El miércoles pasado el Departamento de Estado americano publicó en su página web un documento en el que alerta sus ciudadanos sobre los riesgos de viajar a Argelia, en la cual subraya “los riesgos terroristas y de secuestro” al igual que la presencia de Al-Qaida y del MUJAO (Movimiento para la Unicidad y la Jihad en Africa del Oeste).
Marruecos no figura en la lista roja del ministerio americano de asuntos exteriores. Al contrario, este país registra cada vez mayor tasa de turismo gracias a su reputación de país estable. Reputación, de hecho, promovida por las autoridades marroquíes para dopar la economía del país. Esta realidad irrefutable no impidió que Rabat manipule la cuestión terrorista para perturbar la ascensión de Argelia como potencia regional indiscutible y para solicitar apoyo en su intento de afianzar su colonización del Sáhara Occidental calificando al movimiento de liberación nacional saharaui de terrorista.
La coincidencia de la aparición en Oriente Próximo del Estado Islámico de Irak y Siria con la inminente llegada del Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental dió a Marruecos la ocasión de multiplicar las alertas de amenaza terrorista.
A principios de agosto, El País señaló que los servicios de inteligencia marroquíes han alertado a las autoridades españolas del peligro que supone la vuelta de más de 3.000 yihadistas marroquíes que han estado combatiendo en Siria. Como si Rabat quisiera recordar a Madrid que los trágicos atentados del 11-M fueron cometidos por marroquíes.
Unos días después, Marruecos anuncia el despliegue de misiles tierra-aire en diferentes puntos del país en previsión de un ataque aéreo procedente de Libia.
El martes 19 de agosto, la prensa anuncia que el consulado marroquí en Trípoli fue tiroteado a raíz de una altercación armada entre facciones armadas rivales libias. Sin embargo, según una información publicada por el diario marroquí Le360 y atribuida a una “fuente diplomática”, no hubo víctimas “porque todo el personal del consulado fue reunido y trasladado días antes a un lugar seguro”. Capacidad de previsión marroquí o simple manipulación premeditada?
Acto seguido, Marruecos anuncia haber aumentado el control de vuelos llegados de Libia y Túnez, según un diario pero ninguna fuente oficial se ha pronunciado para confirmar la noticia o desmentirla.
Por otro, hace unos días, Ignacio Cembrero, ex corresponsal de El País en Marruecos y gran conocedor del Magreb señaló en un artículo el “nerviosismo de Rabat” por la evolución del dossier del Sáhara Occidental. “Para salir airoso” de los retos creados por el desarrollo de los acontecimientos en este territorio, “Marruecos necesita a España, la antigua potencia colonial”, añadió Cembrero. Pero los dirigentes marroquíes saben que para el gobierno del PP España abandonó el Sáhara indicando claramente que la descolonización se habrá concluido el día que la población saharaui se haya expresado libremente sobre su futuro, tal y como lo indican las diferentes resoluciones de la ONU.
Por ello, Madrid debe estar alerta frente a esta situación en la que Marruecos, a pesar de ser un país tranquilo, las autoridades marroquíes parecen reunir los ingredientes de un escenario que podría tener consecuencias catastróficas para España. El fantasma del 11-M planea de nuevo.
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