Madrid se dispone a hospedar mañana 17 de septiembre la reunión del llamado Grupo 5+5, integrado por los cinco países del Magreb (Argelia, Marruecos, Libia, Túnez y Mauritania) y los países europeos del Mediterráneo Occidental (Francia, España, Italia, Portugal y Malta).
El panorama en el que se organiza esta cumbre no tiene de alentador. El grupo lleva el nombre del mar que, según un informe de la Organización Internacional de Migración (OIM) publicado hoy martes, se ha tragado, en lo que va de año, a más de 3000 candidatos a la emigración hacia El Dorado europeo.
El naufragio más dramático tuvo lugar el miércoles cuando un barco que partía de Egipto con 500 personas a bordo se hundió a raíz de un choque con otra embarcación.
Estos candidatos a la emigración montan a menudo en embarcaciones de fortuna (pateras) y son víctimas de traficantes que los dejan abandonados a su suerte.
Otra tragedia tuvo lugar el pasado lunes. Un barco con 250 inmigrantes a bordo se hundió frente a la ciudad de Tajoura, un puerto en el noreste de Trípoli, la capital libia, según varios medios de prensa italianos.
De esta manera, el Mediterráneo, en lugar de lazo de unión de culturas y símbolo de solidaridad entre el Norte y el Sur, se convirtió en un cementerio para los pobres africanos, sirios, palestinos y sudaneses. Las víctimas de los conflictos provocados por « el mundo civilizado » para acapararse de sus riquezas.
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