Jean.Maroc Manach, pirate, ya no quiero discutir contigo, Jean-Marc es un impostor, un cabrón que también trabaja para el Majzén, Jean,Marc es también un mercenario de la pluma. Publicó un artículo para sembrar las dudas en la autenticidad de los documentos, no eres más que un mentiroso, Jean,Marc Manach.
Son las palabras que el hacker Chris Coleman escribió a Jean-Marc Manach. Qué es lo que pudo poner al hacker marroquí en este estado? La respuesta es : la mediocridad de los periodistas franceses y su falta de honradez y de dignidad
Los documentos oficiales publicados por Coleman en la red desvelan cómo los servicios secretos marroquíes manipulan a los periodistas franceses para hacer la monarquía presentable y para atacar a Argelia y al Frente Polisario, con el Sahara como fondo.
Sin embargo, hay un silencio total sobre este asunto en el campo mediático francés. Los únicos órganos qui dignaron hablar del asunto lo hicieron para sembrar las dudas sobre la autenticidad de los documentos publicados. El primero fue arretsurimages.com con un artículo firmado por Jean-Marc Manach.
El análisis de las centenas de documentos publicados por el misterioso cuervo, y que tienen claramente como objetivo desestabilizar al régimen marroquí, revela que esta operación, según las mejores reglas de este género, combina hábilmente documentos auténticos y manipulados. Autopsia de una intoxicación.
Los argumentos utilizados por Manach no dejan lugar a dudas sobre sus intenciones. Saltan a la vista. Fue pagado para hacer dudar de los documentos publicados por Coleman.
Sin embargo, el gobierno marroquí acaba de pronunciarse sobre el caso acusando a Argelia de estar detrás de este asunto. Eso quiere decir quehay documentos confidenciales que fueron, efectivamente, hakeados de los ordenadores del gobierno marroquí.
En los medios periodísticos franceses reina un pánico general. Nadie se atreve del sucio trabajo hecho para Marruecos para ayudarle en la colonización del Sahara Occidental. Porque todos fueron salpicados por las prácticas de corrupción marroquíes durante sus poco honorables estancias en Marruecos.
Después del gusto viene el disgusta, dice el refrán español. Después del turismo sexual, ahora es la hora de rendir cuentas.