Gdeim Izik ha sido la manifestación pacífica más importante llevada a cabo por el pueblo saharaui, para reivindicar sus derechos sociales, civiles, políticos y económicos, que llevan 39 años siendo enajenados y violados de manera sistemática por las autoridades y las fuerzas de ocupación marroquíes. El Campamento Gdeim Izik, que supuso un ejercicio de autodeterminación del pueblo saharaui al poder demostrar su impecable capacidad organizativa, fue también el detonante de la Primavera Árabe.
El 10 de octubre de 2010, miles de saharauis salieron de las ciudades ocupadas del Sáhara Occidental y organizaron un campamento de protesta a poco más de 15 km de la capital, El Aaiún, bajo la organización de varias familias unidas en la llamada Coordinación de Familias Sin Vivienda. Era el Campamento Gdeim Izik, donde más de 20.000 saharauis reivindicaron sus derechos, a través de una acción pacífica consistente en la creación de un campamento similar al de sus familiares refugiados en el desierto del Sahara argelino.
Poco menos de un mes después, el 8 de noviembre, el ejército y la policía marroquí desalojaron de forma violenta el campamento, a las 5.30h de la madrugada, quemando las jaimas y arrasando con vehículos 4×4 todo cuanto se cruzaba en su camino, con apoyo de patrullas de presión y seguimiento desde helicópteros. En el operativo de desmantelamiento por la fuerza, dos saharauis y ocho policías marroquíes resultaron muertos, así como se computaron cientos de heridos entre la población saharaui durante los enfrentamientos que se sucedieron en el mismo campamento y, posteriormente, en la ciudad de El Aaiún, en una reacción descrita por los defensores de Derechos Humanos como de ira extrema hasta entonces desconocida.
Según los datos aportados por fuentes oficiales, fueron detenidos 300 civiles saharauis, de los cuales apenas una centena fueron puestos en libertad sin cargos en las primeras 48 horas, si bien todos ellos han denunciado malos tratos y torturas por parte de las fuerzas policiales de ocupación marroquíes. De los más de 200 presos restantes, 162 fueron trasladados a la Cárcel Negra de El Aaiún; 4 fueron juzgados en primera instancia y condenados a 3 meses de prisión, sin la presencia de sus familias y sin derecho a disponer de letrada defensa. 20 más obtuvieron la libertad provisional y otros 24 civiles fueron enviados a la cárcel de Salé 2, en Rabat, donde permanecieron más de dos años en prisión preventiva hasta la celebración del juicio ante un Tribunal Militar, junto a otro que fue juzgado en rebeldía. Las sentencias emitidas el 17 de febrero de 2013 se llevaron por delante las esperanzas de justicia del pueblo saharaui. 9 cadenas perpetuas; 4 condenas a 30 años; 7 a 25 años; 3 a 20 años y 2 presos que salieron en libertad al haber cumplido la suya con los años de prisión preventiva. La mayor prueba de que este juicio militar no ofreció garantía alguna a los presos del llamado Grupo Gdeim Izik es que uno de ellos, Lbakal Laarabi, estaba en prisión desde un mes antes del inicio del Campamento de la Dignidad y aun así, sin haber participado, fue sentenciado a 25 años.
Hoy se cumplen 4 años de aquel desproporcionado ataque de las fuerzas de ocupación marroquí contra la población civil saharaui. Esta noche es una noche más en vela, porque todos los presos saharauis permanecen en huelga de hambre en protesta por aquella brutalidad y en exigencia de condiciones dignas en las cárceles marroquíes. Desde Dales Voz a Las Víctimas nos solidarizamos con el Pueblo Saharaui, con los familiares de los fallecidos y, especialmente, con los presos políticos del Grupo Gdeim Izik y sus familias, así como alzamos la voz en la exigencia de intervención internacional para que sea anule dicho juicio militar y sean liberados. Nos unimos a cuantos exigen la apertura de Comisiones de Verdad, Justicia y Reparación que depuren las responsabilidades de las fuerzas de ocupación marroquí.
© Dales Voz a Las Víctimas
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