Comentábamos en la primera parte del artículo (Ver La Razón🙂 que el feudal rey marroquí, Mohamed VI, se encuentra colocando en vilo la paz por su obstruccionismo de lograr un acuerdo con la ONU y con los saharauis. Es más, está –ante la pasividad internacional- asumiendo posiciones cada vez más agresivas, como por ejemplo:
Octavo, reforzando aún más el muro militar más grande del mundo –que separa el Sáhara Occidental en dos- que si bien está resguardado por más de 120 mil soldados y cientos de vehículos blindados, ha desplegado ingente baterías de misiles y asimismo en ciudades saharauis y alrededor de Bucraa, en donde se encuentran las reservas de fosfatos más grandes del mundo.
Ello con la finalidad, no solo de patear el tablero de las negociaciones en la ONU, sino invadir –rompiendo el alto al fuego de 1991- el territorio liberado por el Frente Polisario, en donde se fundó la República Saharaui, para así tratar de condenarla al exilio e intentar que los más de 80 países retiren el reconocimiento, objetivo largamente deseado por los militares marroquíes.
La brutal invasión marroquí al Sáhara Occidental, que condenó a 200 mil saharauis a vivir en los campamentos de refugiados de Tinduf va a cumplir en el 2015, 40 años. La paciencia se está agotando en los jóvenes saharauis que reiteramos desean ir a la guerra. El Frente Polisario ha indicado que dispone de « armas, hombres y voluntad suficientes » para ir a una guerra que el pueblo saharaui reclama masivamente, y todo por el « silencio, la complicidad y la indiferencia » de la comunidad internacional.
El propio Secretario General de la ONU, en su último informe, exhorta a la “necesidad de lograr progresos… para alcanzar la libre determinación…” y que tanto “los esfuerzos de las Naciones Unidas por conducto de mi Enviado Personal, mi Representante Especial y la MINURSO, seguirán siendo sumamente pertinentes hasta que se determine el estatuto definitivo” del Sáhara Occidental. Y concluye diciendo: “Pido a la comunidad internacional, y en particular a los Estados vecinos y los miembros del Grupo de Amigos, que presten su apoyo a esa empresa. Si de todos modos no se registraran progresos para abril de 2015, los miembros del Consejo tendrían que hacer un examen amplio del marco para el proceso de negociación”.
El statu quo es inadmisible y Marruecos debe acatar se realice el referendo de autodeterminación y cesar toda agresión a la indefensa población saharaui. La ONU debe aplicar ya el Capítulo VII de su Carta para enfrentar “toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”. Si no lo hace ¿esperará una matanza de los marroquíes contra los saharauis, como sucedió en Camboya, Ruanda o Bosnia para actuar?