En este principio del 2019, Rusia ha optado por seguir reforzando su posición en el norte de África, especialmente en Argelia, Marruecos y Túnez.
El Ministro de Asuntos Exteriores, que había efectuado un largo periplo en África subsahariana en marzo de 2018, confirmó una vez más el deseo de su país de permanecer en la competición que las grandes potencias africanas se están liberando.
La estancia de Lavrov en el Magreb estuvo dominada principalmente por aspectos económicos. Cabe destacar, por ejemplo, el comercio con Argelia ya ha superado los 4.500 millones de dólares, sin olvidar que Argelia es, de lejos, el mayor cliente africano de armas rusas. Además, las autoridades argelinas desean crear una unidad de producción de armas rusas. Por otra parte, en los últimos años, Argel ha seguido aumentando sus importaciones de trigo ruso.
Esta visita a Argelia se inscribe en el marco del diálogo político regular y de las consultas permanentes entre los dos países establecido desde la firma, el 2 de abril de 2001, de la Declaración Conjunta sobre la Asociación Estratégica entre Argelia y la Federación de Rusia, tras la visita de Estado del Presidente Abdelaziz Bouteflika a Rusia.
En Rabat, Sergei Lavrov y sus anfitriones marroquíes discutieron ampliamente los aspectos relacionados con las convenciones económicas firmadas hace tres años durante la visita del rey Mohammed VI a Moscú.
En efecto, durante la visita del Presidente Putin, Mohammed VI visitó Moscú en 2016 y esta visita de Estado permitió reforzar las relaciones bilaterales entre los dos países.
En esa ocasión, se firmaron varios convenios, en particular en el ámbito económico, el más importante de los cuales fue el establecimiento del acuerdo de libre comercio, por el que las négociaciones siguen en curso.
En Túnez, la visita de Sergei Lavrov formó parte de los acuerdos firmados en Moscú el 16 de marzo de 2016 entre ambos países. El objetivo de la visita era, por lo tanto, examinar los medios de consolidar las relaciones de cooperación bilateral.
Túnez también desea desarrollar proyectos conjuntos con Rusia, en particular en los sectores de la aeronáutica, la agroalimentación y el turismo, sector que, por otra parte, ha dado un importante salto cuantitativo en los últimos años. Más de 600.000 turistas rusos visitaron Túnez en 2018.