La Sra Pillay y los tres topos de la DGED marroquií |
por Haddamin Moulud Said
Ya llamaba la atención el hecho de que Marruecos, justo en la víspera de la reunión del Consejo de Seguridad sobre el Sahara Occidental, en abril de 2014, procediera a cambiar a su entonces embajador ante la ONU, el veterano Loulichki para, en su lugar, colocar a un hooligan como Omar Hilale.
Ahora, se entienden aquellos hechos.
Resulta que el hooligan Omar Hilale es un auténtico experto extorsionando, corrompiendo y comprando a altos funcionarios de NNUU para reclutarlos como espías que trabajan al servicio de Marruecos. En la sede de NNUU, en Ginebra, Hilale, tenía a media plantilla onusina en nómina del Servicio de espionaje marroquí.
Y, ahí, donde no podía acceder, utilizaba al propio Estado marroquí para corromper a funcionarios de primer nivel.
Y es que no se entiende que Marruecos sea uno de los 5 países que más dinero deben al ayuntamiento de Nueva York y, en cambio, sea uno los mayores contribuyentes voluntarios a la Oficina del Alto Comisariado de NNUU para los DDHH.
Claro, esos desembolsos que hacía el reino alauita iban dirigidos a amansar a la ex Alta Comisionada de NNUU para los DDHH, la sudafricana Navy Pillay, que terminó cumpliendo religiosamente todos los pedidos que hacía Marruecos. Desde negarse a hacerse una foto con Mohamed Abdelaziz durante su encuentro con ella, a finales de mayo de 2013, hasta su encuentro más ameno, suponemos, con supuestos activistas de DDHH traídos, ex profeso, desde las Zonas Ocupadas. Ni qué decir de su extrema falta de interés en la cuestión de los DDHH en el Sahara Occidental y su escaso entusiasmo con la idea de ampliar el mandado de la MINURSO para ocuparse de los DDHH.
Como la Sra Navi Pillay siempre estaba quejándose de la falta de recursos de la Oficina de NNUU para los DDHH, Omar Hilale, dio en el clavo al ordenar que Marruecos incrementara sustancialmente las contribuciones voluntarias que concedía a dicha Oficina. Dicho y hecho. Al mismo tiempo que Marruecos anunciaba esas contribuciones, metía en nómina a la propia Navi Pillay. Uno de los cables filtrados, fechado en enero de 2012, revela las presiones de Omar Hilale a los servicios centrales del Ministerio de Exteriores marroquí para que transfirieran, con la mayor celeridad, unos 250 mil dólares al presupuesto del ACNUDH, informándoles que esa transferencia haría que Navi Pillay fuera más indulgente con Marruecos, a la hora de rellenar los párrafos del Informe de Ban Ki Moon que corresponden al ACNUR.
Pero la telaraña que había construido Omar Hilale en Ginebra, había alcanzado a todas las sedes de NNUU presentes en Suiza. Y, claro que el que era representante del ACNUR en Argelia y Coordinador con el Sahara Occidental, el pakistaní Athar Sultan Khan, no podía estar fuera de su alcance. Más tarde, pasó a ser Director del Gabinete del Alto Comisario del ACNUR, el portugués António Guterres, pero seguía estando en nómina de Marruecos y todo aquello que le decían los saharuais, lo enviaba puntualmente a su Jefe, Omar Hilale.
En otro orden de cosas, para contentar al Consejo de Seguridad y a la Comunidad Internacional sobre la apertura del territorio a los organismos ginebrinos relacionados con los DDHH y evitar, de esa manera, la ampliación del mandato de la MINURSO, Marruecos, terminó aceptando una visita del ACNUDH al Sahara Occidental, a finales de abril de 2013. La Delegación la encabezaba el sueco Anders Kompass, Director de Operaciones de Campo y Cooperación Técnica del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los DD.HH. Este es el funcionario ginebrino que se encarga de examinar si las denominadas instituciones nacionales de DDHH en los distintos Estados (como, por ejemplo, la Comisión Nacional Marroquí de DDHH) se ajustan o no, en su funcionamiento y organización, a lo que marcan las normas internacionales. Y recordemos, en este punto, que la pretensión de Marruecos era, ni más ni menos que esa Comisión Nacional Marroquí de DDHH se encargara de supervisar los DDHH en el Sahara Occidental y evitar, así, la ampliación del mandato de la MINURSO. (Como anécdota, recordar que, cuando esa Delegación llegó al Sahara Occidental, 23 asociaciones saharauis, incluidas las de mayor relevancia, se negaron a recibirla).
Pues bien, este tal Anders Kompass, menos dormir en la cama de Omar Hilale, hacía todo lo demás. Junto al cargo de Director de las Operaciones de Campo del ACNUR, había unido el de Director de las Operaciones de Campo de Omar Hilale. Los cables filtrados por Coleman lo describen, prácticamente, como el encargado de hacer todos los “trabajos” que desea Marruecos, desde asesoramiento e imagen hasta los de interceder ante Navi Pillay para que no se ablande ante las exigencias de Christopher Ross. Prácticamente, vivía en la residencia del hooligan Omar Hilale.
Dada la enorme importancia que empezaban a tener los Procedimientos Especiales (Los Relatores Especiales de NNUU) para Marruecos, Omar Hilale, se lanzó a la caza del senegalés Bacre Wali Ndiaye, que es el Director de la División del Consejo de DDHH y de los Procedimiento Especiales. Y, en efecto, el senegalés, terminó estando en nómina de Marruecos, asesorando y pasando la información necesaria, además, de cribar los Relatores Especiales que visitaban a Marruecos.
Sin duda alguna, los manejos que hacía Omar Hilale, a través de Bacre Wali Ndiaye, son los que explican que, por ejemplo, el Relator Especial sobre la Libertad de Expresión, el guatemalteco Frank La Rue, no haya visitado el territorio ni que, tampoco, lo haya hecho, la Relatora Especial sobre la liberta de reunión, asamblea y asociación, la keniata Maina Kiai. También explica que el Relator Especial sobre los Defensores de los DDHH no haya visitado el territorio cuando lo dirigía la ugandesa Margaret Sekaggya.
Así las cosas y aunque no lo menciona Chris Coleman, existen sospechas muy fundadas que nos hacen pensar que los Informes de los Relatores siguientes están emponzoñados:
El Informe sobre Marruecos del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones forzadas e involuntarias;
El Informe del Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra la mujer en la ley y en la práctica;
El Informe del Relator Espec
ial contra la Tortura;
ial contra la Tortura;
El Informe del Relator Especial sobre tráfico de personas, especialmente, niños y mujeres;
El Informe del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria;
Por ello, pedimos a los responsables de los Procedimientos Especiales a que vuelvan a cursar solicitudes de invitaciones al Reino de Marruecos, para esos Relatores Especiales y/o Grupos de Trabajo, teniendo en cuenta las informaciones hoy disponibles sobre el trato de favor hacia Marruecos que, sospechosamente, venían realizando algunos de ellos.
Haddamin Moulud Said.
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