Editorial. Al convocar elecciones anticipadas, el primer ministro español esperaba romper el impulso del movimiento independentista. El jueves, los catalanes decidieron lo contrario.
Editorial del « Mundo ». Es una aplastante derrota que acaba de tener Mariano Rajoy en Cataluña. Cuando, el 27 de octubre, en reacción a la declaración unilateral de independencia del gobierno catalán, el primer ministro español suspendió la autonomía de la región y convocó elecciones anticipadas, el primer ministro español esperaba romper el impulso del movimiento independentista. Su vicepresidenta, Soraya Saenz de Santamaria, incluso se jactó de haberlo « decapitado ».
El jueves 21 de diciembre, los electores catalanes decidieron lo contrario. Con 70 diputados de 135, los partidos nacionalistas conservan una mayoría en el Parlamento catalán, aunque hayan perdido dos escaños y se hayan situado en un 47,5% de los votos, el mismo nivel que en 2015. Más humillante todavía para Madrid, el Partido Popular de Rajoy ya no tiene más que tres diputados en el Parlamento de Barcelona. Es verdad que nunca fue un partido dominante en la región, pero en 2012 todavía ocupaba diecinueve escaños, y el señor Rajoy no escatimó esfuerzos, viniendo con más frecuencia que de costumbre a Cataluña para apoyar a sus candidatos. « Estamos en el lado correcto de la historia », se fekicitaba hace a penas dos días.
Sobre todo, el partido del primer ministro es ampliamente superado por Ciudadanos que, con el 25% de los votos y más de un millón de votos, se convierte en el primer partido catalán y se afirma cada vez más, a nivel nacional, como el joven rival centroderecha del antiguo Partido Popular minado por los casos de corrupción. « España debe tener un proyecto para el futuro que entusiasme a todos los españoles », declaró su presidente, Albert Rivera, partidario de nuevas elecciones nacionales, mientras que Rajoy encabeza un gobierno minoritario
¿Qué harán los separatistas con su éxito?
Destituido por Madrid a finales de octubre y exiliado en Bélgica, el ex presidente regional, Carles Puigdemont, aparece como el ganador del escrutinio. Está por delante de su ex vicepresidente Oriol Junqueras, el líder de la Izquierda Republicana Catalana (ERC) que tuvo que hacer campaña desde su prisión. Aunque el Sr. Puigdemont es amenazado con ser arrestado por « rebelión, sedición y malversación » si regresa a Barcelona, las urnas lo imponen como presidente potencial de Cataluña.
Además, el ex presidente catalán ya no es rehén de la extrema izquierda CUP, que perdió seis de sus diez diputados y ya no se encuentra en posición de árbitro. Con sesenta y seis electos, y siempre que puedan llevarse bien, los partidos del Sr. Puigdemont y del Sr. Junqueras tienen una voz más que los anti-independentistas. Pueden buscar el apoyo de Podemos, hostil a la independencia pero favorable a un referéndum de autodeterminación.
¿Qué harán los independentistas con su éxito en una Cataluña partida por la mitad? « La República Catalana ha derrotado a la monarquía del Artículo 155 », dijo Puigdemont, refiriéndose al artículo de la constitución que permitió a Madrid tomar el control de la región. Pero ni él ni los representantes de ERC evocaron, la noche del escrutinio, una declaración unilateral de independencia. Devuelven la pelota al campo de Madrid. « O Rajoy cambia de receta o nosotros cambiamos de país », declaró el Sr. Puigdemont, una manera de decir que la independencia no es la única forma de salir de la crisis.
« ¡Señor Rajoy, haga política! »
El diálogo de sordos entre estos dos dirigentes incapaces de comunicarse entre sí es una de las causas de la violencia, principalmente verbal, que se ha apoderado de Cataluña desde hace tres meses. Pero en esta región fracturada, la solución no puede ser el enfrentamiento entre dos bandos irreconciliables. Los electores catalanes votaron masivamente (casi el 82% de participación) y expresaron la diversidad de sus opiniones, que no pueden reducirse a un debate maniqueo entre independistas y « unionistas ».
El Sr. Puigdemont envió un mensaje al Primer Ministro español: « ¡Señor Rajoy, haga política! Conocido por su actitud expectante, tendrá que hacer un esfuerzo y hacer propuestas a Barcelona. Este es el sentido del escrutinio del 21 de diciembre. Es también el sentido de la historia.
Fuente : Le Monde
Traducción : Mohamed Mahamud Embarec