El Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, el veterano diplomático Christopher Ross, sería un peligrosos y temible terrorista muy temido en Marruecos.
Cada vez que el Sr. Ross se prepara para realizar una gira por la región, Marruecos anuncia el desmantelamiento de una célula terrorista o un atentado. Esta vez, Rabat se encuentra casi en pie de guerra frente a una supuesta amenaza de ataques aéreos procedentes de Libia.
Ninguna comunicación oficial se ha hecho hasta ahora, pero el gobierno marroquí se sirvió de sus medios de comunicación y fuentes anónimas para anunciar el despliegue de un importante dispositivo militar en varios sitios estratégicos del país y en varias ciudades, como Casablanca.
El escenario montado por Marruecos pretende robar el protagonismo a Argelia, que anunció hace unos días la instalación de misiles tierra-aire a lo largo de su frontera con Libia. En los últimos años, Marruecos ha decidido imitar todos los gestos de Argelia con el fin de perturbar su ascenso como potencia regional reconocida.
Rabat pretende también asustar a la comunidad internacional que decidió adoptar el método coercitivo para forzar Marruecos a respetar el principio de la autodeterminación para resolver el conflicto del Sahara Occidental. La visita del emisario onusino se inscribe en este contexto.
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