POR JADIYETU EL MOHTAR*
10/02/2017
*RESPONSABLE DE RELACIONES INTERNACIONALES DE LA UNIÓN NACIONAL DE MUJERES SAHARAUIS (UNMS)
Marruecos ha reconocido de facto la legalidad de la existencia de la soberanía saharui antes que España. Esa es la conclusión a la que se puede llegar si se analizan los últimos acontecimientos relativos a la cuestión del Sahara Occidental y el ingreso de Marruecos en la Organización de la Unión Africana (OUA), único organismo internacional que reconoce como Estado soberano a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Marruecos, que ya había dado los mismos pasos en la OUA en su litigio con Mauritania (que obtuvo su independencia en 1960) cuando tenía también pretensiones de ocupar ese país –que no reconoció hasta 1970–, abandonó la Organización de la Unión Africana (OUA) en 1984, cuando esta admitió en su seno a la República Saharaui como miembro de pleno derecho. Hassan II había estado pidiendo a la OUA un impasse en la cuestión del Sáhara hasta la celebración de un “referéndum” que él mismo se encargó de obstaculizar con mil y una artimañas. Y la respuesta de los africanos no se hizo esperar, lo que ha facilitado la entrada del país en la organización.
Mientras tanto España, la potencia administradora del territorio, se sigue resistiendo al reconocimiento de la RASD. Así lo manifestó el 8 de febrero el Senado al rechazar una propuesta del reconocimiento de la RASD presentada por ERC, y en la que se instaba al Gobierno de Mariano Rajoy a reconocer oficialmente a dicha república como Estado soberano.
La Comisión de Exteriores de la Cámara Alta rechazó esa iniciativa con los votos en contra del PP y con los apoyos de de ERC, PNV y Unidos Podemos, además de con la abstención del resto de grupos entre los que se encuentra el PSOE, que alega con su postura la prioridad de un referéndum como paso previo al reconocimiento.
Este argumento va en línea con el lobby promarroquí del socio listo del caduco PSOE, aquel que busca anteponer los intereses personales a los de España y el conjunto de españoles. Sí, el PSOE caduco que recorre los países africanos y latinoamericanos para pedir a sus partidos y gobiernos que no reconozcan a la RASD, o en su caso, congelar su reconocimiento hasta que se celebre el referéndum.
El PP, por su parte, alega que defiende una solución justa y duradera que “satisfaga a las dos partes” (el Frente Polisario y Marruecos), que es lo que ha hecho siempre España según el senador del PP Gabino Puche. No, senador Puche, diga la verdad.
Lo cierto es que ni el PP ni ningún gobierno de turno se atreve a plantar cara al chantaje permanente de Marruecos, que amenaza con más emigración y tráfico de drogas hacia toda Europa. Esto se ha intensificado en las últimas semanas tras la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo del pasado 21 de diciembre de 2016,en la que deja claro que el Sahara Occidental no forma parte de Marruecos. Esta histórica sentencia es un nuevo recordatorio de la opinión consultiva del Tribunal de la Haya emitida el 16 de octubre de 1975 y que deja claro 40 años después que el Sahara Occidental no es Marruecos.
Y Marruecos, por mucho que lo intente, no puede escapar de una realidad que deja claro que el pueblo saharaui sigue y seguirá luchando por su inalienable derecho a la autodeterminación le cueste lo que le cueste.
España tampoco puede seguir eludiendo su responsabilidad. ¿Qué puede hacer ahora si el propio Marruecos reconoce a la RASD? ¿No sería más honroso reconocer de una vez por todas el estatus diplomático del Polisario en España como un tímido paso hacia el reconocimiento definitivo del Sáhara Occidental? ¿Va a seguir España siendo más papista que el Papa? ¿Acaso España es la verdadera fuerza de ocupación en el Sáhara y Marruecos un mero instrumento saqueador de los recursos naturales de los saharauis como acordaron en los vergonzosos Acuerdos Tripartitos de Madrid?
España es, en todo caso, el perdedor, porque los saharauis avanzan en su lucha por instaurar su soberanía total en su territorio libre e independiente y porque Marruecos, una vez más, le ha timado reconociendo antes a la RASD.