Según el sitio argelino algeriepatriotique.com, las relaciones entre EEUU y Marruecos no pasan por el mejor momento debido a la cuestión del Sahara Occidental, una región sobre la que Marruecos afirma su soberanía desde que tomara el control de la misma en 1975 tras la retirada de las tropas coloniales españolas, pero para la que un movimiento independentista apoyado por Argelia, el Frente Polisario, reclama la independencia a través de un referéndum de autodeterminación. Una parte de la población saharaui vive en campos de refugiados en la región argelina de Tinduf.
Los diplomáticos marroquíes en la ONU no han dado todavía una respuesta al Secretariado de la ONU acerca de la visita al Sahara Occidental de Christopher Ross, un alto funcionario del gobierno de EEUU y diplomático de ese país que se convirtió en enero de 2009 en el enviado del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso).
Los diplomáticos marroquíes no han respondido tampoco a la petición de una entrevista de Kim Bolduc que ha sido nombrada recientemente representante especial del secretario general de la ONU y jefa de la Minurso. Ellos han manifestado, sin embargo, al gobierno marroquí el mensaje de “inquietud” de Washington expresado por la embajadora adjunta de EEUU en la ONU, Rosemary Dicarlo, en lo que se refiere a la limitación por parte de las autoridades marroquíes del movimiento del personal de la ONU y de la Minurso en la región del Sahara Occidental y los obstáculos planteados por Marruecos a la visita de Ross a la región.
Los norteamericanos exigen al gobierno marroquí que muestre su apoyo a Kim Bulduc, deje de prohibir la actividad de las ONGs en el Sahara Occidental, ponga fin a los juicios de civiles en tribunales militares y permita las visitas regulares de expertos del Alto Comisionado para los Derechos Humanos al Sahara Occidental.
El pasado año, Marruecos anuló las maniobras militares conjuntas con EEUU “León Africano 2013”, que iban a tener lugar en la ciudad marroquí costera de Agadir. Según los medios, Marruecos tomó esta decisión para expresar su malestar por la decisión de EEUU de pedir la extensión del mandato de la Minurso en lo que se refiere a la vigilancia de los derechos humanos en el Sahara Occidental.