Los Nuevos Muros: El Muro Marroquí

Imagen : TeleSurTv
El muro empezó a construirse en 1980 y fue concluido en 1987. La construcción se llevó a cabo en varias fases, durante las cuales se produjeron numerosas confrontaciones armadas entre el ejército marroquí y el Frente Polisario.
La provincia de ultramar del Sahara Occidental ampliamente reclamada como territorio por España en diciembre de 1884 quedaría delimitada tras las negociaciones llevadas a cabo con Francia en el Tratado de París de 1900, la cuales serían modificadas en acuerdos posteriores celebrados en 1904 y 1920. Todo marchaba perfectamente hasta que en 1949, Manuel Alía Medina, un geólogo español, descubrió allí los yacimientos de fosfatos más grandes del mundo y el interés español por la zona aumentó drásticamente.
A partir de entonces diferentes misiones españolas comenzaron a asentarse en los distritos administrativos de Río de Oro y Saguia-el-Hamra, mientras que Marruecos conseguía la independencia de Francia y España el 2 de marzo de 1956.
El 7 de abril de ese mismo año, Francia abandonaba por completo la región y Marruecos, bajo acuerdos con España firmados en 1956 y 1958, recuperaba territorios antes controlados por el gobierno de la dictadura franquista. En 1958, los territorios de Río de Oro y Saguia-el-Hamra se unían para formar lo que se conoció como el Sahara Occidental o Sahara Español.
Control del Sahara Occidental
Tras su entrada en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en noviembre de 1956, Marruecos reclamó el Sahara Occidental como parte de su soberanía. En 1967, el organismo internacional recomendó la descolonización del territorio cuando también Mauritania comenzó a reclamar porciones de la tierra que, en aquel momento, eran propiedad de España.
En 1975, España, ya en proceso de descolonización del Sahara, cedía la administración del territorio, pero no la soberanía, a Mauritania (noroeste de África) y Marruecos. De hecho, es por ello que el Sahara Occidental sigue siendo en la actualidad legalmente territorio español, aunque el desentendimiento por parte de la administración española respecto a dicho territorio ha sido, desde entonces, absoluto.
Para ahorrarse ciertas preocupaciones políticas España abandonó la región en 1976, tras la Marcha Verde de Marruecos sobre el territorio del Sahara Occidental, una estrategia marroquí que consistió en el envío de 350.000 ciudadanos y 25.000 soldados para invadir el por entonces territorio español. Comenzó en ese momento la disputa por el Sahara Occidental que aún hoy continua y que tiene como principales protagonistas a Marruecos, que decidió anexionarlo sin que tal hecho haya sido nunca reconocido por la comunidad internacional, y la República Árabe Saharaui Democrática, deseosa de establecer un estado independiente en un territorio que considera tradicionalmente suyo.
Creación del muro
El muro empezó a construirse en 1980 y fue concluido en 1987. La construcción se llevó a cabo en varias fases, durante las cuales se produjeron numerosas confrontaciones armadas entre el ejército marroquí y el Frente Polisario, conocido como el Movimiento de Liberación Nacional del Sahara Occidental, que buscafinalizar la ocupación marroquí desde hace 38 años y conseguir la autodeterminación del pueblo saharaui.
El Muro Marroquí en realidad consiste de 8 muros, los cuales están constituidos por 2.720 kilómetros de berma de arena un espacio elevado y llano que divide en dos un espacio que recorre el Sahara Occidental y el sudeste de Marruecos separando las áreas controladas por el gobierno de dicho país y la llamada Zona Libre del Frente Polisario; es decir, el territorio en el que trabaja el Movimiento de Liberación Nacional del Sahara Occidental (sucesor del Movimiento para la Liberación del Sahara).
El Muro del Sahara Occidental fue construido por el ejército marroquí con la ayuda de expertos israelíes y la asistencia financiera de Arabia Saudita y de Estados Unidos. Esto explica que el muro tenga búnkeres, vallas equipadas con armamento estadounidense, saudita y francés, siete millones minas antipersonales, nidos de ametralladoras, radares y otros armamentos pesados. Todo esto con la finalidad de crear una línea divisoria entre los territorios ocupados por Marruecos y aquellos liberados por el Frente Polisario, impidiendo así la vuelta de los refugiados saharauis a su país.
También es el muro con mayor número de soldados: 180.000 soldados de infantería marroquíes se sitúan cada cinco kilómetros, divididos en compañías. Este conjunto de recursos logísticos, técnicos y humanos cuesta a Marruecos, cada año, el 4,6% de su Producto Interno Bruto (PIB).
Este increíble despliegue de armamentos y soldados hacen del muro una agresión a los Derechos Humanos. Un ejemplo de esto es el anteriormente citado campo de siete millones de minas que atenta contra la vida de civiles sin distinguir entre niños o adultos, siendo numerosas las mutilaciones y muertes que provocan año tras año de forma indiscriminada.
Este muro es más que una simple barrera física, es el símbolo del desentendimiento absoluto por parte del pueblo español y la comunidad internacional, así como el símbolo de la ocupación y la agresión por parte del pueblo marroquí. Éste último anexionó el territorio de Sahara Occidental a la fuerza y sin reconocimiento internacional y lo dividió sin muchas razones aparentes salvo la de negarse a devolver un territorio a su más legítimo dueño, el pueblo saharaui.
La avaricia por las riquezas naturales (fosfatos, uranio, petróleo, gas, plomo, titanio, oro, zinc y la zona pesquera) son el verdadero motivo de la ocupación marroquí en Sahara Occidental y del silencio de las potencias que se benefician de esto: Francia y Estados Unidos. El muro es otro claro ejemplo de cómo los grandes imperios transgreden, ocupan y se adueñan de territorios para enriquecerse sin importar los daños causados a un pueblo entero.

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