Tres meses y medio después de las inundaciones registradas en los campamentos de población refugiada saharaui, las necesidades de ayuda siguen siendo enormes. Por ello, las ONG que trabajamos en el Sahara remitimos el pasado 2 de Febrero una carta a las diferentes representaciones diplomáticas establecidas en Argel para reclamar un esfuerzo mayor con el objetivo de paliar las necesidades de una población extremadamente vulnerable.
A pesar de que las condiciones meteorológicas se han normalizado, la intensidad de las lluvias fue tal que los efectos de las inundaciones se siguen notando en los campamentos. Según las evaluaciones de daños realizadas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y las ONG, fueron exactamente 17.841 las viviendas (casas o tiendas tradicionales) destruidas total o parcialmente a causa de las lluvias. El campamento de Dakhla fue totalmente devastado, con la totalidad de la población afectada por los daños. Por su parte, las instituciones públicas han sufrido numerosas pérdidas: 118 aulas han sido destruidas y los siete hospitales y 26 dispensarios médicos han sufrido igualmente severos desperfectos.
En este sentido, a pesar de la solidaridad mostrada por numerosos actores humanitarios, el llamamiento de urgencia lanzado por las agencias de Naciones Unidas el pasado 28 de octubre de 2015, en el que se solicitaban 19,6 millones de dólares, solo ha sido cubierto en un 60%.
Por ello, reiteramos la necesidad de proporcionar asistencia a las miles de familias afectadas, en particular mediante el aprovisionamiento en tiendas y la reconstrucción de las viviendas con materiales estables y sólidos. De forma paralela, se mantienen otras necesidades básicas (alimentarias y sanitarias) ya existentes antes de la presente crisis relacionada con las inundaciones.
Movimiento por la Paz, 08/02/2016