Los ataques del 11 de septiembre del 2001 constituyen un giro decisivo en las relaciones entre Estados Unidos y Argelia, un país hasta entonces diabolizado por Occidente a causa de su lucha contra el auge islamista en el país.
Las respuestas de Argelia a las observaciones del Comité contra el Terrorismo basadas sobre la resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad servirán para justificar un partenariado privilegiado con los Estados Unidos.
« Argelia es uno de los pocos países que han establecido, desde la aparición del fenómeno terrorista, un dispositivo jurídico amplio para prevenirlo y combatirlo. El marco legislativo y reglamentario ha sido progresivamente mejorado y adaptado para seguir mejor la evolución de las actividades terroristas y su carácter transnacional. El arsenal jurídico existente abarca cubre el conjunto de las actividades relacionadas con el terrorismo y satisface las necesidades de la cooperación internacional « , según el informe de Argelia.
En una entrevista concedida al diario La Tribune, el 06/18/2003, Janet Sanderson, embajadora de EE.UU. en Argel, dijo: « Desgraciadamente, ustedes tienen más experiencia en materia de terrorismo. Es difícil encontrar a un argelino que no haya sido afectado por el terrorismo. En Estados Unidos, los acontecimientos del 11 de septiembre fueron un choque y no quiero subestimar el impacto de estos eventos en nuestro país y en el vuestro. Habéis perdido a tanta gente en una década. Es lamentable que nosotros y otros países hayamos entrado en esta lucha, en este conflicto, más tardíamente ».
La comunidad internacional finalmente reconoció los méritos de la lucha de Argelia contra la plaga del terrorismo.
Este acercamiento entre Estados Unidos y Argelia y el estatuto acordado a ésta como país pionero en la lucha contra el terrorismo fue mal visto en Rabat que se presentaba hasta entonces como un aliado indispensable y baluarte contra el terrorismo.
Es en esos momentos que EE.UU. nombraron al ex presidente James Baker Enviado Especial para el Sáhara Occidental. Una designación que no era del gusto de las autoridades marroquíes.
El apoyo de España al plan Baker y al censo realizado por la MINURSO para la celebración del referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental provocaron la ira del gobierno marroquí. A esto se añade la cancelación del acuerdo de pesca. Marruecos pidió la misma compensación económica (90 M €), al mismo tiempo que reducía del 80% los barcos y el cambiaba la forma de los contratos de estos barcos. El 11 de julio del 2002, Rabat decide ocupar la isla de Perejil. La reacción del presidente Aznar, respaldado por Washington, fue firme. Soldados de la Marina Española fueron enviados a la isla para desalojar a los marroquíes.
España pagará un año después la humillación infringida al gobierno marroquí. En la noche del 16 de mayo de 2003, los atentados de Casablanca se cobrarán 45 muertos y cincuenta heridos. El más sangriento de ellos tuvo lugar en la Casa de España, donde varios clientes cenaban o jugaban al bingo. Se saldó con la muerte de 20 personas. Lo inverosímil de la historia es que por la baraka de Mohammed VI, dos atacantes suicidas renunciaron a hacerse reventar, lo cual permitió a la policía llegar hasta la red e impedir la ejecución de otros planes terroristas en las ciudades de Marrakech, Tánger, Fez y Agadir.
De esta manera, el Majzén llevó a cabo su golpe. El mensaje transmitido es que Marruecos también participa en la lucha contra la nebulosa terrorista, tiene servicios de seguridad tan eficaces como los argelinos y aplica una ley antiterrorista. Rabat insinua también que el peligro oscurantista también puede provenir de Marruecos, sobre todo si se le despoja de las tierras del Sahara Occidental. Este es el mensaje que Marruecos quiere transmitir al Consejo de Seguridad que se pronunciará dos meses más tarde sobre el Plan Baker II, que el Frente Polisario aceptó pero fue rechazado por Marruecos.
Un punto común que caracteriza todos los atentados en Marruecos es el hecho de que siempre coinciden con las reuniones del Consejo de Seguridad que serán decisivas para la resolución del conflicto en el Sáhara Occidental. Además, es sabido que el pueblo marroquí es uno de los pueblos más tolerantes y más abiertos de todo el mundo árabo-musulmán. Incluso Driss Basri, ex jefe de seguridad de Marruecos expresó sus reservas acerca de los autores de los atentados cometidos en Marruecos.
Según él, Hassan II quería que su pueblo sea un ejemplo de tolerancia y un puente entre las civilizaciones europea y musulmana. Que estas historias de ataques surjan después de su muerte, « me extraña », declaró el que fuera máximo jefe de los servicios de seguridad marroquíes. « Marruecos no ha vivido nunca bajo un sistema de partido único y siempre tuvo un sistema político liberal y plural. Me pregunto, al igual que muchos expertos del islamismo en Marruecos, si este anuncio dramatizado no sería una manipulación para uso internacional « , concluye.
En este atentado, los españoles fueron los más castigados. Venganza por el caso de la Isla de Perejil? De todos modos, pocos meses después y justo antes de que el Enviado Especial de Baker dimita, la estación de Atocha en Madrid, fue víctima de un ataque que fue calificado como el « 11 de septiembre español »cuyos autores eran mayoritariamente marroquíes. ¿Es esto una coincidencia? Nada es menos seguro, ya que el ataque fue ejecutado tres días antes de las elecciones generales que hicieron caer al gobierno de José María Aznar, considerado por Marruecos como el enemigo jurado.
El 12 de marzo del 2007, otra historia incoherente: Un suicida marroquí murió al hacer explotar una bomba escondida bajo su ropa en un cyber-café de Casablanca, mientras que un segundo suicida que había huido fue detenido por la policía.
La Dirección General de Seguridad Nacional (DGSN), citada por la Agencia Marroquí MAP, explica que el 12 de marzo del 2007, alrededor de las 22:00, dos marroquíes se introdujeron en el cyber-café de Sidi Moumen para « tratar de consultar sitios web que hacen la apología del terrorismo « . El hijo del dueño del café impidió consultar las páginas web y « una de las dos personas fue arrasado por un artefacto explosivo escondido bajo su ropa y murió en el acto ».
El 14 de abril del 2007, siempre en Casablanca: Dos hermanos se inmolaron cerca del Consulado General de los Estados Unidos y una escuela americana de idioma. 15 días más tarde, el Consejo de Seguridad se pronunció a favor de las negociaciones entre las partes « con el fin de lograr una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que permita la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental ».
El 28 de abril del 2011, un atacante suicida se inmoló en el Café Argana, situado en la muy tur´sitica plaza Jemaa el Fna, matando al menos a catorce personas, entre ellos ocho franceses. Gran parte de la opinión pública marroquí piensa este ataque fue cometido por los círculos oficiales con el fin de detener la marcha de la primavera marroquí. Este ataque utiliza como servirá también como coartada para frenar la marcha del movimiento 20 de febrero, agitando el espantajo de la « guerra preventiva contra el terrorismo », con su corolario de detenciones arbitrarias y regresión en las libertades civiles.
Hoy en día, el Consejo de Seguridad se prepara para pasar al Capítulo VII a fin de adoptar una resolución vinculante para poner fin al conflicto del Sáhara Occidental. Marruecos agita de nuevo la amenaza terrorista. Se teme que el Majzén repita escenarios que los marroquíes conocen ya.
La amenaza terrorista es uno de los medios más utilizados por el gobierno marroquí para atraer el apoyo de sus antiguos aliados. Para ello, Marruecos ha hecho todo para incriminar a los saharauis y ensuciar su nombre. Ahora que la ONU se muestra decidida a pasar a la velocidad superior para resolver la cuestión saharaui, es muy probable que el Makhzen recurra a una acción de gran envergadura. Prueba de ello es el constante anuncio de desmantelamiento de células terroristas.