El Sáhara Occidental, en el acto por el 40 º Aniversario de la APDHE

La dramática situación del Sáhara Occidental estuvo muy presente en el acto con el que ayer se celebró en Madrid el 40º aniversario de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, la organización más veterana en España en la defensa y promoción de los derechos humanos y la persecución de sus violaciones, en España y en cualquier parte del mundo. La delegada del Frente Polisario, Jira Bulahi fue una de las invitadas a este evento en el que actuó como madrina la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
La cultura de los derechos humanos hace que los más vulnerables crezcan, dijo en su intervención la alcaldesa de Madrid al subrayar que la labor que ello requiere exige independencia. Allá donde hay una vulneración de los derechos humanos estaremos nosotros, dijo también al destacar la labor realizada en este ámbito por la APDHE desde su creación en 1976.
Eugenio Sánchez Suárez, veterano y conocido militante de la causa saharaui, fue uno de los miembros de la APDHE que subieron al escenario del salón de actos del Conde Duque donde tuvo lugar el acto para recordar los diferentes escenarios de España y del mundo ­en los que esta organización ha contribuido a la lucha para erradicar el recurso al genocidio, la desaparición y la tortura así como lograr la reparación de las víctimas. Su papel fue recordar la batalla que esta organización ha librado desde los primeros años de la ocupación marroquí para denunciar la invasión ilegal y las atrocidades sufridas por el pueblo saharaui.
Sánchez, que dirige en la APDHE la campaña con que esta organización viene exigiendo a los Gobiernos de España que se declare oficialmente nulos los llamados acuerdos de Madrid del 14 de diciembre de 1975, recordó la ilegalidad de la farsa que sirvió para justificar ante la opinión pública española la entraga a Marruecos y una renuncia unilateral de España a sus responsabilidades de potencia administradora con el pueblo saharaui que las Naciones Unidas nunca validaron. También mencionó el decisivo apoyo que el equipo jurídico la APDHE encabezado por el abogado y ex presidente de la asociación Manuel Ollé, ha dado al proceso por genocidio en el Sahara Occidental actualmente en marcha ante la Audiencia Nacional.
En su repaso a la intensa labor realizada por la APDHE en relación al drama saharaui, Sánchez recordó cómo esta asociación fue la primera en organizar una campaña a comienzos de los ochenta por los desaparecidos saharauis en las cárceles secretas marroquíes con el envío de miles de postales con los retratos de las víctimas y sus identidades junto a la leyenda Desaparecidos saharauis ¿dónde están? a los responsables del entonces Gobierno de Felipe González. Sánchez recordó que esta campaña fue clave para salvar la vida a centenares de saharauis que el Gobierno de Marruecos acabó liberando y para que en Rabat se reconociese la muerte de otros muchos en estas cárceles donde permanecieron varios años sufriendo graves torturas y padecimientos. Recordó que todavía hoy queda por verificar la suerte de centenares de saharauis que siguen desaparecidos.
Muchos saharauis conocen a Sánchez por haber sido el responsable de la liberación del llamado grupo de los 21, un grupo de jóvenes saharauis que decidió huir del norte de Marruecos, adonde habían sido enviados por las fuerzas de ocupación para alejarlos de sus familias, en los años ochenta. Sánchez no se entretuvo en este episodio que tuvo un final feliz gracias al apoyo de la APDHE frente a los intentos del Gobierno español por impedir la entrada en España de estos jóvenes huidos, muchos de los cuales ocupan hoy altos cargos en la diplomacia de la RASD. Sí recordó en cambio este tenaz activista otro episodio que protagonizó, cuando todavía era piloto en activo, en septiembre de 1989, en el marco de la campaña para dar visiblidad a la tragedia de los desaparecidos.
Ocurrió durante una visita a Madrid del entonces rey Hassán II de Marruecos. Con el pretexto de trasladar piensos en una avioneta, Sánchez sobrevoló el Ayuntamiento de Madrid desplegando en pleno vuelo una pancarta que llevaba escrito con grandes letras el lema de la campaña Desaparecidos saharauis ¿dónde están?. El relato sobre cómo le obligaron a aterrizar e intentaron represaliarle por el disguto que este acto provocó a Hassán II suscitó los aplausos más entusiastas de la velada.

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