los topos del espionaje francés que el Rey ha enviado a su hermano, Mulay Rachid, a los Emiratos Árabes Unidos para pedir al jeque Zayed Ben Sultan ayuda. « Este le financiará la compra de 12 aviones Mirage ».
Paralelamente, el Rey manda al jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire, el general Mohamed Ben Ali, formado en EE UU, a Washington, para estudiar en el Pentágono la adquisición de armamento. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que aprecia el atlantismo de José María Aznar, « le orienta hacia Rusia para su compra porque España es aliado en la OTAN », señala la DGSE. El soberano viaja a Moscú en octubre de 2002.
Ruptura del acuerdo
El documento rezuma la preocupación francesa ante el auge de la influencia española en Marruecos: « Los franceses consideran que España ha roto un acuerdo tácito que existía con Francia y que estipulaba que, a cambio de dejarle conquistar Latinoamérica, Francia se reforzaría sin competencia en África del Norte ». Fassi Fihri confirma que « las ambiciones de España (…) han dado al traste con este acuerdo ».
El número dos de la policía secreta marroquí hace, por último, a los franceses una descripción terrorífica de la actividad del CNI, entonces a las órdenes de Jorge Dezcallar, « que juega la carta de los barones de la droga del Rif, tradicionalmente anti-monárquicos, para crear un clima de desestabilización y dañar la imagen de Marruecos ». Peor aún: « Empuja a los bereberes a presionar al rey y estos amenazan con rebelarse si no cede a sus reivindicaciones ».
Dezcallar desmintió ayer, tajantemente, estas acusaciones aunque sí reconoció que el 9 de octubre de 2002 viajó en secreto a Rabat -la nota francesa lo subraya- para explicar que Aznar no iba a crear un eje con Argelia -el presidente Buteflika estaba a punto de viajar a Madrid- para perjudicar a Marruecos.
Benbrahim lamenta finalmente que los españoles « hayan dejado a su prensa atacar al Rey y a la familia real y evocar las aventuras sentimentales de Moulay Rachid [en Acapulco] y de una princesa [Hola narró la relación de Lalla Hasna con El Litri].
El Pais, 30 nov 2006