¿Qué cambió el 11 de septiembre de 2001 para las libertades del pueblo americano?

El 11-S el día que cambió el mundo entero

JUAN SANMARTÍN
Considerando las consecuencias de los trágicos sucesos que tuvieron lugar hace ya 13 años y los cambios que se han dado desde la fecha, podemos hablar de estos atentados como el hecho que cambió el mundo moderno. Se trata, sin duda, de uno de los pasajes más importantes de la historia de las últimas décadas.
Entre las consecuencias más graves y directas de los atentados del 11-s encontramos la pérdida de derechos del pueblo americano justificada bajo la excusa de ser imprescindible por cuestiones de Segridad Nacional.
Se trata del mayor ataque terrorista de la historia, y de la mayor cantidad de muertes instantáneas fuera de una guerra. Por otro lado, ha servido de justificación para las invasiones de Afganistán e Irak por parte de EEUU, así como ha justificado también importantísimos recortes en las libertades de los estadounidenses y cambios en los sistemas de defensa por la protección de los ciudadanos frente al terrorismo internacional.
Pero puede que la consecuencia directa más importante fuera la instauración de una angustia de masas por el miedo al terrorismo, llevado a cabo desde las altas esferas del gobierno americano a través de los medios de comunicación. « Las leyes de seguridad nacional que se imponen recortando libertades necesitan el miedo como los vendedores de paraguas necesitan la lluvia », escribía Juan Bravo en la revista GQ.
Pero, ¿en qué cambio de forma directa la vida del pueblo americano aquél fatídico 11 de septiembre? Para responder a esta pregunta es imprescindible nombrar la Ley Patriota o Patriot Act, un texto legal promulgado el 26 de octubre de 2001 y aprobado por una mayoría abrumadora por la cámara de representantes de los EEUU.
Según sus detractores, el Acta Patriótica fue fundada bajo el argumento de que el pueblo debía elegir entre su seguridad y sus derechos fundamentales, optando por restringir estos últimos para garantizar aquella.
El objetivo de esta ley es ampliar la capacidad de control del Estado en aras de combatir el terrorismo, mejorando la capacidad de las agencias de seguridad estadounidenses dotándolas de mayores poderes de vigilancia.
Ha sido criticada duramente por organizaciones de derechos humanos por ser considerada una restricción de libertades y garantías constitucionales tanto de los estadounidenses como de los extranjeros. Entre otras cosas, el Acta Patriótica permite al FBI acceder a la lista de libros que los ciudadanos sacan de las bibliotecas o a la correspondencia y las comunicaciones telefónicas o vía Internet de aquellos que pudieran ser sospechosos de terrorismo.

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