Los marroquíes persiguieron al hacker Chris Coleman con denuncias y tramas cibernéticas con el fin de hacerlo callar. No hay duda que su desaparición fue un gran acontecimiento para Marruecos. Ello porque no contaba con que el blog Diáspora Saharaui tomaría el relevo y seguiría denunciando el sucio trabajo de los gamberros que dirigen la diplomacia marroquí.
Diáspora Saharaui tiene el honor de presentar a sus estimadores lectores, un documento de suma importancia que revela la complicidad existente entre Marruecos y el Príncipe Zeid Raad al Hussein, actual alto Comisario de Nationes Unidas para los Derechos Humanos.
Antes de ser nombrado para este puesto en setiembre de 2014, ejerció como representante de su país en el Consejo de Seguridad y según una carta envíada por el embajador Omar Hilale, aportó una gran ayuda a Marruecos en el Consejo de Seguridad en un delicado momento para Marruecos : el debate de abril sobre el Sáhara Occidental.
Un mes depués de su mudanza a Ginebra, el misterioso hacker Chris Coleman empezó a colgar documentos confidenciales de la diplomacia marroquí y uno de los ayudantes del Príncipe Zeid, el sueco Anders Kompass, fue uno de los primeros personajes denunciados por Coleman. Kompass mantenía una estrecha relación con el embajador marroquí en Ginebra y le transmitía información confidencial en relación con el tema de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Incluso presidió una comisión que visitó Marruecos y el Sáhara Occidental velando por que su informe sea favorable a Marruecos.
Pero era sin contar con que pocos meses después, en Abril del 2015, The Guardian obtendría una copia de un informe confidencial de la ONU que Kompass había transmitido ilegalmente a las autoridades francesas. Un informe que denunciaba los abusos de los Cascos Azules contra menores en la República Centroafricana.
El Príncipe Zeid lo suspendió inmediatamente, pero no dijo ni na palabra sobre su colaboración con Marruecos. Otro favor que el jordano hizo a Rabat.
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