También suscitó varias protestas un editorial de 1 de marzo de 2017 titulado “Crisis en el Sáhara” : el profesor Portillo dijo que “remitir y endosar a la ONU y a la comunidad internacional la resolución del problema del Sáhara Occidental, como hace el editorial de El País, es, por supuesto, muy cómodo, pero también muy hipócrita y parcial”, pues hay crisis en el Sáhara Occidental desde que Marruecos invadió el territorio saharaui, fue un Gobierno de la dictadura franquista quien firmó los Acuerdos Tripartitos, ilegales e ilegítimos, y el Gobierno del Partido Popular “no movió un solo dedo por el derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación” cuando España presidió el Consejo de Seguridad
Por Alfonos Lafarga
AL.- El diario El País ha soliviantado a los saharauis y a su entorno solidario con un reportaje sobre los campamentos de refugiados en el mundo, epero n el que no incluyó los que desde hace más de cuarenta años habitan en Tinduf (Argelia) los saharauis que tuvieron que huir de la invasión marroquí del Sáhara Occidental, tras abandonar España el territorio sin proceder a su descolonización.
Pero este no es un caso único en la forma en que El País trata el conflicto del Sáhara Occidental.
En el reportaje del periódico de PRISA, publicado el 20 de junio de 2017, se incluyeron “Los 10 mayores campos de refugiados del mundo”, pero no aparecieron los de los saharauis. La autora, Patricia R. Blanco, señalaba que la clasificación había sido elaborada con datos de Acnur y varias ONG y que incluía “solo campos de refugiados y no colectivos de refugiados como sirios, saharauis o somalíes”.
La indignada reacción del mundo saharaui no se hizo esperar y la Defensora del lector de El País. Lola Galán, recibió “decenas y decenas de cartas de particulares y de asociaciones de solidaridad o ayuda al pueblo saharaui”. “La cifra ha sido tal que me ha sido imposible contestar a todos los correos para explicar las razones que han llevado a Blanco a dejar fuera de su artículo los campos de refugiados saharauis en Argelia”, escribió.
La Defensora del lector publicó la explicación de la autora del reportaje, según la cual seleccionó “los 10 mayores campos de refugiados del mundo en cuanto al número de personas a las que dan cobijo” y dijo que no existen datos de que algunos de los cinco campos de Tinduf “sume más de 55.000 refugiados, que es aproximadamente el número de personas que alberga Yida, en Sudán del Sur”, el último de la clasificación de El País.
Esta explicación, contabilizar por separado los cinco campamentos saharauis , fue puesta en evidencia desde Poemario por un Sahara Libre: “La alucinante respuesta que se ha dado es que se ha contado por separado a las wilayas (El Aaiún, Dajla, Bojador, Auserd y Smara) en que se dividen administrativamente los campamentos. Francamente intentar una vez más invisibilizar a los refugiados saharauis y ofrecer una excusa tan peregrina demuestra una vez más por qué El País está tan de capa caída y no para de perder lectores”.
El razonamiento dado desde el periódico se contradice con su propia información: en segundo lugar figura Dollo Ado (Etiopía), con unas 212.023 personas, “un macrocomplejo integrado por cinco campamentos”, justo los mismos que hay en Tinduf, en los que la Agencia de la ONU sitúa 165.000 refugiados, un 60 por ciento jóvenes menores de 30 años.
Cartas críticas que no se publican
Esta no ha sido la única ocasión en que informaciones de El País sobre el Sáhara Occidental motivaron el envío de cartas al Director o de artículos, que no merecieron la atención del periódico.
En abril de 2015 el exprofesor de Estructura económica internacional de la Universidad Autónoma de Madrid Luis Portillo llamó la atención sobre una información en la que se dijo “misión de las Naciones Unidas para el Sáhara (Minurso)”, y se omitieron “dos letras letras y palabras clave: la R de Referéndum y la O de Occidental.
Esta carta y otras del profesor Portillo matizando informaciones que consideró inexactas sobre el Sáhara Occidental no se publicaron, como tampoco un artículo que remitió sobre la reunión del Consejo de Seguridad para renovar el mandato de la Minurso.
A Juan Soroeta, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad del País Vasco, tampoco le fue publicada la carta en la que rebatió la expresión “ciudad marroquí de Dakhla”, utilizada el 12 de agosto de 2016 en el suplemento “El viajero”, lo que dijo era “desgraciadamente coherente con la línea editorial de El País desde hace años”.
Soroeta escribió: “Dakhla es una ciudad saharaui, ocupada ilegalmente por Marruecos desde 1975. Aunque la ONU lo viene proclamando desde aquél año, hace unas semanas (julio de 2016), el Consejo y la Comisión Europea han reconocido expresamente ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea que el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos. Y, aunque me temo la respuesta, me atrevo a preguntar: ¿va continuar El País apoyando la ocupación ilegal marroquí, y, en consecuencia, la violación del Derecho internacional?”.
El periodista David Bollerol dijo que alabar la postura de Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental era “una auténtica desfachatez” y que el editorial omitía detalles como que fue Marruecos quien incumplió en la región de El Guerguerat el Acuerdo Militar firmado en 1991 por Marruecos y el Frente Polisario. El País “obvia en su reivindicación del referéndum de autodeterminación el hecho de que si éste no se ha celebrado aún es porque Marruecos
lo ha impedido. Aplaudir en este contexto la actitud de Mohamed VI, más allá de ser inaudito, es ruin”, señaló.
El 7 de junio de 2010 El País insertó un cuadernillo de publicidad sobre Marruecos, en el que se incluyeron como marroquíes las ciudades del Sáhara ocupado, Bojador, El Aaiún, Dajla, Smara y Cabo Juby a las que se llamo “el Marruecos Sahariano”.
Según Espacios Europeos el reportaje publicitario no cumplía las normas de estilo del diario, ya que la tipografía era la misma que la del resto del periódico.
Poemario por un Sahara libre dijo sobre este cuadernillo: “El País entra en terreno enfangado al publicitar alegremente la ocupación ilegal del territorio no autónomo del Sáhara Occidental, pendiente aún de descolonizar y sobre el que Marruecos no tiene reconocida ningún tipo de soberanía, simplemente es el ocupante tras una invasión ilegal”.