Marruecos prevé una segunda crisis con la administración Obama. En medio del malentendido entre Washington y Rabat se encuentra el mandato del Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, Christopher Ross. Los EEUU exigen progreso en los esfuerzos de mediación de Ross y que pueda visitar la región.
El segundo contencioso está relacionado con los derechos humanos. Los responsables americanos, cada vez, recuerdan a Marruecos los compromisos que asumidos durante el encuentro entre el presidente Obama y el rey Mohammed VI en lo que a derechos humanos se refiere.
Los EEUU exigen también de Marruecos la mejora de sus relaciones con Argelia. Para justificar este fallo, Rabat intenta culpabilizar a Argelia dando una mediatización exagerada a pequeños incidentes de recorrido.
El período comprendido entre abril 2014 y abril 2015 fue fescrito en na nota interna del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí como “una etapa transitoria en la gestión del Sáhara” por las Naciones Unidas. En esta nota, instrucciones son dadas con el fin de incitar Christopher Ross a la dimisión et para luchar contra la decisión del Secretariado de la ONU de tratar el territorio del Sáhara Occidental como un territorio no autónomo. Es en este marco que llegó el nombramiento de la nueva jefe de la MINURSO que Marruecos impide entrar en el territorio.
De entre las medidas que irritaron a las autoridades marroquíes la decisión onusina de llevar a cabo los encuentros oficiales en la sede de la MINURSO y no en un hotel lleno de micrófonos de la DGED marroquí.
Y por último, el contencioso de los derechos humanos. Marruecos se comprometió también a permitir más visitas del Alto Comisariado de la ONU para los Derechos Humanos.
Ninguna de estas exigencias de los EEUU fue realizada. DE ahí las previsiones pesimistas marroquíes en cuanto a las relaciones con el Tío Sam.