El enviado especial del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para el Sáhara Occidental, Christopher Ross, no viaja desde enero a la zona para reanudar las conversaciones para hallar una solución al conflicto. Y desde mayo esperan en El Aaiún a la nueva jefa de la MINURSO, la misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara, pero los dos siguen sin poder realizar su cometido.
Christopher Ross ha comentado su pesimismo sobre una posible solución al conflicto y sobre Kim Bolduc el ministro marroquí de Exteriores, Salahedín Mezuar, cuestionó su nombramiento por no haber sido consultado y dejo ver que no aceptaría su llegada hasta que se resolvieran “aclaraciones” sobre su mandato. También el embajador de Marruecos en la ONU, Omar Hilale, se sumó a las pegas que constantemente pone su país y el 12 de agosto dijo en Nueva York que el proceso político pasa obligatoriamente por la « neutralidad » de la Secretaría de las Naciones Unidas y que cualquier tentativa de « superación » del mandato de la MINURSO podría hacer peligrar su presencia.
Ahora, justo después del discurso de Mohamed VI con motivo del 39 aniversario de la “Marcha Verde , Bam Ki-moon ha pedido que se retomen lo antes posible las negociaciones sobre el Sáhara Occidental y espera que tanto Christopher Ross como Kim Bolduc puedan hacer su trabajo.
El discurso de Mohamed VI ha estado plagado de advertencias. Si en 2013 dijo que no pensaba hipotecar el futuro del Sáhara Occidental (sus “provincias del sur”) a la evolución de la cuestión en el marco de la ONU, en 2014 ha rechazado « toda tentativa de revisión de los principios y parámetros de negociación » como solución al conflicto. Si en 2013 dijo que no aceptaba lecciones de nadie en materia de Derechos Humanos, en 2014 ha asegurado que Marruecos es “el único país de la región que colabora con los mecanismos especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas”, pero se niega a “cualquier tentativa de reconsiderar la misión de la MINURSO o ampliar sus prerrogativas para incluir la cuestión del control de los derechos humanos”.
Mohamed VI ha asegurado este año que la iniciativa de autonomía es lo máximo que Marruecos puede ofrecer, en el marco de la negociación, y después de agradecer su “consideración al Secretario General de las Naciones Unidas así como a las grandes potencias internacionales, especialmente a los Estados Unidos de América”, por su contribución para encontrar una solución, ha pedido que tengan “una postura clara con respecto a este conflicto”.
Y lo ha pedido así: “Si bien reconocen que Marruecos es un modelo de desarrollo democrático y un país de peso cuando se trata del afianzamiento de la seguridad y estabilidad de la región, amén de ser un socio en la lucha contra el terrorismo, sin embargo, no dejan de comportarse con cierta opacidad cuando se trata de la cuestión de su integridad territorial”. A esto ha añadido que “sin responsabilizar a Argelia como parte principal en este conflicto, no habrá solución ».
El Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela Carlos Ruiz Miguel, especialista en temas árabes, ha escrito en su blog “Desde El Atlántico” que la palabras de Mohamed VI revelan que Marruecos se encuentra cada vez más aislado en su posición expansionista y que la reacción a este cada vez mayor aislamiento es una desafiante intransigencia hacia la ONU y los Estados Unidos”.
El discurso más intransigente
Para él es uno de los discursos más intransigentes de todo el reinado de Mohamed VI. “Quizá un único discurso de similar intransigencia no se escucha desde el año 2000 cuando presionó para que se suspendiera el referéndum de autodeterminación. Pero a diferencia de lo que ocurría en la primera fase de su reinado, en la que esa intransigencia contaba con el apoyo de Francia y de Estados Unidos, aquí no parece que se cuente con ese apoyo”.
Concluye que Mohamed VI se encuentra más aislado que nunca, “Y esto significa que el debate y la próxima resolución del Consejo de Seguridad en abril de 2015 pueden tener una intensidad y gravedad enormes. Para entonces, España estará sentada en el Consejo de Seguridad. Si la falta de una « postura clara » de Francia y Estados Unidos persiste, el majzen intentará ejercer una presión brutal sobre España (terrorismo, emigración). Pero en esa situación, puede que ni el eventual (y, a mi juicio, indeseable y estratégicamente errado) apoyo de España evite que la ONU dé un paso cualitativo hacia la solución del conflicto del Sahara Occidental”.
En el blog “Poemario por un Sáhara Libre” se ha reseñado que el diario marroquí Alifpost ha titulado el discurso “El rey consciente de la vía que seguirá el tema del Sáhara Occidental a nivel mundial en los próximos meses, ataca a Naciones Unidas y a Washington” y que la información recoge que Mohamed VI critica que Washington está apoyando a Naciones Unidas al considerar el problema del Sahara como un problema de descolonización dentro de la IV Asamblea General.
Mohamed VI ha conmemorado la “Marcha “Verde” que organizó su padre, Hassan II, en noviembre de 1975 para apoderarse de lo que aún era el Sáhara español, lo que consiguió con los acuerdos de Madrid, a pesar de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas insto a Marruecos a retirar “inmediatamente del territorio del Sáhara Occidental a todos los participantes”.
Desde los territorios ocupados por Marruecos, la “Marcha Verde” tiene un triste recuerdo. Hmad Hammad vicepresidente del Comité de Defensa del Derecho a la Autodeterminación del Pueblo Saharaui (CODAPSO) ha escrito que el 6 de noviembre se ha convertido en un día sagrado para los marroquíes que festejan el asesinato de los saharauis que escapaban por el desierto.
“Lo que es un día de alegría para los marroquíes, es un día de luto para los saharauis”. “Luto y pena para los miles de desaparecidos y los centenares de enterrados injustamente en las tristes fosas comunes. Los marroquíes festejan ese día como el día de la victoria contra los saharauis, considerados infieles comunistas. De hecho los marroquíes, cuando invadieron nuestra tierra, llevaban el Corán en las manos: lo llevaban de manera injusta ya que cumplían las órdenes de su rey, el dictador Hassan II, quien cometió una matanza de saharauis en el territorio del Sahara Occidental”.
Y concluye: “Hoy en día, los saharauis que vivimos en las zonas ocupadas tenemos que aguantar ver cómo los colonos y los militares marroquíes están alegres y de fiesta alzando sus banderas por doquier, mientras los saharauis contemplan en silencio y lloran a sus muertos y sus desaparecidos; es totalmente injusto lo que está pasando; realmente es una realidad muy dura que el pueblo saharaui soporta cada año. Unos festejan las muertes que provocaron mientras que otros lloran las muertes de sus seres queridos. Es un escenario trágico y una realidad doliente”.
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