Dos hechos destacados observados en Bruselas indican que las líneas se mueven en Europa a favor del pueblo saharaui.
La primera es la creación de un grupo oficial de eurodiputados cuya misión principal es la realización de un referéndum de autodeterminación para la población saharaui. Compuesto por las principales formaciones políticas de la UE derecha, socialistas, Verdes, Izquierda Unida, diversas izquierdas independientes), esta reunión de euro-parlamentarios se beneficiará de todas las ventajas técnicas y materiales.
Secretariado con jornada completa, libertad de organizar las actividades en el recinto Estrasburgo-Bruselas, dejar mociones de apoyo y/o censura , someter a los Presidentes de la Comisión, del Consejo o del Parlamento: muchas ventajas que contribuirán en reforzar el espíritu de solidaridad con el Frente Polisario.
Mohamed Sidati, Ministro delegado representante saharaui Europa hizo, inmediatamente después de la instalación del intergrupo, una declaración de « satisfacción » y « reconocimiento » a las mujeres y hombres miembros de la prestigiosa Cámara Baja Europea. En el orden del día de los saharauis y los europeos, varias acciones se definen para los próximos tres meses.
Será, según las indiscreciones que nos llegan, pesado, muy pesado.
El segundo elemento que incita a hacer acto del interés de Europa por la cuestión saharaui de una más manera seria de lo que ha sido hasta ahora es este documento que circula en las pasillos de Bruselas. Fascículo con título genérico : « por qué Francia deja a Marruecos », en el que los autores, investigadores, expertos, ex diplomáticos, periodistas y animadores de laboratorios de ideas (think tank) enumeras las razones que, según ellos, indican que la diplomacia francesa ya no acudirá para socorrer a Rabat en las próximas sesiones de la ONU, y sobre todo durante la reunión del Consejo de Seguridad en abril próximo. Según este informe, varios indicadores son desplegados para corroborar esta probabilidad.
La terquedad de Marruecos para dar la espalda a las resoluciones de la ONU sobre la cuestión saharaui y, sobre todo, el último discurso del rey con motivo del aniversario de la colonización del Sáhara Occidental. En esa ocasión, Mohammed VI declaró, en efecto, su intención de « remarocanizar » la cuestión saharaui y no atenerse más al derecho internacional.
Es verdad que París bloqueó, el pasado mes de abril, en el Consejo de Seguridad una resolución vinculante para Marruecos, pero ciertas exigencias acompañaban esta decisión. Sobre todo, la que concierne el respeto de los derechos de manifestarse par a los saharauis en los territorios ocupados, la posibilidad – garantizada por Rabat – de no reprimir a las organizaciones no gubernamentales que militan por la independencia del Sáhara, la apertura del Sahara bajo ocupación a los observadores, periodistas, diputados y personalidades que deseen ir allá para investigar. Francia quería darle una oportunidad, según el documento distribuido semi-clandestinamente en Bruselas, el tiempo para prepararse para el desamor y las concesiones.
Sin embargo, Laurent Fabius había dado serias promesas a Marruecos a través de su buena fe en las negociaciones con el Polisario.
Ni Obama antes, ni Hollande después de él, recibieron el más mínimo gesto de Marruecos en el sentido que la ONU quería y señalaba. Todo lo contrario! No sólo el Palacio Real y el Majzen no cumplieron con sus compromisos con los patrocinadores estadounidenses y francesas, sino que, además, dieron marcha atrás en los trámites que habían aceptado con anterioridad.
Hoy en día, Marruecos ya no puede, según el fascículo de Bruselas, pedir tiempo a las potencias que rigen el Consejo de Seguridad. Las circunstancias han cambiado y los equilibrios de fuerzas también.
Marruecos ya no es el garante de los intereses de los occidentales en la región y no es un actor clave en la lucha contra el terrorismo.
Argelia, su vecino del este y su eterno enemigo, creció desde entonces. La maléfica « primavera árabe », la destrucción de Libia, el Sahel, AQMI, Daesh, colocan a Argelia en una posición fundamental. Además, por supuesto, Argelia es un mercado mucho más lucrativo que Marruecos.
El Polisario y la RASD, por su parte, pudieron realizar sus designios en la configuración. Permanecieron « limpios », no adoptaron posiciones aventureras, respetaron el alto el fuego y la propaganda marroquí que quería implicarlos en el terrorismo fue rápidamente barrida por las investigaciones de los servicios de inteligencia americanos, ingleses, alemanes, austriacos, franceses, rusos y otros.
Según el documento de Bruselas, de aquí a abril (reunión del Consejo de Seguridad de la ONU), sólo le queda una salida a Rabat : reanudar las negociaciones con el Polisario. ¿Se trata de último consejo de amigos? Una amenaza apenas velada? Una etiqueta de la nueva política europea en el asunto saharaui? Una evaluación objetiva de la situación actual?
Sin duda alguna, se trata de eso. Pero también, y sobre todo, el hecho de que la UE no quiere dar la impresión de arrastrarse detrás de los EE.UU. Estos últimos parecen haber anotado hace mucho tiempo que Rabat es un alumno malo y que no quiere descolonizar. Obama tiene otra lectura de los acontecimientos. Llevar hacia la independencia del Sahara parece ser la nueva doctrina estadounidense.
Aziouz Mokhtari, Bruxelles
Le Soir, 13/12/2014