Por Haddamin Moulud Said*
‘Inaceptable bicefalia en la política jurídica exterior de los USA en relación al Sáhara Occidental”.
En el párrafo 115 de su Informe de 2013 sobre el Sáhara Occidental, Ban Ki-Moon dice: “Marruecos considera que las actividades del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de sus oficinas regionales son mecanismos apropiados y suficientes para tratar las cuestiones de derechos humanos”.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de NNUU, recoge esa sugerencia y, en los considerandos de sus Resoluciones de 2013 y 2014, dice:“Reconociendo y acogiendo con beneplácito, a este respecto, las medidas adoptadas por Marruecos para reforzar las Comisiones del Consejo Nacional de Derechos Humanos en Dajla y El Aaiún”.
Es decir, se nos invita, a los saharauis, a renunciar al derecho enunciado en el artículo primero del Pacto Internacional de los derechos civiles y políticos y, también, en el artículo primero del Pacto Internacional de los derechos económicos, sociales y culturales. Ese derecho al que se nos invita a renunciar, también, está en el artículo primero de la Declaración de Viena sobre los DDHH y, por supuesto, está en la base de la llamada Biblia de las Naciones, o sea, la Resolución 1514 de la Asamblea General de NNUU.
Parece cruel, pero es real. La Comunidad Internacional nos invita a renunciar a un derecho fuertemente blindado por la legalidad internacional. Ante semejante injusticia e impotencia, dan ganas de decir: “Viva el terrorismo”, “vivan cualesquiera formas de violación de la legalidad internacional”, “viva cualquier forma de negación de la dignidad humana”. ¿Cómo, demonios, quieren que los saharauis mantengamos la cordura y la sensatez, si nos están empujando al abismo?
Reconocer competencias del CNDH marroquí en el Sáhara Occidental (como sus dos oficinas) implica reconocer la soberanía de una entidad estatal marroquí sobre el Sáhara Occidental. Pero implica algo más. A nivel de DDHH implica que la sociedad civil saharaui tendrá que pasar por el aro del CNDH. Eso quiere decir que las ONG saharauis que desean interactuar con el CNDH tendrán que ajustarse a la legislación marroquí. ¿Y qué dice esa legislación? Pues dice:
1).- El artículo 7 de la Constitución marroquí: “los partidos políticos no podrán crearse sobre una base regional”. Tampoco podrán poner en cuestión la integridad territorial.
2).- El Dahir Nº 1.58.376, de 15 de noviembre de 1958 sobre regulación del derecho de asociación, en su versión modificada por la Ley N º 75.00 de 2002 y la Ley No. 36.04 de 2006, impide el acceso, al Registro de Asociaciones, a aquellas asociaciones que atenten contra la integridad territorial del reino.
En efecto, ante un panorama legislativo como éste, el reconocimiento del CNDH marroquí es una invitación abierta al suicidio. ¿Qué esperanza nos queda en la Comunidad Internacional? Ninguna.
En materia de derechos humanos, algunos gobiernos, quisieran reconocer a Marruecos determinadas competencias, en el Sáhara Occidental, cuyo objetivo es erradicar aquel motivo que, justamente, impide a esos Estados reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental. Reconocen, al CNDH marroquí, las competencias de protección y promoción de los DDHH en el Sáhara Occidental con tal de que domestique a la sociedad civil para que renuncie al Principio de la Autodeterminación (esa renuncia es el requisito para legalizar las ONG saharauis) y para cuando el CNDH marroquí haya concluido el recadito que le ha reconocido el Consejo de Seguridad, esos Estado declararán abierta la veda para reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Así de perverso es el sistema.
Decíamos que en el caso de los USA la bicefalia es inaceptable, porque, si Estados Unidos ha excluido expresamente el territorio del Sáhara Occidental de su Acuerdo de Libre Comercio con Marruecos, no se entiende que, ahora, quiera que una entidad estatal marroquí sea la competente en el Sáhara Occidental, en materia de derechos humanos. ¿Qué sentido tiene excluirnos de Marruecos, en materia económica y, al mismo tiempo, incluirnos en Marruecos, en materia de derechos humanos?
Antes de terminar, por si alguno ya tiene el bolígrafo en mano, redactando una denuncia por apología al terrorismo, voy a formular más preguntas y respuestas: ¿Por qué, los saharauis, no hemos caído aún en el abismo? ¿Por qué no nos hemos pasado aún al terrorismo ni hay visos de que lo hagamos? Muy sencillo: por la indestructible superioridad moral de nuestras convicciones. Moralmente, nos sentimos infinitamente superiores a esa Comunidad Internacional a cuya conciencia apelamos. Puede que no tengamos muchas esperanzas en la Comunidad Internacional. Pero tenemos muchas esperanzas en la Humanidad (con mayúsculas).
*Abogado saharaui residente en España
El Espía Digital, 03/04/2015
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