Me tocó viajar el año 2010 con el periodista peruano Ricardo Sánchez Serra y compartir con él una fructífera, solidaria e inolvidable estadía en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia.
Luego de eso, durante años mantuvimos a la distancia una amigable comunicación e intercambio forjada en nuestra común solidaridad con la lucha del pueblo saharaui y , en consecuencia, en nuestra común adhesión a los principios de la autodeterminación, descolonización e independencia de los pueblos.
Sin embargo, al leer su último artículo proponiendo y defendiendo lo indefendible, es decir, asumiendo la propuesta de autonomía del colonizador Marroquí sobre el territorio del Sáhara Occidental usurpado que pertenece al pueblo Saharaui, creo que finalmente que los marroquíes lograron quebrar a Ricardo Sánchez Serra.
Ricardo era y es un hombre conservador y de opciones políticas e ideológicas de derecha y para mí su conducta solidaria y opiniones de apoyo al pueblo saharaui, constituían más bien una grata sorpresa y me generaban un gran respeto.
Sánchez Serra se desempeñó como periodista asesor y relacionador público del ultra conservador Cardenal Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani uno de los más altos y poderosos integrantes del Opus Dei. A causa de su explícito compromiso, a la época, con la causa de la autodeterminación e independencia saharaui y por fuertes presiones de la entonces embajadora de Marruecos en Perú el prelado del Opus Dei le despidió y le dejó sin empleo.
Sin embargo, Ricardo siguió escribiendo artículos sobre el tema saharaui en un diario ultra conservador como La Razón y allí también comenzó a tener dificultades a causa de la presión de la embajada Marroquí, la que naturalmente tenía una alta influencia y estrecha relación e « intereses » con el propietario de ese medio. Con el paso del tiempo, desempleado y aislado en los propios medios a los que adhería y pertenecia, Sánchez Serra también comenzó a tomar distancia de los integrantes de las asociaciones de solidaridad con el pueblo Saharaui. Lamentablemente las diferencias de criterio y algunos errores cometidos por algunos de sus integrantes, fueron los motivos esgrimidos por Ricardo para alejarse completamente de esas instancias y seguir manifestando en solitario su opinión y solidaridad con el pueblo Saharaui.
Una solidaridad con una causa colectiva realizada en solitario y completamente desvinculada de sus actores histórico concretos y de quienes solidarizan con ellos, siempre termina inexorablemente presa de las presiones de los poderosos y adversarios de esa causas. Te consideres de izquierdas o de derecha nadie escapa a aquello y naturalmente de ahí a esgrimir el « realismo » y « pragmatismo » para cambiar completamente de posición y de campo hay una casi inexistente frontera. Constato que Ricardo Sánchez Serra cruzó esa frontera ahora al defender absolutamente todo lo contrario a lo defendió y sobre lo cual escribió en el pasado con tanta pasión y sólidos argumentos.
Ignoro las « nuevas » circunstancias y las nuevas presiones que recibió y los motivos que lo llevaron a modificar tan radicalmente su opinión sobre el conflicto del Sáhara Occidental y abjurar de sus propios principios en defensa de la autodeterminación e independencia del pueblo Saharaui y « abrazar » como lo hace por escrito la postura colonialista del reino feudal de Marruecos.
Lo que resulta imposible ignorar es lo triste, penoso y patético que siempre resulta constatar la metamorfosis (transmutación para los católicos) de los individuos cuando abandonan principios y causas que antes abrazaron, basadas en los derechos de los pueblos, esgrimiendo falsos realismos y consideraciones humanitarias.
Esteban Silva Cuadra
21 de febrero de 2019.