Ricardo Sánchez-Serra
La Cancillería peruana no puede quedarse de brazos cruzados al revelarse que oficios de su portafolio y del Congreso del Perú se encontraban en poder del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de Marruecos, cuya embajada en Lima se los había enviado y que fueron develados por el hacker @chris_coleman24 « Coleman » se ha convertido en una celebridad mundial, al mismo nivel o tal vez superior que Assange y sus WikiLeaks y de Snowden, porque ha publicitado, desde su twitter, despachos marroquíes en donde se revelan escandalosos sobornos a altos funcionarios de las Naciones Unidas, como al Alto Comisionado para Refugiados y al de Derechos Humanos (y sus confabulaciones), como asimismo a periodistas franceses y norteamericanos; el destape de cómo un ministro suizo, Pierre Maudet, rompe la tradicional neutralidad de su país; la diplomacia marroquí del fosfato (corrupción y presión); y, espionaje marroquí en Noruega y al embajador estadounidense, Christhoper Ross, enviado especial del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, entre otros. Ver más en: http://rsanchezserra.blogspot.com/2014/10/embajadora-marroqui-oumama-aouad-debe.html
Además, según los WikiLeaks, en los despachos diplomáticos marroquíes de su Embajada en Lima, de puño y letra la embajadora Oumama Aouad detalla cómo interviene en los asuntos internos del Perú para evitar que nuestro país restablezca relaciones diplomáticas con la República Saharaui.
Informa a su país que ella detuvo en el Congreso, con ayuda de parlamentarios, la formación de la Liga de Amistad Perú-Saharaui e impidió que un ministro saharaui sea recibido en el Parlamento o que gracias a su lobby una delegación saharaui se le obstruyera de participar en la asunción del Jefe del Estado, Ollanta Humala. Además que Aouad se encuentra trabajando con el entorno del presidente Humala, a quien califica -en varias oportunidades- de un mandatario procedente de la izquierda radical.
En las revelaciones de « Coleman », la embajadora Aouad menciona que donó 10 sillas de ruedas a Ica a pedido de la ministra Ana Jara, cuyo gobierno debe seguir apoyándola porque « es del entono del presidente Humala »; que debe invitarse a Marruecos al presidente de Sierra Exportadora, Alfonso Velásquez, porque « es amigo –del entonces- primer ministro Óscar Valdés » y para contrarrestar la influencia económica de Argelia. ¿Amor al chancho o a los chicharrones?
Aparte de investigar esa fuga de documentos peruanos en manos de una potencia extranjera, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú debe expulsar a la embajadora marroquí por espionaje y por haber violado el artículo 41 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, porque ella estaba obligada a no inmiscuirse en los asuntos internos del Estado.
Fuente : LA RAZON, 05/11/2014
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