Hace unos meses, con motivo de la visita del reyezuelo de Marruecos a la ciudad de Dajla, dije que Mohamed VI se atreve a visitar solamente a Dajla porque es la ciudad cuyos habitantes no quieren saber de la resistencia pacífica (Intifada) del pueblo saharaui.
A partir de 2011 empezó a haber una pequeña movilización provocada por los marroquíes mismos. Se hacían sentir los efectos devastadores de la Primera Arabe. Acababa de nacer el Movimiento 20 de Febrero. Las autoridades marroquíes no sabían cómo frenar su avance y decidieron crear disturbios en el Sáhara Occidental esperando que eso tenga un efecto disuasorio sobre jóvenes marroquíes sedientos de libertad u democracia.
Para ello, la policía marroquí movilizó a los colonos marroquíes en Dajla para que ataquen a la población saharaui, saquee sus tiendas y queme sus coches y enseres. Los ciudadanos saharauis vieron con sus propios ojos cómo las fuerzas de seguridad marroquíes protegían a los agresores mientras avanzaban hacia sus objetivos.
Desde entonces, se vislumbran de vez en cuando pequeñas manifestaciones en la ciudad.
Si la Intifada empezó en El Aaiún empezó en 2005, no llegó a Dajla hasta 2011 y son los marroquíes los que la trajeron.
Hoy, Marruecos tiene la intención de empadronar la sesión del Crans Montana Forum, una asociación suiza que en el pasado implicó a numerosas personalidades importantes del mundo y que milita por la construcción de un mundo más humano e imparcial. Su sede se encuentra en Mónaco.
La sesión del 2015 se hará en Dajla bajo el slogan de “Cooperación Sur-Sur & Crans Montana Forum sobre Africa”.
Marruecos aprovechará la ocasión para organizar encuentros paralelos para la firma de acuerdos en el ámbito del turismo, la pesca además de mandar un mensaje de intransigencia a la comunidad internacional.
Lo hará sin temor alguno de una sublevación de la población de Dajla.
El representante saharaui en Francia, Mansur Omar, podrá hacer muestra de nuevo de su bajeza atacando a mi persona de la manera más vulgar como lo hizo en el pasado, pero no podrá defender a su ciudad natal convertida en un oasis de paz para los marroquíes y en centros para sus maniobras contra la legalidad y la comunidad internacionales.
Mohamed Mahamud Embarec